¡Hay Tiro! Claudia vs. Claudia

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Xóchitl Patricia Campos López

Los recientes conflictos en el PRI han orillado a comprender la indispensable salida del dirigente Alejandro Moreno Cárdenas, pero también han hecho notorio el regreso hegemónico del salinismo por vía de Claudia Ruiz Massieu quien, a partir de las severas y justas críticas a la dirigencia priista, se inscribe en la sucesión presidencial por derecho de sangre.

Claudia Ruiz Massieu cuenta con elementos propios importantes para competir contra Claudia Sheinbaum. Ambas candidaturas presidenciales, protagonizarían la lucha del feminismo neoliberal frente al feminismo populista, las Yeguas Finas (Guadalupe Loaeza) midiéndose con las Yeguas Sueltas, Jackie Nava boxeando contra Barbie Juárez, el PRIANRD y el PRIMOR en su versión inteligente.

Claudia, la priista de abolengo, ha reconocido el linaje de la Familia Revolucionaria, los equívocos gerenciales tecnócratas y la necesidad de impulsar un frente opositor que haga patentes la nueva clase política, la nueva política y el país modernizado que ofreció el tintero de la Cultura de Davos. La redención del nacionalismo revolucionario se encuentra en el nacionalismo neoliberal. La experiencia de Claudia Ruiz Massieu en la Alta Política le permite conocer la estructura de la red de poder en el país y tener el padrinazgo necesario para competir. Pero, a diferencia de Sheinbaum, tiene -o aparenta mejor- una independencia, inteligencia, clase, figura, belleza, capacidad y liderazgo, que sólo distingue a las damas de alta sociedad; pero fuertes e importantes en un país como México. Es innegable la pertenencia aristocrática de la Ruiz Massieu, sin embargo, la buena cepa y educación son importantes de tomarse en cuenta, Claudia -la priista de abolengo- podría sustituir al partido albiceleste en la dirección del bloque opositor y Salinas -el tecnócrata innombrable- retirar el mando al adinerado hispanista tonto de Claudio X. González.

El peor enemigo de Claudia Sheinbaum es la servidumbre voluntaria hacia López Obrador y el indescifrable proyecto de la Cuarta Transformación. La disciplina es importante, pero agota; a la Jefa de Gobierno de la CDMX le urge una manifestación de autonomía, emancipación y personalidad, seguramente ello vendrá a borbotones si la candidatura presidencial de Morena se manifiesta en su persona, sólo que el propio AMLO reconoce la llegada anticipada de los tiempos: es ahora o nunca.

Si la sucesión presidencial se conduce con el guion de mujer contra mujer, la competitividad y protagonismo resultan un hecho.  Nadie sabe luchar como las mujeres. A México le corresponde una sucesión donde el kiriarcado vetusto -neoliberal o nacionalista- sea excluido y la mirada de una mujer en la presidencia de la república asegura el orden y cuidado de México en el mundo postcovid. A nuestro país lo fundaron las mujeres, de un modo u otro y de todos los modos posibles, el ajuste histórico es fundamental. Claudia, Claudia y ya.