Gerardo Lozada Morales
“¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis!”
Lucas 10,21-24
La revocación de mandato demostró ser una jugada maestra de los estrategas políticos que hoy gobiernan a nuestro país. Es una lectura magistral que nos puede remitir a los triunfos que emprendieron los ilustrados arquitectos del Estado moderno mexicano en el siglo XIX, me refiero a Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada, Valentín Gómez Farías, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez, Ignacio Mariscal, Ponciano Arriaga, José María Mata, León Guzmán, Francisco Zarco, Matías Castellanos, Santos Degollado, Manuel Romero Rubio, Melchor Ocampo, entre los más destacados, pues vale mucho la pena nombrarlos.
Hoy se mira que ante las negativas del INE como estructura institucional del ancien régime que concentra una cúpula de oligarcas que nada tienen que ver con la verdadera democracia y representación del país. Se evidenció la flaqueza total de estos personajes sumado al fracaso rotundo de la oposición, la cual, más allá de financiar el boicot por parte de Gustavo de Hoyos y Claudio X. González en contra del ejercicio participativo, el resultado develó la magnitud del apoyo popular que se intentó contener con un tercio de las casillas que normalmente se disponen en una elección ordinaria, pues de 16 millones 502 mil 636 votantes, 15 millones 159 mil 323 ciudadanos eligieron la continuidad del presidente. Al grado de vapulear la historia democrática del México del siglo XXI, pues este “mínimo resultado” que ningunean los intelectuales orgánicos y sus operadores serviles al dinero —algunos que por ahí burlonamente decían que no se llegaría ni a 10 millones—, es más significativo que los resultados electorales que avalaron los triunfos de Vicente Fox, Felipe Calderón, Peña Nieto, y hasta a la propia alianza que impulsó a Ricardo Anaya en 2018, y a José Antonio Meade. Sin olvidar que la misma maquinaria intentó jugar con el electorado en dicha elección permitiendo el registro de Margarita Zavala y el hoy preso en Nuevo León Jaime Rodríguez “el bronco”.
La historia no sólo hace justicia, también acompaña al actual proyecto. Decían los filósofos griegos y hasta el propio Maquiavelo que una buena lectura de ella asegura victorias eternas. Porque la realidad se construye desde el pasado. El INE desplazó la fecha inicial de la revocación, pero como también son miembros del sector de ignorantes funcionales del país, desconocieron que el 10 de abril se celebra el aniversario luctuoso de “El caudillo del Sur”: Emiliano Zapata, quien fue conmemorado por el presidente desde muy temprano y pareciera que invocado para asistir a la causa y movilizar a los sectores populares del México profundo que fueron ignorados y negados por los aberrantes sexenios pasados. Para saldar cuentas con la promesa inconclusa de Madero, ¡y sí!, para movilizar a aquellos a los que hoy se les hace justicia redistributiva mediante programas sociales reales y no triangulaciones fraudulentas como las antes acostumbradas por el priísmo y el panismo rancios. A los que se les brinda la oportunidad de ejercer el poder ciudadano mediante una ley que se volverá cultura democrática popular. También se despertó a las conciencias ciudadanas jóvenes despiertos, y adultos mayores que tuvieron la buena fe de preocuparse por nuestro México en el pasado autoritario sin saber lo que era el Ogro filantrópico. ¡Hoy se le hace justicia a los mexicanos!
Hoy más que nunca la política devela una máxima del mundo antiguo y moderno, se requieren de virtudes para gobernar y de mantenerlas junto a la ciencia. Si miramos la historia de este país las encontraremos como claves mágicas dentro del Republicanismo, Federalismo, Liberalismo y la democracia. Gobernar es un arte como lo sabía Maquiavelo; pues son herramientas para ejercer rectitud y límites al poder, y desplazar así las ilusiones materiales y los títulos “nobiliarios” contemporáneos. Para triunfar también se mueve a las culturas, la diversidad de géneros, las singularidades, los valores éticos y morales; tanto civiles como religiosos. Se mueve la esperanza de gobernar bien y con justicia, tal y como lo expresa el mito de la diosa Temis: con una balanza y una espada.
El presidente ganó la primera gran batalla rumbo a la contienda presidencial del 2024. Mostró el impacto de una línea política que puede remediar el desastre institucional y organizacional del partido MORENA. Expuso de manera implacable a la oposición que no tiene respaldo ciudadano. ¡Es un jaque al estilo gambito de dama!; es decir, con el uso de la legalidad (espada) como lo hicieron los ilustrados. El triunfo tendrá mayor peso para la decisión final de la sucesión presidencial, y marca el requisito del perfil político que llevará las riendas de las victorias ciudadanas después de 2024.
¡Hoy gana la ciudadanía, gana México con un mexicano al mando!
Pd. Ya se destapó formalmente un presidenciable en el norte que sabe moverse en la invisibilidad, como el zorro y el león que recomendó Maquiavelo.
El autor es catedrático de la UDLAP, miembro del Observatorio ciudadano de cultura y prácticas de un buen gobierno A. C.