- Aunque se han leído con ironía las referencias del presidente López Obrador en sus mañaneras sobre el fracaso de la alianza opositora en las elecciones de gobernadores en el 2021 y 2022, hacia el interior de la coalición debería haber una lectura más estratégica irreflexivas porque el presidente de la República tiene mucha experiencia en materia de alianzas y sensibilidad política con la sociedad. Las críticas presidenciales pueden servirle a la coalición para mejorar, si es que existe al interior del grupo algún mecanismo de asimilación de críticas.
- Un dato que fue muy claro en las elecciones de gobernador fue la ausencia, directa o por influencia, de la Coparmex, del empresario Gustavo de Hoyos y del activista ultraderechista Claudio X. González. La impresión que se tuvo en los cuartos de análisis político fue en el sentido de que estas tres participaciones fueron relegadas por decisiones de los partidos, pero también porque los propios interesados no supieron cómo sumarse a las campañas políticas de guerra electoral por inexperiencia y por insensibilidad social.
- Lo que queda en el análisis de la relación de los 3 partidos con las 3 instancias empresariales es la percepción de la falta de entendimiento de los empresarios hacia la política y de la política hacia los empresarios. Los partidos trabajaron en función de las necesidades sociales, en tanto que los empresarios siguieron insistiendo en la aureola de la democracia teórica. Inclusive, fue muy significativo que los intelectuales que apoyan alianza opositora también brillaron por su ausencia a lo largo de la selección y solo emitieron sus críticas al final.
- Y fue relevante la reacción de dos importantes figuras liberales con participación en el debate contra el presidente de la República: el escritor Jesús Silva-Herzog Márquez planteó su decepción sobre la alianza en su artículo publicado en Reforma el 29 de mayo: dijo que la coalición era “una alianza de zombies”. Y el periodista Carlos Loret de Mola, después de las elecciones, quedó desencantado y concluyó que la coalición no iba a ser adversario de Morena en las elecciones presidenciales del 2024, ofreciendo una explicación boxística: Morena es un peleador de peso completo con capacidad y fuerza, en tanto que la alianza presentó la imagen de un peso mosca que solo aspira a bajar con vida del cuadrilátero.
- Y en medio del resultado electoral del domingo 5, el presidente López Obrador dejó muy claro qué va a manejar de manera directa el proceso de nominación del candidato de Morena y qué solo tiene hasta ahora tres enlistados: la regenta Claudia Sheinbaum, el canciller Marcelo Ebrard y el secretario Adán Augusto López Hernández. Con habilidad política, López Obrador ya le cerró la puerta formal al líder senatorial Ricardo Monreal Ávila en Morena y abrió el espacio para que pudiera ser candidato por algún partido de oposición. Como no hay nada escrito en piedra, el candidato de Morena va a ser el que aguante los jaloneos y manoseos en Palacio Nacional a lo largo de mañaneras del próximo año y medio.