En el ámbito local los intereses políticos se cuecen aparte. Y para muestra, Oaxaca, donde a punto de vencer el plazo para solicitar el registro de coaliciones ante el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (IEEPCO), el PRD y Morena siguen una ruta distinta a la requerida por las dirigencias nacionales.
Respecto a Morena para empezar la mesa para concretar la coalición con el PVEM y el PT se instaló en la Ciudad de México, porque el tribalismo morenista la impidió en la entidad. Y a la capital llegaron el dirigente estatal, Sesul Bolaños, y diputados locales del grupo interno contrario.
Éstos últimos hasta querían desconocer a Sesul. Y se armó el alboroto con toda intención de reventar las pláticas a punto de vencer el término del plazo para solicitar el registro de coaliciones ante el OPLE: Miércoles seis de enero a las 24 horas.
Uno de los grupos, afín al senador Salomón Jara Cruz, argumenta haber un acuerdo del Consejo Estatal de Morena el cual rechazó ir en alianza con el Verde para las elecciones oaxaqueñas 2021 para diputados al Congreso del Estado y concejalías a los 153 ayuntamientos de régimen partidista.
Y otro grupo ve con buenos ojos una coalición local Morena, PVEM y PT. Por su parte los petistas en todo momento han mostrado disposición para ésta alianza, encabezando las pláticas el diputado federal Benjamín Robles Montoya, Noel García y Dante Montaño.
Pero lo que son los morenistas, son una Torre de Babel. Y el lío se agrava por dos razones:
Una: Parte del morenismo cree que el Verde en Oaxaca es una réplica priista y todo porque sus primeros cuadros provienen del PRI, entre ellos el senador Raúl Bolaños Cacho y el líder estatal, José Antonio Estefan Guillessen.
(Imagínese, es como si se dijera que Morena es similar al PRD).
Dos: La sucesión gubernamental: Los senadores Salomón Jara y Raúl Bolaños son cartas para la elección 2022. Entonces, parte del morenismo oaxaqueño cree que la coalición fortalecería al Verde con posiciones en el Congreso Local y en ayuntamientos, y eso no conviene.
¿Y para qué se pelean por acontecimientos inciertos? Vaya, para la próxima gubernatura de Oaxaca la entidad puede entrar en género y ser candidatas en vez de candidatos. Recuerden que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ya ordenó legislar al respecto. Y si ahora el priista Alejandro Murat gobierna, quizá lo suceda una mujer.
En fin, retomando el tema: La coalición Morena-PT-PVEM para las elecciones locales de Oaxaca corre el riesgo de descuajar; incluso, si llega a concretarse nada garantiza que los morenistas trabajen para hacer ganar al Verde en los distritos correspondientes.
Lo que sí, si Morena (con o sin coalición) impone candidatos corre el riesgo de partirse y, ¡zaz!, perder posiciones en el Congreso Local, donde actualmente son mayoría.
Y los desprendimientos los jalará el Verde, el PAN y hasta el PRI.
¿Y LA OTRA COALICIÓN?
Ah, por lo que respecta a la coalición del PRI y el PAN para las elecciones oaxaqueñas, pues el PRD la rechazó. Bueno, no todo el partido, sino solo algunos miembro:4 contra 2 integrantes de la Dirección Ejecutiva Estatal.
¿Y esto beneficia o afecta una eventual coalición entre el PRI y el PAN? Pues todo depende desde el ángulo que se vea y en base a casos concretos.
Sin embargo, el perredismo oaxaqueño no se ha caracterizado por honrar su palabra empeñada. Hasta ha habido ocasiones en que militando en el partido del Sol Azteca encubierta o abiertamente apoyan partidos o candidaturas distintas.
Con sus honrosas excepciones, los perredistas son muy dados a la inacción y a la traición cuando algo no les parece; entonces si la dirigencia nacional los obliga a avalar un convenio de coalición con el PRI y el PAN las candidaturas de esta alianza correrán riesgo extremo.
FUERA DE LA LÍNEA NACIONAL
Sin duda Oaxaca es un claro ejemplo de que los intereses locales son muy distintos a los nacionales en cada partido político, sin percatarse que una elección local puede impactar a la federal y viceversa.
Entonces nadie ganará tan fácilmente las mayorías parlamentarias.
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