La educación se transforma, se va adecuando y genera avances, seres más a preparados, más consientes, más participativos, propositivos e informados. De practicarse de otra forma sólo es adoctrinamiento al usar las aulas para la manipulación y el domino masivo más no colectivo.
Pongamos como ejemplo Japón. Su educación ya no es por años escolares, la superación se mide por exámenes, evaluaciones de excelencia, problemas a resolver al cien por ciento. Ya no generan ciudadanos ocupados en el crecimiento de su país, instruyen a seres universales, esto es, se les dan disciplinas con carácter global como matemáticas, cultura, idiomas, religión, tecnología y leyes.
Estudian cada una de las formas y disciplinas que mueven al ser humano hacia el futuro. Se someten a pruebas de percepción, diagnóstico y solución a problemas específicos. Las materias que se imparten no permiten ni reprobación ni están sujetas a procesos de exámenes extraordinarios.
Cuando concluyen sus estudios determinan a qué nación habrán de ir a aplicar sus conocimientos y a conquistarlos. Analizan entonces su cultura y raíces, aprenden su idioma, conocen sus leyes, evalúan su grado de tecnología, miden sus alcances de acuerdo a su religión y todo en base a las matemáticas. Las deducciones y las conclusiones deberán ser lo más perfectas posibles. No transgreden ni invaden porque son extremadamente respetuosos con sus leyes, con sus códigos y reglamentos. Penetran y en serio con innovaciones y generan cambios de tal forma que hacen la vida más digna, práctica, balanceada, justa y con niveles de economía redituables. No alteran la dinámica de la naturaleza por el contrario utilizan los mecanismos más cercanos a su comportamiento entendiendo que sus cuatro elementos (tierra, viento, agua y fuego) son vitales para la existencia y supervivencia en un mundo degradado, maltratado, mal usado y herido por el ser humano. Lo primero es reconocer lo hecho, el esfuerzo emprendido por otros, el talento experimentado. No van a corregir errores, van a proyectar ideas.
Pero, repito, todo esto es bajo un riguroso esquema de supervisión, de evaluación sistemática, de exámenes permanentes. No debe haber margen de error, la educación es para quienes tienen una posibilidad, ojo, intelectual, un coeficiente suficiente para usarlo.
Los demás son preparados para el oficio para ser extraordinarios jornaleros, ebanistas, constructores, mecánicos, soldadores… un agricultor jamás podrá colocar al hombre en la luna para eso hay sabios, pero será capaz de generar los mejores alimentos incluso para alimentar al hombre en el espacio. Un plomero no será capaz de construir un submarino, pero sí de instalar los drenajes vitales para la operación del vehículo sumergible.
Es entonces el combinar la preparación en conjunto con el mismo presupuesto, pero dejando a un lado populismos, demagogias absurdas y poner al frente de la educación a quienes pueden conducir a las nuevas generaciones.
Son meras diferencias que sería bueno considerar. Las Delfinas y “Lety” solo sirven de botín político para la explotación electoral de las masas. Ya lo dijo el presidente “los ignorantes votan por Morena”.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio
@cramospadilla