Gerardo Lozada Morales
Las últimas dos semanas el priismo ha dado mucho de qué hablar debido a sus problemas internos y externos. Después de ser expuestos por el gobierno actual como simples mercenarios de intereses económicos debido a su postura en contra del ejercicio democrático de revocación de mandato y de la postura que tomaron en contra de la reforma energética, además de ser ahora un partido servil del panismo, se han destapado una serie de corruptelas encabezadas principalmente por su dirigente nacional Alejandro Moreno, el cual, se encuentra inmerso en un escándalo que implica enriquecimiento ilícito y hasta las denuncias en Campeche por sus atrocidades y el cinismo de cerrar calles para pasear en su Ferrari.
No obstante, los escándalos del dirigente que se vinculan directamente con su partido (PRI), dan evidencia de que operan desviando dinero en panamá y en distintos Estados como Puebla con viejas mafias como el marinismo, poder esconder riquezas debido a que saben que van a perder absolutamente todo en las próximas elecciones y que no tienen posibilidades de competir para la elección presidencial del 2024.
Estas estrategias no son nuevas, son réplica exacta de la corrupción política que Puebla ha arraiga desde hace muchos años, y para ellos se puede recordar que no solamente fue el marinismo, sino el morenovallismo los que operaron con redes de corrupción y estructuras económicas que involucraron tanto huachicoleo; es decir, robo de combustibles, así como la creación de estructuras (entelequias) económicas para justificar gastos multimillonarios a través de “cursos y capacitaciones” operados por la escuela de formación de cuadros del priismo llamada “Jesús Reyes Heroles”.
Entre los involucrados, se encuentran operadores de Alejandro Moreno como Lázaro Jiménez Aquino, quien desde 2020 llegó a la escuela de formación de cuadros, y quien se encargó de las operaciones económicas, las cuales, ya se encuentran en la red disponibles para su consulta y donde se da evidencia de las sumas multimillonarias que se pagaron para los cursos de “comunicación social”. Todo lo que ya se está investigando actualmente.
El cinismo del priismo, los ha llevado al desespero por guardar grandes cantidades de dinero, no sólo demuestra su debacle y próxima desaparición, sino exponen a una red de delincuentes que se esconden dentro de una estructura partidista, y eso refleja la gran necesidad de que la reforma político electoral logre regular las actividades internas de los partidos, y mayormente cuando se trata de presupuesto y manejo de recursos que son públicos.
El Autor es catedrático de la UDLAP y miembro colaborador del Observatorio ciudadano de cultura y prácticas de un buen gobierno.
