Xóchitl Patricia Campos López
Los liderazgos femeninos en Acción Nacional no siempre forman parte de la tendencia hispanista del nacionalismo católico, dígase esto porque la participación política de las mujeres panistas tiene que sujetarse al patriarcado religioso, familiar y civil; justificando de ese modo las estrategias del poder invisible. Están, por ejemplo, los casos de Margarita Zavala, Josefina Vázquez Mota, Martha Sahagún y Ana Teresa Aranda, incluso Lilly Téllez, que no pueden despegarse del tartufismo. No es así en el caso de la Senadora Xóchitl Gálvez, quien ha tenido una carrera política independiente del mecenazgo panista tradicional.
A diferencia del Gral. Tomás Mejía, la Senadora Xóchitl Gálvez no guarda una lealtad muda al conservadurismo mexicano, ni se avergüenza de su X como aquel Xicoténcatl que quisiera apellidarse Walther o Hitler. Gálvez Ruiz ha sido disidente en su colaboración con los gobiernos panistas y con las dirigencias estatales y nacionales de su partido, muchos panistas se preguntan ¿qué hace esta señora en Acción Nacional?, pero pocos han tenido sus arrestos para apoyar la cuestión indígena y, particularmente, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional; asimismo, ha enfrentado caciques peligrosos en verdad -como los que históricamente distinguen al estado de Hidalgo-, la narcopolítica y el empresariado español-libanes monopolista. Sus planteamientos sobre desarrollo social, grupos indígenas, geografía, hidrología, feminismo y urbanismo; dan muestra de que es una mujer preparada y auténtica, mucho más que las hippies de la Iberoamericana.
El ataque a la Cuarta Transformación y al Presidente López Obrador, ha tenido en Xóchitl Gálvez una de las baterías más efectivas. Su persona es garantía de que Acción Nacional podría recuperar el gobierno de la Ciudad de México y quizá influir en la zona metropolitana que afecta al Grupo Atlacomulco; no obstante, frente a la carestía de figuras que puedan articular en el PRIANRD una propuesta creíble en la competencia por la presidencia de la república, Gálvez Ruiz resulta un efectivo de alta consideración.
La carrera política de Xóchitl Gálvez resulta coherente con la alianza pragmática polipartidista que el PRIANRD pretende estructurar. Gálvez tiene la mixtura que liberalismo, conservadurismo, comunitarismo, pragmatismo y cinismo requieren en el transformismo antagónico con AMLO. Su exposición en la capital del país y los medios que atienden el debate legislativo, las contracampañas informativas hacia Morena, le generan un índice de conocimiento aceptable. Su retórica, más que su discurso, la hacen comprensible para cualquier sector social. Pero, sobre todo, ha sido su tenacidad en enfrentar al Lopezobradorismo lo que le granjea simpatías incluso en sus adversarios. Aquellos que han obstaculizado permanentemente a Xóchitl Gálvez, tienen la oportunidad histórica de redimirla y reconocerle el amplio talento del que dispone. Concederle una segunda oportunidad al anayismo implica justificar la polarización social donde todos pierden.