El fin del dedazo presidencial, la radicalización de la oposición, y la necesidad de una reforma política-electoral rumbo al 2024

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Gerardo Lozada Morales

Después de mirar a los contendientes internos de MORENA presentarse públicamente hace unas semanas en el Estado de México; tal es el caso de Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López Hernández, se ha llegado a analizar en diferentes medios que el candidato que salga victorioso de la terna, será el próximo presidente de la República. Factor que ahora despierta diversas incógnitas a responder, la principal es: si el candidato será designado de manera democrática o será impuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador debido a su gran respaldo ciudadano y a la gran capacidad de control que ha tenido sobre las fuerzas internas de su partido.

Lo que es un hecho, es que el dedazo presidencial del ancien regime antidemocrático; que se finiquitó con el lamentable asesinato de Luis Donaldo Colosio, y que intentó ser replicado por los dos sexenios panistas de Fox, Calderón y el gobierno priista de Peña Nieto, llegó a su fin en el presente siglo XXI, y más después del proceso de elección vivido en el 2018. Asimismo, habrá que mirar el interior de los partidos, pues es un subsistema que se desarrolla de manera esotérica al sistema político mexicano, como bien lo define la ciencia y la teoría política.

De igual manera, se devela la incapacidad de la oposición (PRI-PAN-PRD) por competir democráticamente en el presente. A tal nivel de que han vuelto a articular una campaña de golpeteo mediático en contra del gobierno federal que bien evidenciaron académicos de la UNAM esta semana, al demostrar que días antes de la contienda electoral celebrada el 7 de junio, pues se financió a todo tipo de medio tradicional y redes sociales para promover el mensaje de un “narco gobierno”, principalmente en Aguascalientes y Durango, hasta el grado de ser notas nacionales. No obstante, el desespero del panismo manipulado por Claudio X. González ha buscado a cualquier medida someter a Movimiento Ciudadano a unirse a su bloque opositor. De lo cual, al tener negativas por parte de Dante Delgado y los principales líderes internos de MC, han llevado ahora al panismo en Jalisco, a aprovechar las pifias cometidas por el actual gobernador Samuel García “el doctor de doctores”, como: el tema de los feminicidios y la escasez del agua, etc. para promover desde sus diputados estatales la remoción de su mandato.

No cabe duda, que a sabiendas de no contar con el respaldo ciudadano y de no volcarse a la competencia democrática honesta, siguen operando con su violencia tan característica que los ha perpetuado desde el siglo pasado. El PRI sigue con su severa crisis interna, el PRD se encuentra occiso, y MC se encuentra tratando de apuntalar a Luis Donaldo Colosio Riojas para beneficiarse en el futuro del debilitamiento opositor.

Hoy la política mexicana ha cambiado mucho gracias a la democratización. Pero falta mucho por construir para poder llegar a una consolidación que ayude a evitar la reproducción de dichas prácticas que nos persiguen como rémoras del viejo autoritarismo que existió en nuestro país. ¡Urge una reforma política-electoral!, pues el INE sigue operando como un centro oligárquico. Algo tan cínico que se pudo presenciar con la visita de Lorenzo Córdova a Colombia en pleno proceso de elección presidencial, respaldado por la OEA, y donde muchos medios internacionales denunciaban los intentos de orquestar un fraude financiado por EEUU y por la red de operadores (observadores) electorales que desde hace muchos años mueven para desestabilizar gobiernos en el continente. Hoy también la política latinoamericana ha cambiado gracias a la participación ciudadana.

El autor es catedrático de la UDLAP y miembro colaborador del Observatorio ciudadano de cultura y prácticas de un buen gobierno A. C.