USA está de vuelta en Europa

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Y no son precisamente buenas noticias. Pero la realidad habla por sí sola: lo de Ucrania parece el principio de muchas otras cosas malas por venir dadas las circunstancias actuales.

En  la pasada Cumbre de la OTAN en Madrid –a la que asistí en persona– quedó muy claro que Estados Unidos está de vuelta a la geopolítica europea; tras años  de olvido y echarle en cara a los europeos que pagasen por su propia defensa, nuevamente Washington ubica a Europa dentro de su zona de interés y de influencia.

Los planes militares del presidente Joe Biden pasan por fortalecer a la Alianza enviando más soldados, más equipo militar y más armamento sobre todo para reforzar el flanco oriental.

Como lo dijo Biden durante el histórico cónclave: “A principios de este año enviamos 20 mil soldados a Europa para responder a los movimientos de Rusia. Vamos a seguir fortaleciendo está  postura. En España, vamos a trabajar con nuestro aliado para aumentar los destructores que tenemos en la base de Rota, de 4 a 6; en Polonia, vamos a crear una sede para fortalecer nuestra colaboración y mantener brigadas rotatorias con 3 mil soldados y 3 mil empleados”.

También Rumanía tendrá 5 mil soldados estadounidenses. Pero los planes desde el Pentágono quieren más: según lo expresado por el mandatario norteamericano habrá despliegues rotativos en los Países Bálticos y  dos escuadrones  de aviones F-35 en  Reino Unido y más capacidades de defensa aérea  en Alemania e Italia.

La intención fundamental es hacer que la OTAN esté lista para todo tipo de amagos, en todos los ámbitos: tierra, mar y aire. Aunque la visión estratégica de 360 grados que pretende la organización trasatlántica para los próximos años también recoge en su Concepto Estratégico las amenazas cibernéticas e híbridas.

Para Biden, el dictador ruso, Vladimir Putin, está intentando acabar con el orden mundial establecido  y Estados Unidos y sus aliados no van a permitirlo por eso están más unidos que nunca antes.

Aunque unos a otros vayan a usarse. Sobre todo, la Casa Blanca terminará usando a Europa otra vez, pero el miedo a Putin es un poderoso factor de cohesión.

En la mañana del 29 de junio, el arribo de cada uno de los treinta líderes al Palacio Municipal de IFEMA Madrid marcó un protocolo de bienvenida flanqueado por Jens Stoltenberg como secretario general de la OTAN y del presidente español, Pedro Sánchez, anfitrión de la Cumbre. Cada uno de los mandatarios lució en la solapa de su saco un Pin con el logo conmemorativo  del encuentro destacando OTAN/NATO. Biden fue el único que no se lo puso, él optó por llevar un Pin con la bandera de su país.

Estados Unidos está de vuelta a Europa. A la Europa a la que el demócrata Barack Obama exigió gastar más por su propia defensa. A la Europa que el republicano Donald Trump despreció y echó en cara que el erario estadounidense pagase por defender a los ciudadanos europeos e incluso llegó a exigir groseramente que los países aliados incrementasen su gasto militar al 2 por ciento.

 

A COLACIÓN

La acción bélica rusa ocupando a otro país ha hecho que todos esos disgustos quedasen en el pasado y al menos –momentáneamente– los aliados solo muestran sonrisas y se dan palmaditas entre ellos  como si fuesen los grandes amigos. Washington vuelve a ser el garante de la  defensa de Europa de ser necesario porque defenderá cada centímetro.

Stoltenberg no pudo estar más agradecido con el que prácticamente es su patrón y le agradeció reiterativamente su liderazgo y todo el apoyo mostrado a Ucrania.

En cuanto al futuro inmediato, Finlandia y Suecia, ya tienen la invitación formal para unirse al grupo militar y defensivo. Todos los presentes lo festinan como un triunfo moral ante Vladimir Putin.

Ha sido posible este paso gracias a que el mandatario turco levantó el veto a Suecia y a Finlandia para ingresar en la OTAN tras adoptarse compromisos a favor de reforzar las leyes en relación con los grupos terroristas. Turquía considera a los Kurdos una organización terrorista.

Se espera que el martes 5 de julio logre firmarse el protocolo de adhesión de Suecia y de Finlandia; prácticamente un proceso fast track. En sí mismo ya es un  hecho histórico considerando que ambos países rompieron en los últimos cuatros meses (tiempo de la invasión) su tradicional postura de neutralidad. Todo va muy rápido, con una celeridad preocupante…

@claudialunapale