¿Desaparecer los OPL? ¿Y los Tribunales Locales?

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Obviamente, si preguntas a las personas consejeras y magistradas electorales locales se opondrán rotundamente a la desaparición de los Organismos Públicos Locales (OPL) y Tribunales Estatales Electorales. Tal como ocurrió en el último foro del Parlamento Abierto para la Reforma Electoral.

Pues como reza la vox populi: “¿Qué panadero habla mal de su pan?” Claro, según sus propias opiniones la integración y funcionamiento a partir del 2014, es lo más parecido a lo más perfecto. Algo así, aunque en otras palabras.

Dijera una de las personas participantes: Los OPL “en los últimos ocho años han hecho posible la elección de 55 mil 336 cargos de elección popular, 55 gubernaturas, tres mil 296 diputaciones locales y casi seis mil presidencias municipales.” 

Faltaba menos, para eso están: Para organizar procesos electorales locales. Y para eso estaban también los otroras Institutos Estatales Electorales, con la diferencia de que éstos eran integrados por consejerías electas por los Congresos Locales y los de los OPL son designados por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) mediante un concurso de oposición de dudoso final.

Dudoso final legal, porque la propia ley permite que los partidos políticos opinen sobre las personas finalistas. Y en ocasiones han sido tan burdos como burdo el cambio de parecer de las personas consejeras del Consejo General.

CASOS 

En una ocasión, cuando la comisión exprofeso avalaba el dictamen correspondiente  para integrar el órgano de máxima decisión del OPL de Oaxaca –ya casi para aprobarse–, una consejera electoral cambió de opinión, considerando que no debería designarse a dos personas con perfil jurisdiccional, sino que era mejor una diferente.

En el dictamen venía el nombre de dos mujeres con experiencia de trabajo en órganos jurisdiccionales; bajaron a una, quedando la de vinculos con expresidentes del Tribunal Electoral, y en lugar de la otra, quedó un hombre afin a personas legisladoras panistas.

Otro caso, también relacionado con Oaxaca, pero respecto de la integración del Tribunal Electoral del Estado, donde a un año y medio de una vacante, el Senado de la República no la ha cubierto. Bueno, sí la cubrió en principio, pero desgnó a un varón y la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación echó abajo la designación porque la magistratura correspondía a una mujer por alternancia de género.

Y es la hora en que la Cámara de Senadores (la cual tiene la facultad en virtud de la reforma del 2014), no ha designado a la magistrada; y miren que entre las participantes hay muchas mujeres avezadas en la materia electoral. Y pronto habrá otra vacante, pues sale un magistrado más.

¿Y qué creen? En el Congreso del Estado salieron también bastante inteligentes, pues aprovechando ciertas lagunas legales, amarraron una reforma a la Ley Orgánica del Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca para prorrogar el mandato de quienes salgan hasta que el Senado haga la designación correspondiente.

Eso para evitar que la persona que preside el TEEO se agandalle las vacantes nombrando en las magistraturas a personas de su confianza como encargadas del despacho. Bueno, como en realidad es una magistrada y un magistrado, se han ido rolando la posición de la vacante.

Vaya, lo ideal sería solicitarle al Senado de la República cumpla con su obligación de nombrar a la magistrada. O, en su defecto, hacer notar la omisión ante la Sala Superior del TEPJF. Pues con el referido amarre local, prorrogarán un mandato dado por una ley general y que tiene un periodo definido.

En fin, y así como los casos de Oaxaca respecto del OPL y del TEEO pululan casos en otras entidades federativas; a veces, peores.

Francamente, la reforma de 2014 no terminó con la intromisión de los gobernantes, de los legisladores y de los poderes fácticos, en la integración de las autoridades electorales locales. Se sigue dando, aunque ahora a otro nivel.

DISCUTIBLE

Y si bien la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de elegir por voto popular a las personas integrantes de las autoridades electorales, es discutible. También es cierto que bien vale la pena revisar el procedimiento de integración de los OPL y los Tribunales Electorales Locales.

RESCATABLE 

Quizá surja algo rescatable. Por ejemplo, dejar una ley general que norme a las autoridades electorales locales, hablando en este caso específicamente de los Institutos y Tribunales Electorales, pero que la integración regrese a la facultad de los congresos de las entidades federativas.

Y es que además en los hechos, el INE ejerce muchas facultades locales que los OPL terminan siendo como las delegaciones del Instituto Nacional Electoral. Y en cuanto a presupuesto, éste pide para organizar procesos electorales locales, y los Institutos Locales también.

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