El feminicidio de Debanhi Escobar debe poner en alerta a la sociedad, ya que las autoridades han hecho un reality show de corrupción e impunidad.
El feminicidio de Debanhi Escobar, es una historia más de la violencia feminicida que vivimos día con día las mujeres en el país, las estadísticas reales de ONU Mujeres señalan que se comenten 11 feminicidios diarios en México, en el que solo 1 de cada 10 casos queda resuelto por parte de las autoridades que imparten y administran justicia, ya que las investigaciones para los delitos de feminicidios están plagadas de impunidad y corrupción.
El delito de feminicidio “es la expresión última de la violencia y ocurre cuando las condiciones históricas generan prácticas sociales agresivas y hostiles que atentan contra la integridad, el desarrollo, la salud, las libertades y la vida de las mujeres y es responsabilidad del estado atender y resolver los feminicidios”, esta es la definición de la Doctora Marcela Lagarde para el fenómeno del feminicidio, en el que hace un reconocimiento de la responsabilidad de los estados en el que además analiza su relación con la impunidad.
La importancia de llamarlo “Feminicidio”, al asesinato de Debanni significaría en primer término que la Fiscalía de Nuevo León reconociera la responsabilidad del gobierno en el incremento del índice de desapariciones y feminicidios de mujeres en la entidad, y en segundo lugar el pésimo trabajo que han realizado para la atención, búsqueda, localización y seguimiento de la investigación de la desaparición y feminicidio de Debanhi Escobar.
La desaparición de Debanhi, sucedió el sábado 9 de abril en General Escobedo en la zona metropolitana de Monterrey, en la que toda la comunidad y colectivos en México le hemos dado seguimiento a través de los noticieros y las redes sociales en donde la Fiscalía y la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Nuevo León, han presentado una “espectacularización de la violencia de género” llena de errores, contradicciones y mentiras que imprimen la impunidad, la corrupción y la revictimización de Debanhi.
La revictimización de Debanhi desde el inicio del proceso jurídico hasta este momento manifiesta la falta de sensibilización de las autoridades en el sistema de protección a las víctimas, en donde el estado tienen la obligación de cuidar que en el proceso judicial la víctima este protegida y no sufra doble violencia ni agresiones, en el que no sea el blanco de negligencias del sistema jurídico y del inadecuado abordaje mediático, situación que por el contrario Debanhi quedo expuesta a todos estos agentes de doble victimización.
La no revictimización de las mujeres debe de formar parte contundente de las áreas de estudio de la victimología, la violencia contra las mujeres es una realidad activa en la revictimización, una mujer víctima aparte del daño que sufre por el delito, tiene grandes dificultadas para que su caso sea investigado con perspectiva de genero y acceder a la justicia. La victimización secundaria o revictimización, es la respuesta que da el sistema de justicia a la víctima, esta respuesta hace que las mujeres revivan la situación traumática frente a los procesos judiciales, así como exponerlas a valoraciones sociales y a los medios de comunicación.
Al igual que el caso de la Niña Paulette, la alarmante desaparición de Debanhi Escobar se ha convertido en un “reality show” entre las autoridades, los medios de comunicación y las redes sociales, así como en su momento la extraña historia de Paulette que empezó con su desaparición un 22 de marzo de 2010 y que conmociono a todo México, y que después de días de búsqueda por parte de la Procuraduría de Edomex se concluyó que “la niña murió por accidente y se asfixió debajo de su cama”. En el mismo sentido la Procuraduría de Nuevo León nos quiere vender la idea mediática que “Debanhi cayó a la cisterna por accidente y se dio un golpe en la cabeza en el que perdió la vida en el motel Nueva Castilla”.
Después de todo el reality show que hemos presenciado con la desaparición y feminicidio de Debanhi Escobar, muchos llegamos a perder el interés para darle seguimiento al caso, hasta que el día de ayer se público en El País el artículo de Elena Reina “La autopsia de Debanhi Escobar revela que fue asesinada y sufrió violencia sexual”, confirmando una vez mas que vivimos en un país de corrupción e impunidad en materia de género. Que en México las muertas no se ven, esto significa que hay en delitos de género el 97% de impunidad de acuerdo a la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad y que los feminicidios son investigados como asesinatos para no subir los alarmantes índices.
Volvamos al artículo de El País, en el que se revela que el segundo dictamen forense hecho por Mario Escobar papa de Debanhi, detalla que “se trata de una muerte violenta homicida, que el cadáver presentó huellas de una relación sexual violenta y que fue golpeada por un agente contundente varias veces en la cabeza y murió antes de llegar al tanque de agua”, todo esto concluye que fue un Feminicidio. A estas alturas que un periódico internacional como el País nos de a conocer detalles sobre el Feminicidio de Debanhi, descalifica completamente a la Fiscalía del Estado de Nuevo León, y aún más que la ciudadanía en general rechace el primer dictamen hecho por las autoridades de justicia.
El caso de Debanhi se ha convertido en el símbolo de las desapariciones y feminicidios en México, el feminicidio de Debanhi hoy es la voz de todas las que faltan, de los más de 229 feminicidios que están registrados en lo que va de 2022, del incremento del porcentaje de 121% de feminicidios y los muchos otros que están catalogados como homicidios y que no se investigan ni son juzgados con perspectiva de género.
Las estadísticas de feminicidios y desapariciones siguen en aumento, mientras que en las Fiscalías continua la corrupción y de impunidad sobre delitos cometidos contra las mujeres. La fabricación de espectáculos televisivos, en medios y redes sociales sobre feminicidios y desapariciones solo van cambiando el nombre de las víctimas, esta es la realidad que vivimos día con día. El casó de Debanhi Escobar tiene que poner en evidencia las carencias en el sistema de procuración en impartición de justicia con perspectiva de género y que ya es tiempo de hacer algo más que levantar la voz por todas las que nos faltan, que es tiempo de exigir a las autoridades que ejecuten una verdadera justicia de género.