A la mesa del Think Tank llega un documento; de principio la idea fue “trazar un diálogo” valiéndonos de sus párrafos, más, al leer esa extraordinaria plancha los de las cabeceras ordenaron “NO” irá directo y sin orquillamiento. Así entonces ahora leerán ustedes, queridos 9 lectores lo que el Húsar trajo en sus alforjas y puso en la mesa.
-Después de tres semanas desde que comenzó la invasión de Ucrania por parte de Rusia; a medida que su ejército de bajo rendimiento se ve bloqueado por una defensa que tiene al mundo asombrado, el presidente estadounidense Joe Biden y el dirigente ruso Vladimir Putin se ven atrapados entre las enseñanzas del pasado que llaman a la prudencia y la actual realidad geopolítica.
Prácticamente nada se ha desarrollado según los planes originales de Putin: Ucrania se rebeló contra su ejército, provocando tremendas pérdidas y dejando claro que Rusia nunca será bienvenida en la antigua república soviética; el mundo se ha unido contra el gobierno de Putin, imponiendo sanciones económicas inmediatas que ya suponen la mayor amenaza para su liderazgo ininterrumpido durante dos décadas.
Ahora Putin se enfrenta a un peligroso dilema que supondrá la desestabilización para Occidente y el resto del mundo: ¿cómo quiere perder esta guerra? ¿Está dispuesto a poner todavía más en peligro el erario, la economía, la población de Rusia y, aún peor, su propio poder político a cambio de oprimir a Ucrania o conservar su posición de poder en el país que dirige desde hace casi un cuarto de siglo?
Mientras tanto, al otro lado del mundo, Biden tiene que lidiar con su propio dilema: cómo castigar y derrotar a Rusia sin iniciar una guerra que ya ha optado claramente por no entablar y seguir prestando ayuda nacional frente a la presión popular y política a favor de una escalada militar.
Ambos presidentes basan sus cálculos políticos en medio siglo de lecciones geopolíticas aprendidas desde la Guerra Fría hasta Afganistán pasando por el conflicto de Libia.
La guerra optativa de Vladimir Putin contra Ucrania tomó a casi todo el mundo por sorpresa (incluso a sus propias tropas). Esta decisión resultaba tan irracional, costosa y parecía tal retroceso a una época anterior (¿desde cuándo no veíamos tanques en una capital europea?) que pocos imaginaban que los preparativos de Putin resultarían ser la antesala de algo mucho más grave que sus habituales demostraciones de fuerza. Después de todo, era evidente para todos, menos quizá para Putin, que Ucrania era diferente en lo esencial (tamaño, geografía y geopolítica) respecto a los anteriores objetivos de Chechenia y Georgia.
Ahora que Putin ha apostado por invadir Ucrania, casi todos los días parece confirmarse que ha cometido un error terrible, arrogante y quizá hasta funesto desde el punto de vista político.
Las pérdidas sufridas por el ejército ruso son alarmantes: se han filtrado cifras que parecen apuntar a 9.800 soldados rusos muertos y 16.000 heridos. Esto equivaldría a que EE. UU. hubiese perdido entre 12.000 y 15.000 soldados en la invasión de Iraq en 2003, que duró varias semanas y durante la cual tan solo murieron aproximadamente 140 miembros de su ejército. Los dirigentes ucranianos afirman que seis generales y altos mandos del ejército ruso han caído en combate, aproximadamente una cuarta parte de todos los altos oficiales desplegados sobre el terreno, mientras que los EE. UU. perdieron solo a un general durante los 20 años que duró la guerra en Iraq y Afganistán y no murió ninguno en la guerra del Golfo. Estas pérdidas humanas y materiales no harán más que aumentar para Rusia y parece que los miles de millones de dólares invertidos en la «modernización» de su ejército no han servido para convertirlo en una fuerza intimidatoria. Es probable que las fuerzas armadas rusas se debiliten aún más a medida que incorpore a la guerra a unidades todavía menos preparadas. Por otro lado, parece ser que el país ha solicitado ayuda a China para que le aporte los suministros militares más básicos.
La respuesta ucrania ha dejado claro que cualquier intento futuro de ocupar su país supondrá pagar un precio inasequible, tanto en lo que se refiere a las bajas del ejército ruso como a los continuos costes económicos. Simplemente, Rusia no posee una fuerza militar capaz de someter la resistencia tan firme manifestada por los 43 millones de habitantes de Ucrania. El American Enterprise Institute (Instituto de Empresa-
A los del Tanque de Ideas nos dejó un excelente sabor en la boca del cerebro. El documento nos mostró lo real; nos dió también piedras para levantar torreones de entendimiento.
Último patrullaje.- en Guerrero, el Estado Mexicano desarrolla esfuerzos para traer de vuelta el Estado de Derecho. Cierto, temas como los protoestados implantados por el Crimen Organizado y las mal llamadas Policías Comunitarias así, como los “Grupos de Poder Fáctico”, juntos todos hacen áspera fricción al andar de los actores federales y estatales.
Balazo al aire.- datos firmes.
Gregueria.- nada más ruidoso que tu silencio. Nada más sutil que tu sonrisa
Oximoron.- camina pero no te muevas
Haiku.- solo por ti respiro,
pavorreal mía;
oh, mi niña de amor.