Los pueblos del Quinto Sol y afromexicano tienen el derecho de plantearse su propio florecimiento, su propia vía futura, si se quiere, hasta su utopía. En la historia humana no hay determinismos imperativos, todo es construcción con una idea de los acabados.
En la historia no hay planes acabados, hay proyectos, ideas, sueños, frases, el hombre es un animal que proyecta, siempre tiene la vista hacia adelante, si voltea en su historia es para sentirse seguro, así, la historia es una agarradera para sentirse seguro en el caminar hacia nuevos horizontes.
Sin embargo, se dice, con justa razón, que el hombre, los pueblos, hacen su historia, pero determinados, condicionados, siempre existen condiciones objetivas y subjetivas que lo atan.
El hombre, los pueblos, son las fuerzas productivas capaces de debilitar, romper las relaciones de producción imperantes, para establecer nuevas relaciones de producción, de intercambio y de consumo. Esta es una ley de la historia humana.
De acuerdo a lo anterior, el hombre, los pueblos, son profundamente históricos, de esto no debe caber duda alguna.
Por lo anterior, cabe imaginar el camino que deben tomar nuestros pueblos, porque sus caminos fueron truncados por los invasores españoles primero, luego por las élites políticas, económicas y culturales del México independiente.
En una primera etapa nuestra gente solo pidió que no los maltrataran tanto, que cuando cometieran algún delito, no los echaran a los perros, no los azotaran mucho. Solo eso pidió. Si se atrevían levantarse en armas, el exterminio fue el camino.
En una segunda etapa solo pidieron un poco de mejora de sus vidas, que no pagaran muchos impuestos, que les permitieran producir sus tierras, que les hicieran sus caminos, sus escuelas y hospitales, que respetaran su modo de ser.
En una tercera etapa, les llegó el pensamiento, la idea, que podían construir su propio destino, trabajar para su provecho y no para los otros. Dijeron queremos libertad.
Es en esta etapa estamos en estos momentos, solo queremos libertad. Tenemos ese derecho. Ya no queremos pedir permiso para vivir de acuerdo a nuestro pensamiento, a nuestras ideas, pues siempre, los otros han pensado por nosotros. Queremos pensar por y para nosotros mismos. ¿Es mucho pedir?
Para tener el camino libre, nos enfrentamos a tres monstruos, seres- sistemas, muy difíciles de vencer. Llevamos más de quinientos años tratando de evitar de ser devorados por estos tres fenómenos, hemos estado en resistencia, a la defensiva.
Estos seres- sistemas tienen nombre, la humanidad, los que saben les han llamado: capitalismo, liberalismo y Estado nacional. Para construir nuestro mundo hemos de vencer a estos tres monstruos. ¿Se podrá?