El fondo de la revuelta interna de Morena

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En alusión a las lecciones internas celebradas este fin de semana, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, escribió en Twitter: “Somos el partido más grande del país y el único que hace este tipo de ejercicios en los que ponemos las decisiones más importantes en manos de la gente. 

“Quisiéramos ver qué partido político pudiera organizar un proceso interno de este tamaño y, además, con una respuesta tan extraordinaria de la gente. Por otro lado, por ejemplo, el PAN y el PRI están sufriendo por juntar el número de afiliados que les exige la ley.” 

Sí y no.

Ciertamente, hasta el momento es el único partido político con capacidad de organizar un proceso interno abierto para la renovación de su estructura interna: Órganos colegiados y ejecutivos en sus distintos niveles: Distritales, estatales y nacionales.

En 2019, el PRI organizó una elección interna, pero para elegir solamente titulares de la presidencia y de la secretaría general de su Comité Ejecutivo Nacional. Pero no lo ha hecho, para renovar toda su estructura a lo largo y ancho del país.

Y sí, Morena es el único partido con dicha capacidad. Pero también es el único que en su proceso de organización demuestra tribalismo y fraude electoral. Las imágenes vistas este fin de semana en el contexto de la elección celebrada en los 300 distritos electorales federales para elegir congresistas y consejeros, es harto cuestionable.

Los morenistas deberían ser ejemplo de civilidad y rectitud electoral, máxime cuando en su estatuto se definen como “protagonistas del cambio verdadero”. Sin embargo, proyectan lo contrario al practicar los mismos vicios que tanto critican del PRI y del PAN: Acarreo, coacción del voto y violencia electoral (quema de urnas y hasta golpes).

Si así actúan en sus propios procesos internos, ¿cómo actuarán en las elecciones populares? Dejan la duda. Claro, hay excepciones: Morenistas que hacen honor a la autodefinición estatutaria, pero son los menos. No obstante, con la imagen proyectada como partido, Morena con qué cara cuestionará a la oposición cuando ésta incurra en practicas viciadas en comicios constitucionales.

De entrada, en estos momentos el proceso de la organización interna de Morena es motivo de escarnio en redes sociales por parte de opositores. Ahora que si éstos se infiltraron para generar desorden y hasta la nulidad de la votación en diversos centros de votación, es una mera hipótesis.

Aunque siempre existe la probabilidad.

Sin embargo, también es probable que los propios morenistas hayan sido protagonistas del acarreo, del fraude y la violencia electoral, porque el fondo del proceso interno para elegir congresistas y consejeros se encuentra en control de la estructura. 

Y controlar la estructura, es controlar las definiciones de candidaturas para los próximos procesos electivos locales y federal: 2023 y 2024, sobre todo éste donde se jugará la Presidencia de la República, la mayoría de las cámaras del Congreso de la Unión y casi la mitad de las gubernaturas del país.

UNIDAD 

A ver cómo sale Morena de su proceso de organización interno; Sí unido, o más desunido. Porque los grupos con menor número de congresistas y consejeros nacionales y locales, no quedarán contentos.

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