Diego Martín Velázquez Caballero
Hace pocos meses se confirmó en Colombia la presencia de colaboracionistas nazis que se transformaron en agentes norteamericanos anticomunistas durante la Guerra Fría. Tal es el caso de Ference Vajta, miembro del Bloque Nacional Anticomunista, la Liga Mundial Anticomunista y la Agencia Central de Inteligencia. Vajta y diferentes personajes de Europa del Este, realizaron congresos anticomunistas y formaron guerrillas contrainsurgentes a lo largo y ancho de América Latina en la época conocida como la Guerra Sucia. Este sentido parece tener el Foro convocado por el ultraderechista partido español Vox, celebrado en la nación de Juan Valdés, donde izquierda y derecha protagonizarán una cerrada competencia electoral.
Vox, tal como lo hacía Ference Vajta, e igual que los franquistas españoles, está convocando a una cruzada anticomunista, agregando a las izquierdas la responsabilidad del trasiego de estupefacientes. Además de todos los valores de la Internacional Anticomunista, la ultraderecha también se propone una lucha sin cuartel contra el narcotráfico. Al menos en la retórica, pues en la práctica han sido los gobiernos de derecha los principales responsables de la tremenda evolución que tiene el narcotráfico en Latinoamérica y la Península Ibérica.
Vox acusa al régimen mexicano de ser un gobierno narco-comunista, lo cual es muestra del extravío temporal y analítico que la ultraderecha iberoamericana padece. El narcotráfico se desarrollo durante la época neoliberal a expensas de Estados Unidos y, ahora, se vive una guerra de cárteles derivada de la alta demanda que la sociedad estadounidense plantea. La Cuarta Transformación apenas ha gobernado tres años y, no obstante, la sujeción a EU, difícilmente se le puede hacer el señalamiento de narcotraficante. Y eso de comunista, hasta los panistas más radicales han reconocido que es un espantajo.
El narco imperio son los Estados Unidos, el patrocinador de estas derechas en todos los sentidos; al que también podría acusarse de comunista por su capacidad fiscal para cobrar impuestos a todo mundo. El poder de recaudación norteamericano se une al manejo eficiente de la economía informal para nutrir a las derechas latinas, incompetentes en todas las oportunidades que tienen para gobernar, pues sólo se dedican a la privatización y el expolio.
La cruzada anti narco-comunista es un dislate que puede ocasionar severos problemas sociales si Norteamérica se empeña en apoyar las fantasías del anti comunismo latinoamericano. Las crisis sociales que causan estas alienaciones están en la frontera sur de los Estados Unidos, contagiándolo del virus del Estado fallido.
El anti narco-comunismo es muestra de la parafernalia propagandista y del paroxismo religioso que la ultraderecha ha desarrollado. La escasa memoria social le brinda la oportunidad al fascismo para actualizarse. ¿Qué pasaría en México si la ultraderecha volviera al discurso calderonista de la Guerra Total contra el Narcotráfico? Si bien es cierto que la militarización permanece, es indudable que la estrategia ha cambiado y la estrategia del exterminio propuesta por Vox sólo muestra la discriminación que el hispanismo casticista guarda.