Trumpistas asaltan el Congreso, y EEUU suda frío

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Soy de quienes creen que los locos embates de Donal Trump para mantenerse en la Casa Blanca nunca pusieron en riesgo a la democracia y al orden institucional de Estados Unidos.

Eso no quiere decir que no reconozca que, al lanzar a sus simpatizantes contra senadores y representantes en pleno proceso de ratificación Legislativa de los resultados electorales y el triunfo de Joe BaidenTrump buscaba dar un golpe populista que pudiera convertirse en una insurrección en todo el país.

Pero no, nada de esto ocurrió. Al final las enormes e imponente instalaciones del Capitolio se tragaron en su laberinto de pasillos y salas a los cientos de trumpistas y las imágenes transmitidas por la TV los presentaron como una pequeña turba de desadaptados que dentro no sabían ni que hacer ni a dónde ir.

El evento al final no fue lo que se especulaba iba a ser. Y es que durante los días recientes se habló de que cientos, miles de simpatizantes de Trump saldrían, armados hasta los dientes, a las calles de decenas de las más importantes ciudades del país, para apoderarse de las instalaciones y los sitios más importantes en exigencia de desconocer la derrota de su líder.

Al parejo se especuló que un centenar de representantes y decenas de senadores republicanos rechazarían por igual estos resultados para dar, ahí sí, un golpe técnico, o de Estado, en EU.

Sería, se escribió, analizó y dijo, un golpe de poder al parejo de una insurrección ciudadana.

Pero no, nada de esto ocurrió.

Todo quedó en una irrupción, asalto de cientos de simpatizantes radicales en el Capitolio donde provocaron algunos destrozos menores mientras se sentaron en algunas sillas de personajes legislativos importantes, pero nada más.

Desacostumbrados a acciones de esta naturaleza (nada que ver por ejemplo con las acciones de los anarquistas y encapuchados, de las encapuchadas y feministas en México, donde atacan con martillos o se lanzan bombas molotov a diestra y siniestra, contra oficinas, comercios o monumentos históricos), las autoridades, medios informativos y sociedad norteamericana fueron presas de la inquietud y el miedo.

Afectos a la numeralia y a confrontar el presente con el pasado, los periodistas y analistas indicaron que nunca había ocurrido algo así en EU.

Inexperto en política, Trump fue exhibido como un troglodita rabioso, ingenuo y tonto, que lanzaba a sus simpatizantes a una aventura estúpida y sin futuro.

Lobos del poder, con el presidente electo Joe Baiden a la cabeza, su contraparte aprovechó el asalto de trumpistas al Capitolio para darle la puntilla a Trump y sus aliados.

Para sepultar cualquier otro intento, la noche de ayer se daba a conocer el triunfo de Raphael Warnock y Jon Ossoff en las elecciones extraordinarias de Georgia con lo cual los demócratas no sólo arrebatan la mayoría en el Senado a los republicanos, sino que con la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes dan el control del Congreso en Pleno a Baiden.

Al final, estamos viendo que todos, demócratas y republicanos, reasumen sus roles institucionales para preservar la fuerza de las instituciones democráticas norteamericanas. Nadie allá come lumbre. Saben que los triunfos y las derrotas no son para siempre.

En síntesis: los hechos de las últimas semanas, de las últimas horas, advierten que las instituciones democráticas de EU garantizaron siempre el triunfo de Joe Baiden frente a las locuras y amagos de Trump.

Eso no pretende ignorar que las pretensiones del empresario revelaron que en la sociedad norteamericana existe un segmento de ultraderechistas muy importante. Tampoco pretende ignorar, ocultar que existe una fractura social real. Lo mismo se da hoy en muchos otros países. En México sin ninguna duda por actos y dichos similares del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en eso parece un clon de Trump.

NUESTRO “TRUMP

Por ello vale la pena ver todo lo ocurrido en Estados Unidos dentro del mandato presidencial y la trama electoral de Donald Trump en el contexto de nuestro propio proceso electoral del 6 de junio de este 2021.

No pocos creen que AMLO actuará igual que su aliado en la Casa Blanca. No sólo va a intentar influir por todos los medios en el proceso, sino que, si sus candidatos pierden, si la oposición y sus alianzas le arrebatan la mayoría en la Cámara de Diputados, él va a desconocer los resultados, va a alegar fraude.

Ni qué decir que lo mismo ocurrirá en el caso de la renovación de las 15 gubernaturas.

2021=2120 BIS   

En cuanto a México en el inicio del nuevo año, no descubro nada. Todo es igual que el anterior: tenemos el mismo presidente, las mismas crisis sanitarias, económica, social, político y de seguridad.

Los indicadores en todos los campos continúan su inercia y es que, ya lo dijeron todos los filósofos conocidos: a acciones y decisiones iguales, iguales resultados.

Así que, pues desearles a todos ustedes felicidades y nuestros mejores deseos de éxito, bienestar y salud, pues son apenas eso: deseos.

MONREAL: UN OPTIMISTA SIN DOBLEZ     

En este contexto hay quienes sí creen en un futuro mejor. Un optimista políticamente irredento es Ricardo Monreal, quien como presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, se solidarizó con senadores y representantes de EU frente al ataque loco de simpatizantes de Donald Trump.  

En un twitt dijo:

“Los congresos tenemos funciones legislativas que cumplir. Hoy la violencia irrumpió en la sesión del Capitolio estadounidense, en que se ratificaban los resultados de la elección presidencial. El #senadomexicano se solidariza con sus contrapartes y con la relevancia de su labor”.

Respecto de México indicó que, pese a que en el 2020 los mexicanos y el resto del mundo vivimos un año por demás complicado no sólo por las secuelas del Covid, la llegada de la vacuna a México abre la puerta a la recuperación económica.

Consideró que uno de los desafíos como sociedad está hoy el de apuntalar la transformación de México, o dar marcha atrás, y regresar al pasado, con su voto el 6 de junio próximo.

Consideró igual que pesar de la gran incertidumbre que vivimos por la ausencia de un antídoto y tratamiento eficaz contra el Covid, la expectativa de crecimiento para México suena más alentadora con la llegada de la vacuna

Hoy iniciamos el año con una proyección de crecimiento de un 3.8 por ciento, no obstante dependerá también de que todos contribuyamos para lograr la meta o superarla, dijo.

Indicó que eso se logrará trabajando de la mano con la ciencia.

Por ello Monreal llamó a evitar cualquier polarización, principalmente en este año electoral, pues caer en provocaciones puede alejarnos de la recuperación que la sociedad necesita.

Dijo que de acuerdo a las proyecciones, México verá durante el primer trimestre que se potencializará la creación de empleos y la reconstrucción de los negocios que se extinguieron a causa de la crisis económica.

Este 2021, insistió, viene cargado de expectativas de crecimiento y de una mejoría en los bolsillos de los mexicanos. Después de un turbulento 2020, viene la revancha del 2021, aseguró.

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