De lo nacional a lo global: una oposición sin candidato y sin proyecto

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Gerardo Lozada Morales

“La experiencia enseña que sólo los príncipes y las repúblicas con ejércitos propios hacen grandes progresos, y que los ejércitos mercenarios nunca hacen más que daño.”

Nicolás Maquiavelo

Hace casi un siglo los teóricos de las élites, sociólogos y estudiosos del poder político (Ostrogorski, Pareto, Mosca, Michels, Weber, Gramsci, etc.) nos proporcionaron herramientas para comprender el origen y desarrollo de los diversos grupos que buscan imponer sus voluntades para el dominio del poder; en la mayoría de las ocasiones por encima del Estado de derecho, la institucionalidad democrática, y con un impacto feroz mediante su poderío económico. La contienda presidencial del 2024 en México ya se encuentra en disputa exponiendo principalmente a la red nacional e internacional que operabajo los intereses del extremismo neoliberal y su finalidad para minimizar al Estado y aplastar a la democracia ciudadana.

Loret de Mola es “la punta del iceberg”, de una red que conecta directamente con los viejos comunicadores e intelectuales orgánicos como: Enrique Krauze, Jorge Castañeda, Jorge Ramos, Aguilar Camín, José Woldemberg, Ciro Gómez Leyva, Joaquín López-Dóriga, Denisse Maerker, Denise Dresser, etc. Muchos de ellos involucrados en campañas sucias en contra del actual presidente del país que más allá de ser reguladas por el INE en 2006 y 2012,  se fortalecieron en 2015 con proyectos como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad que recibe financiamiento desde Estados Unidos a manos de Claudio X González, o como la Operación Berlín y pejeleacks desde 2017 al 2018. Cabe señalar que dicha guerra sucia continúa viva, se reveló que empresas como OHL están siendo investigadas por dar financiamiento.

El senador republicano de extrema derecha Ted Cruz, señalado en vastas ocasiones por su papel, antinmigrante, antimexicano, defensor de los intereses energéticos y petroleros texanos que se oponen directamente en contra de la actual reforma energética del país, acusó al presidente López Obrador de “intimidar a periodistas”, al grado de exponer su defensa hacia Loret de Mola, y exhortó al presidente Biden para “tomar medidas necesarias”. Esto sin olvidar que se promueve desde los medios internacionales de excelencia neoliberal como The Economist que nuestro país es un híbrido autoritario, pero en años anteriores señaló como democráticos a los gobiernos de Calderón y de Peña.

La estrategia mediática no sólo ha evidenciado el origen de las prácticas mercenarias, de una red de poder nacional e internacional que busca de cualquier forma violentar la soberanía de un gobierno que históricamente cuenta con el respaldo ciudadano. La contienda presidencial del 2024 exige una reforma político electoral que pueda sacudirse de estos males, y que permita que la competencia democrática exista con el respeto a la legalidad. La ciudadanía será la clave para el triunfo presidencial. Maquiavelo afirmó para El príncipe que se requiere de la unificación de quienes gobiernan junto al respaldo popular, y dictaminó el peligro del papel de los mercenarios por su ambición e hipocresía.