Entre Murillo, el PRI y reunión de exmandatarios

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Cuánta queja contra el actual gobierno, cuánta desacreditación a su informe, cuánta defensa oficiosa vergonzante a Jesús M., cuánta estrategia distractora desde el priismo más estéril de lo importante a discutir en torno a Ayotzinapa y desencaminadora de la opinión pública para no enfocar lo trascendente se han desatado durante toda la semana para exculpar al pobrecito Jesús M. por haber sido detenido. Lágrimas de cocodrilo o plumas muy vendidas como cuando el PRI mangoneaba sentidos e intenciones de un artículo y se han avocado a defender lo indefendible. O simplemente, van extraviadas.

En esa desaseada tarea revuelven conceptos, no sabemos si porque no los entienden o porque les paga hacerlo como acicate para tratar de exculpar al imputado. Ayotzinapa es un crimen de Estado porque no es función de policías municipales, militares, polis federales  y de quien trabaje para el Estado, participar en ese crimen y entregar ciudadanos al crimen organizado o conducirse por activa o por pasiva no impidiendo que caigan en sus manos. No lo es porque Peña o Jesús M., se diga que estuvieron en el sitio, pues nadie lo ha dicho y no lo es porque a ellos per se se les señale, como botarates priistas se apresuraron a balbucear cuando se empezó a usar la expresión en octubre de 2014. Burdos. Y repiten esa sandez de que no estuvieron, en 2022. Su incapacidad de entender el concepto y no quererlo los lleva, incluso, a hablar de perseguido político o a decir que Ayotzinapa es más que nada bandera política que un crimen. Qué pusilánimes y qué ignorantes. Van así, en la misma postura de Peña diciendo que ya supérenlo…

No se le acusa y se detiene a Jesús M. por ser participe de Ayotzinapa, así que despreocúpense sus defensores oficiosos y que no se apresuren a exculparlo. Sí, él no estuvo esa noche de masacre. Se le detiene por señalársele de obstructor de la justicia, encubridor y entorpecedor de las pesquisas llevadas por senderos inútiles y no hacia donde correspondía. ¿Alguna duda hasta aquí? ¿qué detenerlo es político? bueno esa afirmación no ayuda ni aporta nada en el análisis de los acontecimientos, que es lo importante y no atiende los hechos, pues afirmar tal persecución política es una apreciación estrictamente subjetiva sin trascendencia ni fundamento legal, que es lo importante y no lo es el sentir de los simpatizantes de Jesús M.. Así de fácil. Es mucho más trascendente contra esas preguntas exculpatorias, formular esta otra: ¿existió el incidente de Ayotzinapa? Sí, existió, y entonces no es político. Lo que sí lo era, respondiendo al priismo que con tanta torpeza emitió un tuit diciendo que no toleraría que se usara a la fuerza del Estado sin apego a Derecho, fue usar la foto de López con Abarca para insinuar desde todos los frentes del Estado que ese  par era lo mismo. Esa fue otra torpeza priista de siempre, muy burda como el sexenio peñista, porque Abarca fue 20 años priista y solo al no darle la candidatura, se largó al PRD. Tenía dos días de ser perredista, listillos.

Su estampa se formó en el PRI. Fracasó la estrategia priista de desviar las investigaciones de posibles contubernios de instituciones federales con el crimen organizado y autoridades priistas en Ayotzinapa, como ya lo estamos viendo y ya antes cuando al final Abarca fue a parar a la cárcel y ojalá que no sea el único para arrebatarle a los opositores de López la burda banderita de victimismo que enarbolan jeremiqueando por Jesús M.. Mire que Alito sería un estupendo candidato al bote –no hay que ser tan modestos callando su nombre– y también por los muchos elementos que lo incriminan en otras tantas acciones no ligadas a Ayotzinapa. Como Alito lloriquea que solo espera venganza, merece por respuesta un ¡ay, ay, ay!, qué quejicas y qué carencia de liderazgo demuestra el priista, tan delincuencialmente escurridizo. Cada día que es titular del PRI, enloda más y más esas siglas. Allá el priismo imposibilitado de lavarlas con sus antecedentes.

Ayotzinapa es como el 2 de octubre y si alguien lo declara crimen de Estado, sin importar quien gobierne y por si hacerlo fastidia a alguien, es porque añade que no se castigó, además, a todos los culpables. Así de fácil. Eso sí, la tendencia victimista en pro de Jesús M. en nada se parece la impunidad de Corona del Rosal, Barragán o Echeverría o Díaz Ordaz. Y sí tuvo que ser un gobierno no priista el que ¡por fin! procediera. ¿No les agrada? haberlo hecho mejor cuando estuvieron al frente, priistas, y se habrían llevado el aplauso.

Detener a Murillo es un gran paso adelante y que nadie se equivoque, son 83 órdenes de aprehensión. Esas que con el PRI fue imposible conseguir. Así que ni victimizarlo. Conforme se alzan los testimonios que señalan de torturador y prevaricador a Jesús M. y eso sí, que lo decida un juez, faltaba más, es que sus defensores se han ido callando al saberse más detalles del sujeto. Cosa más inteligente ¡al fin! no pudieron hacer. Poco le ayudan defendiendo lo indefendible.  Cuánta queja priista por Jesús M.. Qué contraste tan repugnante con su silencio por el crimen de Ayotzinapa durante la era Peña Nieto. Peripatéticos los priistas. Alito balbucea que no se use todo el aparato del Estado contra nadie. Semejante rebuzno viniendo del PRI permite decir que el chiste se cuenta solo.

Y sí, que diga Jesús M. quién le daba órdenes. ¿Qué se inculpó el solito para no enlodar a nadie más? peor para él. Y no ayuda al PRI. Sería entonces un encubridor. Lo normal. Y vamos a otras cosas más trascendentes que las opiniones de priistas: ¿reunión de presidente y expresidentes?

El panista Vicente Fox siempre deja pasar la fantástica oportunidad de quedarse callado. Su patético desempeño como expresidente en el actual sexenio tuiteando zarandajas a diario, insultando al presidente López Obrador y olvidándose de lo elemental: su tiempo político ya fue, ahora lanza la tontera de un tuit en que invita a reunirse a casi todos quienes han sido titular del Poder Ejecutivo en un lugar neutral. La causa de tal extrañeza, aduce, es por demostrar que México es primero. Quién sabe porqué tenga tan apremiante necesidad que es tan absolutamente innecesaria. Nadie está pidiéndola. Salvo él. No hay por dónde coger la hilarante propuesta, que muestra a un sujeto que va de esquizofrénico a mostrar una alarmante insolvencia metal. Muy peripatético, también. Ya es lo normal.

En el listado de exmandatarios a invitar a su foxifiesta, Fox cita a ¡Fox! y ni siquiera la redacción permite deducir que era un “yo, incluido”. No, y eso ya deja muchas dudas de la salud metal del guanajuatense. Ya solo estamos constatando. ¿Reunirse? ¿y particularmente, lo propone él? ¿en plan buenaondita? ¿con López Obrador al que insulta a diario en tuitazos? No hay cómo. ¿Con Calderón al que defenestró Fox?, ¿López y Calderón en pleito casado? ¿invitación dejando que se muriera Echeverría? Qué excluyente. Qué injusto y simulador. ¿Reunirse con los que andan en el extranjero? ¿sin Peña, omitido? ¿al que no cita? se entiende, anda ocupado con la rubia. Y Salinas….

Nuestro país no hace mucho tenía dos reglas de las cuales una medianamente se cumple. La que no, que se callen los expresidentes. La que sí, no ocupaban cargo alguno después de su mandato. Así no hay consejo de ministros, consejo privado, senadurías vitalicias u otras modalidades que los eternicen. Que era bastante sus mentadas pensiones. No hay ley que impida emplearlos. Ahí está De la Madrid aceptando encabezar el FCE sin sabérsele grandes cosas y haciendo el soberano ridículo de renunciar para no entregarlo a los panistas que ganaron por la buena en 2000, después de todo sin mirar Amigos de Fox, claro, como si las instituciones de la República le pertenecieran al PRI. Al fin, un priista De la Madrid. Los demás expresidentes fueron prudentes de no pretender ir a más. Y sus cargos de embajadores eran exilios dorados. Su tiempo político ya fue. Lo que no acaba de entenderse es que Calderón o Fox persistan en lanzar a diario tontería y media que nos recuerda que brillantes no fueron como para presumir de lo que no hicieron en su oportunidad.

¿Reunirse? ¿para? porque eso de México primero dice nada. Suena hueco. Suena a perder tiempo. Para algo interesante, siendo algunos tan insignes sabiondos. Pero no. ¿Una pentarquía? Podría, que tan insignes reuniéndose, sería para algo interesante ya que son tan inteligentiosos ciertos expresidentes. La parte más divertida después de autoinvitarse Fox con más torpeza que con gracia, es esa parte de hacerlo en un lugar neutral. A saber en qué piensa el expresidente. Su planteamiento revela confrontación, división, pugna, cuando los expresidentes no son ya importantes. Y si hay todo eso, preguntemos si no son parte de la causa del desencuentro. ¿Y reunirse cuando López enarbolaba enjuiciarlos? ¿Está bien del coco, Fox? ¿reunirse? ¿y eso en que ayuda al curso de la República en estos momentos?  En nada. López Obrador le ha respondido que invita a todos al Palacio Nacional. Bien respondido. Los expresidentes abiertamente no suelen reunirse. Acaso desde 1942 con motivo del inicio de las hostilidades con los países del Eje, ya antes con la expropiación petrolera. Como invitados a la toma de posesión de Ernesto Zedillo, para apenas si dialogar entre sí. De manera tal que la propuesta de Fox es pésima, sin pies ni cabeza como ha sido su errático deambular desde 2006 y tristemente, mostrándose como el guiñapo en que se ha convertido. De Fox su frivolidad es execrable, su talante es intragable.