Fernando Cárdenas Cabello
Independientemente de los intereses económicos. La intervención rusa sobre Ucrania se presenta como una autoafirmación del poderío ruso para sí mismo, en términos geopolíticos y de afianzamiento sobre su zona de influencia, en claro desafío no sólo frente a la OTAN liderada por USA, sino especialmente ante la UE.
No se puede negar la riqueza extractiva del territorio, en palabras del titular del Servicio estatal de geología de y minerales de Ucrania en una entrevista de 2013
(https://www.ukrinform.es/rubric-other_news/1575398e9439f5484da922e916446e2856c19cd.html) se hablaba de que los bienes del subsuelo del país, a saber: energéticos (petróleo, carbón, uranio), minerales ferrosos y no ferrosos, metales preciosos, piedras no preciosas, pero también preciosas; constituían desde entonces un elemento de seguridad nacional.
Esta riqueza explica, como bien sabemos, el interés de los países industrializados de ambos lados del atlántico en el territorio, precisamente de ciertas empresas de tales naciones, dedicadas al aprovechamiento de magnesio, hierro y uranio, pero especialmente de gas de esquisto, que desde 2012 se habían asociado con el gobierno de ese país para iniciar su explotación en 2014, según información de RT
(https://actualidad.rt.com/actualidad/view/121913-ucrania-kosovo-recursos-mineralesoccidente). Esto es innegable.
Lo que planteamos, es que Moscú se había permitido a sí mismo la presencia de estos agentes en una zona que, si bien independiente desde 1991, la consideran por su pasado soviético fundamental en su concepción de seguridad (también energética) nacional; por lo tanto lógico –legítimo o no– que Rusia reclame la interrupción de la actividad de aquellos agentes exógenos en esta zona que le es tan sensible, del modo más natural en que le es posible. Y la pasada intervención sobre Crimea en 2014, fue una señal de que esta ocupación rusa sobre Ucrania podría suceder.
Pero por qué ahora y no desde 2012 ó 2014, cuando las empresas occidentales llegaron. A mediados del año pasado se inició una asociación estratégica
(https://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/es/ip_21_3633?fbclid=IwAR2o63P9sR vbJJvZ49a0kxfAmRlGLjlaH-GbwJDAYfDp6FOmt5Vsg87FqEI) sobre materias primas entre la UE y este extenso país (para los parámetros europeos), que incluye asistencia técnica y financiamiento.
México ya ha fijado un posicionamiento claro en favor de Ucrania, en otros años (hace digamos, cincuenta o más) este posicionamiento habría sido escuchado con atención por la comunidad internacional, hoy a pesar de los esfuerzos en materia de política exterior de la actual administración, la recuperación del lugar que sí llego a tener México como interlocutor válido y voz certera, a causa de los desatinos de los últimos gobiernos sexenales, tardará en llegar.
Fernando Cárdenas Cabello es doctor en ciencia política por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, cuenta con estancias de investigación doctoral en la Facultad de Geografía e Historia en la Universidad Complutense de Madrid España y en el Corpus Christi College de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, ha sido analista para diversos medios nacionales y profesor de universidades públicas y privadas en México.