La derrota de la coalición

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Guillermo Buendía

 “…aquellos que tienen la necesidad de esconder realidades

de sí mismos frente a los demás”

Carta de Charles Bukowski, poeta maldito de la miseria humana.

Cuando lo “políticamente” planeado fracasa se recurre inmediatamente a diversos mecanismos para ocultar la realidad. Uno de ellos, el discurso triunfalista para construir una realidad a modo. Desde la misma tarde del domingo pasado, al ir conociendo las tendencias de las encuestas de salida de los comicios de seis estados de la República, dirigentes de partidos y candidatos, principalmente, iniciaron la construcción de una realidad falsa sobre el triunfo electoral. Un destacado miembro del círculo operador de las elecciones reunido en la sede del PAN, al descalificar los resultados adversos -Santiago Creel Miranda involuntariamente atacó a su aliado tras denunciar las “trácalas a la democracia” que no se veían “ni en las peores épocas del PRI… (turbado por el error cometido, compuso) hoy nuestro aliado ya democratizado”- impuso la percepción inequívoca de quien acusa primero los vicios de la democracia mexicana tiene motivos para declarar la rectitud política de ser oposición al gobierno de la 4T empeñado en organizar elecciones de Estado.

El dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cardenas -no quiero ser pitoniso, advirtió- rodeado de reporteros expresó el domingo que los triunfos de su partido los vamos a defender en tribunales. ¿Qué elección impugnará? Los resultados oficiales del PREP no sustentan ningún recurso de nulidad electoral. El antecedente más cercano de anulación se dio en 2018, cuando el TEPJF resolvió reponer la elección de Monterrey, Nuevo Leon, por “no tener la certeza de los resultados finales”. El priista Adrián de la Garza Santos se reeligió con un “triunfo inobjetable” sobre Felipe de Jesus Cantú, del PAN.

Estas posturas son demostrativas de la vía por donde corre la derrota de la oposición atrapada, además, por los intereses cupulares del gran capital y ajena a los de una sociedad demandante de justicia social, harta de la impunidad de gobernantes involucrados en negocios privados, enriquecimiento inexplicable o nexos con el narcotráfico. Ejemplos sobran: Javier Duarte, César Duarte, Roberto Borge, Eugenio Hernandez, Tomas Yarrington, Mario Villanueva Madrid, Aristoteles Sandoval, ejecutado, y recientemente, Francisco Garcia Cabeza de Vaca, quien enfrenta la presunta acusación de diversos delitos que lo mantienen en un escenario del desafuero o fuga. A los casos de los ex gobernadores se suman a esta lista ex legisladores, ex funcionarios públicos del más alto nivel, sin excluir a militares, de los cinco últimos gobiernos de la República.

Con más historia en el poder, el PRI se ha convertido en obstáculo dentro de Va por México. Los audios filtrados y difundidos profusamente resultan ser únicamente el telón de fondo de la crisis de varios flancos: resquebrajamiento e ilegitimidad de representación, sin autoridad e identidad políticas, vinculación social mínima, desmantelamiento de estructuras operativas, militancia sectorial mítica inactiva. Este lastre acumulado del otrora poderoso partido de Estado coloca en una crítica situación la permanencia de Alejandro Moreno Cardenás, la cual ha colapsado los fines políticos de la coalición y afectado negativamente el avance electoral de la misma.

Los daños colaterales causados por la dirigencia del PRI llegan al PAN por la vía de la complicidad y encubrimiento, y el costo se refleja en la retracción del voto. Las señales de este fenómeno se dieron en las elecciones del 2021 y se repitieron el domingo pasado, empeorando la factibilidad de la coalición. El asunto fue relegado durante un año por los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional enredados en polemizar la agenda presidencial y consolidar -eufemismo de imposición- las candidaturas tanto dentro de los partidos como en la coalición. La caída de la votación local al no alcanzar el 3 por ciento pone en riesgo la pérdida de las prerrogativas de los partidos Revolucionario Institucional y De la Revolución Democrática. La participación de este último en Va por México sirve para encubrir el bajísimo porcentaje de la votación por estado, siendo una fuerza política simbólica para inflar una oposición política, no electoralmente competitiva. De confirmarse los datos tendenciales del PREP del lunes a mediodía -los porcentajes del PRD 3.2, 2.7, 2.5, 3, 2.9 y 1.4 en Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, respectivamente- con los resultados finales coloca a este partido a un paso de la desaparición. Haberse definido socialdemócrata para coincidir con los fines privatizadores del modelo neoliberal no lo salva de la ruina electoral, cuando sólo queda un membrete artificialmente vigente, un “cascarón” de partido. Por su parte, el PRI entró a la región de votaciones riesgosas al acercarse al mínimo requerido por la legislación electoral.

Esto ocurre también en Juntos Haremos Historia. Los partidos Del Trabajo y Verde Ecologista de México registraron un retroceso porcentual de la votación que pone en riesgo de perder las prerrogativas. En Aguascalientes no rebasaron el 0.8 y 0.7 por ciento respectivamente. El PVEM obtuvo el 2.5 en Durango; el 2.7 y 1.1 por ciento registraron el PT y PVEM, respectivamente, en Hidalgo. En Oaxaca, el PVEM tuvo el 2.1 por ciento, en tanto el PT en Quintana Roo registró el 2.8 por ciento, según cifras del PREP.

La suma de votos dentro de la coalición Va por México no es acumulativa por partidos. Los números absolutos de la votación como coalición son determinantes para medir la fuerza de conjunto, no por partido. Por ello, el comportamiento electoral de los últimos tiempos no guarda una relación directa y determinante con el clientelismo de los programas sociales -es una lectura errónea de la oposición para descalificar los resultados favorables a MORENA- porque está la otra parte del problema, el abstencionismo. Este arraigado fenómeno acusa la falla funcional de la democracia representativa: el voto para delegar a los gobernantes electos el ejercicio del poder sin el consenso social. Y en este sentido, el INE ha jugado un papel fundamental para obstaculizar el avance de la democracia participativa, pues los instrumentos incorporados a la Constitución acotan el poder público anteriormente absoluto y unipersonal encarnado en el presidente de la República.

El PAN gobierna cinco estados, el PRI tres y MC dos. El resto del país está en manos de MORENA y aliados. La reducción de la votación de los ahora partidos de oposición reunidos en Va por México está en función directa por lo expresado por el empresario Claudio X Gonzalez: son partidos ya muy vistos. La manera de ocultar la historia autoritaria y represiva de la época priista, la corrupción del binomio PRI-PAN. La derrota electoral de Va por México es política, entendida en el contexto del agotamiento del neoliberalismo para disminuir la abismal desigualdad social y el caudal de pobreza.

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