Diego Martín Velázquez Caballero
En la guerra de propaganda por el conflicto en Europa del Este, cabe resaltar el papel desarrollado por el feminismo conservador actual, pero tan representativo de las Brigadas Juana de Arco y la sección femenina del Falangismo. La Senadora Téllez se plegó a los intereses de los grupos euro/orientales apegados a la rusofobia así como a los agentes del imperialismo norteamericano que buscaron presionar al país para entregar armas a Ucrania.
No obstante que el conservadurismo de Vladimir Putin es más que semejante a los intereses que dice defender el feminismo conservador, la supuesta lucha anticomunista que la retórica de las ultraderechas franquistas han actualizado en contra de Rusia permite que personajes como Lily Téllez se ostenten como baluartes de los valores occidentales.
La carencia de candidaturas plausibles en la oposición del PRIANRD, les obliga a mirar en el ojo de las candidaturas externas y encontrar en personajes mediáticos la oportunidad de articular un bloque ganador. La radicalización de personajes como Téllez obedece a las posibilidades que los añicos del sistema partidista consienten.
Las elecciones del 2018 establecieron la necesidad de refundar los partidos políticos en México, ninguno ha entendido la obligación que les compromete con el futuro del país. Mientras tanto, la iniciativa privada envía a personajes como Téllez para imponerse en las bancadas legislativas que les deben el patrocinio y mecenazgo. Y dicho protagonismo comienza a ser práctico. La Senadora Téllez se sumó con éxito a la defensa de Ucrania, la rusofobia y el feminismo conservador que sobrepasa los valores morales del lopezobradorismo.
El reconocimiento de los diplomáticos euro/orientales, sobre todo de los países cuyo anticomunismo fue sobresaliente en los años noventa del siglo pasado, fue una especie de consagración política para la Senadora Téllez, las Brigadas Juana de Arco, importantes empresarias, académicas y funcionarias; pero, sobre todo, para el Grupo Salinas que siempre ha estado a la sombra y presupuesto de Estados Unidos.
Las posibilidades de los personajes externos a la política profesional es un hecho bien conocido en Latinoamérica, pero poco puede hacerse en su contra dada la crisis de los partidos y el faccionalismo personalista que predomina en la mayor parte de los institutos políticos. La Senadora Téllez, como ha ocurrido con varios deportistas, empresarios, líderes de opinión e incluso personas comunes, incrementa sus atributos electorales con cada desfase y error de la clase política mexicana.
Téllez fue de los escasos personajes que pudieron beneficiarse de la guerra mediática que la invasión de Rusia a Ucrania ha provocado. El desconcierto de la izquierda mexicana, así como el desconocimiento geopolítico derivado de la globalización, ha hecho que la retórica liberal proyanqui esté ganando la lucha de la voz. El sector conservador comprende que en la Senadora Lily Téllez tiene un buen competidor, y ella también lo sabe.