El mundo al revés

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Parece una afrenta que cuando públicamente se anuncia una persecución contra el expresidente Enrique Peña Nieto (extraño que hasta el momento solamente a él) estallen tres sospechas de ilícitos dentro del círculo cercano/íntimo del presidente. Veamos y empezamos por la familia, su hijo y su hermano.

José Ramon vuelve a despertar escándalo en las redes sociales por subir fotografías vacacionando lo mismo en áreas propias para el deporte en nieve que en lujosos hoteles (aseguran seis mil pesos por noche) en la playa.

Luego está el hermano de AMLO, Pío. Que no puede explicar el intercambio de fajos de billetes en efectivo para supuestamente apoyar al “movimiento”, digamos “aportaciones” como las calificó Andrés Manuel.

Y no puede faltar entonces la imposición (disfrazada en encuestas) de Delfina Gómez como precandidata al gobierno del Estado de México por segunda ocasión. Una mujer inculta que ha destrozados los programas emblemáticos de la SEP y que en Texcoco cometió el delito (así acreditado por las autoridades electorales) de extorsionar a los trabajadores con un diezmo de su salario también para el “movimiento”.

Ese delito merece cárcel (caso similar al exgobernador Jaime Rodríguez Calderón, “el bronco”, detenido por desvío de recursos) y que está corroborado al aplicarle una. multa de 4 millones de pesos a Morena. Sin embrago estos tres personajes han nadado abiertamente en la impunidad y protección presidencial.

AMLO al frente del gobierno y bajo la sombre de la “honestidad valiente” no puede fingir que en los tres eventos hay franca corrupción además de contradecir, digamos sus convicciones, compromisos de campaña y estrategias de austeridad republicana convertida en pobreza franciscana. Incluso el presidente ha evadido opinar sobre la conducta poco ética y moral durante las elecciones de los consejeros de Morena de su presentadora Ana García Vilchis y su marido en Puebla. Pero insisto, si AMLO de primer rebote intentó responsabilizar a la sociedad de llevar a juicio a los expresidentes, por qué ahora y de manera oficial lo hace con Peña Nieto.

Los ataques casi cotidianos del tabasqueño se han centrado en Felipe Calderón usando de muleta a García Luna. Incluso golpeó al expresidente Calderón hablando de sus pensiones, pero omitiendo que estas fueron donadas de manera voluntaria y altruista a instituciones pobres. A Carlos Salinas ya lo sacó de la agenda y le dejó de llamar el “innombrable”. A Ernesto Zedillo le debe gratitud política por permitirle competir para jefe de gobierno de la CDMX sin haber cumplido el requisito de residencia y condonarle sanción por los delitos de atacar vías de comunicación (carreteras federales) y áreas de seguridad nacional como los pozos petroleros. A Vicente Fox lo guarda en el cajón del desprecio, ese que tiene rotulado como “chachalaca). Y a Luis Echeverría le aplicó la insolencia de no darle los respetos y categoría suficiente al momento de su muerte.

Esto viene a dibujar un panorama de fuertes contrastes en donde los distractores se vuelven anclas antes de explicar cómo el presiente y Ebrard fueron “doblados” por Trump en un acuerdo indigno para la política migratoria y no únicamente por lo escrito por Jared Kushner en su libro sino por la reciente BURLA pública que hizo Trump de Marcelo Ebrard.

Por cierto, Ebrard ahora presume en redes sociales su cercanía con Evo Morales un individuo perseguido por su corrupción y que al recibir la invitación de asilo por el gobierno de México, usó nuestra bandera nacional como cobija al interior de una aeronave.

La danza de millones de pesos viene a impactar a AMLO, aunque él presuma que su plumaje no se ensucia al cruzar los pantanos.

Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.

@cramospadilla