Marcela Maldonado Bodart
El regreso a la “nueva normalidad”, pos-COVID-19 en México, ha destacado la necesidad de que se generen nuevos pactos, entre diferentes actores políticos y sociales, que puedan orientarse hacia la consecución de reformas políticas y sociales necesarias, que sirvan de base, para repensar de manera consensada, en un nuevo contrato social.
Si bien es cierto, desde sus inicios, la pandemia evidenció y agudizó problemas estructurales ya existentes, el descontento social y la desconfianza en las instituciones de gobierno, se fueron incrementando, principalmente por las diferencias en las acciones políticas y de gestión, pero también de recursos, en los diferentes niveles de gobierno.
En el informe anual, sobre el Panorama Social de América Latina, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) (1), presenta un análisis de percepción sobre la gestión gubernamental de la pandemia en 8 países de la región: Argentina, Colombia, Ecuador, Chile, México, Perú, Bolivia y Brasil. Con respecto a la evaluación de la gestión, en el periodo entre abril y agosto de 2020, México fue el único país que, al inicio del periodo evaluado, obtuvo un 7% de aprobación, obteniendo el más bajo porcentaje, en comparación con el resto de los países, en donde Argentina obtuvo el 97% de aprobación, seguido por Perú con un 91% y Colombia con 74%, para el periodo evaluado del inicio de la gestión.
Aunque para el periodo evaluado de agosto de 2020, México logró incrementar su nivel de aprobación en la gestión gubernamental, pasando de 7% a 28%, se siguió colocando entre los más bajos porcentajes de los países evaluados. A estos bajos porcentajes de aprobación en la gestión, se sumó un incremento en los niveles de desempleo, así como una agudización de la desigualdad social y económica, de la ciudadanía en general.
Estos desafíos estructurales, que incluso seguimos enfrentando en esta “recuperación” pos-COVID-19, están dejando al descubierto la necesidad de reformas estructurales que continúan pendientes en México, como la reforma política que, con el ejercicio de revocación de mandato, se ha hecho evidente su necesidad.
Para que estas reformas se construyan de manera exitosa, va a ser necesario que se realicen pactos consensados entre los diferentes sectores y actores de la sociedad, que permitan generar puentes legítimos y sólidos, para la construcción de un contrato social renovado, sostenible, más inclusivo, con mayor justicia y equidad social, que otorgue respuestas y certidumbre, a las demandas del conjunto de la sociedad mexicana actual.
Notas:
- CEPAL (2021), Panorama Social de América Latina 2020, Publicación de las Naciones Unidas, Santiago, https://www.cepal.org/en/publications/46688-social-panorama-latin-america-2020