La vulnerabilidad del Estado mexicano quedó expuesta con el hackeo a los archivos de la Sedena.
Lo penoso han sido las respuestas a esta intromisión, que nos recuerdan lo que en el CCH leímos como el infantilismo de la izquierda.
Porque la única defensa se reduce a una narrativa construida con frases burlonas de dudosa procedencia y que pasan por el ‘Uy qué miedo’, al ‘Ya supérenlo’ y hasta el ‘Le hacen lo que el aire a Juárez’.
Por cierto, que se sepa ninguna estatua se despeina con el aire y las levitas dejaron de usarse hace muchas décadas.
Lo cierto es que el grupo de ciberfantasmas conocido en el mundo de la red profunda como #GuacamayaLeaks, ya se ganó un lugar en el célebre salón de la red oscura, pues se metió hasta la cocina de las fuerzas armadas de México y otros países latinoamericanos y sacó a relucir todo, incluida la ropa percudida.
Con lo que se conoce hasta ahora, una mínima parte de los seis terabytes de información hackeada, los efectos han sido harto devastadores.
El hackeo no solo expuso lo que se sospechaba, que la salud del presidente de la República no está al cien como presumía, sino que ventiló lo peor, que su condición de salud y política es precaria, delicada, frágil. Y por eso le dan por su lado.
Eso explica las preocupaciones que se cuenta hubo dentro del primer círculo de palacio, desde donde se filtraron escenarios como la eventual solicitud de una licencia anticipada y la designación de un presidente interino hasta convertirse en presidente sustituto. Y como en política no existen las coincidencias esto explica en mucho la sucesión anticipada y la aparición de las corcholatas.
Eso no es todo, hay quienes están convencidos que tras la irrupción de los #GuacamayaLeaks, perdimos una corcholata emergente, el auténtico tapado, dicen, que era una carta bajo la manga en caso de que Claudia, Marcelo y Adán no den el ancho al gusto de #YaSabenQuién. Pero ese tapado, en tiempo pasado, era.
Hay muchos otros asuntos igualmente delicados. El hackeo dejó entrever que la estrategia de tolerancia a las bandas criminales, de abrazos y no balazos, ha permitido el fortalecimiento de esos grupos que andan como Juan por su casa, pero también le han perdido el respeto a nuestras fuerzas armadas.
Hay que decirlo como es, la Sedena perdió una batalla en el ciberespacio por estar distraída en otras tareas y sus protagonismos.
Lo más grave es que la desconfianza y la sospecha apunta en todas direcciones, sobre todo en el primer círculo donde todos se miran de reojo.
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- Por cierto, la Sedena y la Guardia Nacional organizan la Octava Semana Nacional de la Ciberseguridad que se realizará del 3 al 7 de octubre en la Ciudad de México. Dicen que el chiste se cuenta solo.
2.- Cómo andan las cosas, lo que hagan los senadores con la reforma transexenal que ampliaría hasta el 2028 la presencia del Ejercito fuera de sus cuarteles en tareas de seguridad poco importa. Sí pasa que bien y sí no igual.
En palacio dan por sentado que habrá consulta gansito, como dirían los italianos, al dente.
En la consulta que organizará la Secretaría de Gobernación y que no se sabe quién va a pagar, se tomará una muestra de los votos del bienestar, que respaldarán el resultado que todos imaginamos.
Y no descarte que alguno de los asesores de palacio soñó con una votación a mano alzada en el Zócalo -como aquella célebre de Juanito-, en el intermedio de un concierto de las bandas de moda, de novedad.
Como sea este miércoles el Senado votará en sesión plenaria la versión corregida y aumentada de la polémica minuta con los votos de Morena y algunos priistas que han vuelto al redil.
La consulta gansito que pretenden realizar en enero está fuera del marco legal que conocemos; al INE no lo invitarán ni por equivocación porque no y como se trata de un ejercicio no vinculatorio, no importa cuántos voten ni quién los facilite, lo tomarán como mandato de #YaSabenQuién.
3.- La bancada mayoritaria y aliados en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados batearon a los ministros de la Corte que ordenaron restituir 4 mil 900 millones de pesos al INE que le fueron recortados del presupuesto de 2022.
Los diputados insistirán que el recorte tuvo que ver con ´inconsistencias´ aunque para nadie es ajeno que hay mucha animadversión de por medio y por eso, que le hagan como quieran.
4.- El INE tiene proyectado un gasto precautorio de 4 mil millones de pesos para organizar una eventual consulta en 2023. Y con eso de que Gobernación hace las que Bartlett en su época, solo falta que los diputados quieran aplicarle otro recorte.
5.- El INAI reveló que la Sedena tiene la obligación de informar en un plazo no mayor a 72 horas el alcance del ataque cibernético a sus sistemas informáticos, ante la eventual vulneración de datos personales. Ajá.
6.- Tome nota, en exactamente un año iniciará el proceso electoral más grande de todos los tiempos, pues incluye la Presidencia de la República, la renovación del Congreso: comicios de 9 gubernaturas (Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán y la CDMX) y 30 congresos locales.
7.- Tuitazo: ¡Hay menos lugares para leer!
En la cuenta de @artur_espinosa destaca:
__En lo que va de este sexenio hay 44.35 por ciento menos bibliotecas que cuando inició la actual administración. Según datos de @cultura_mx a cargo de @alefrausto de 2019 a 2020 se perdió la mayoría. #SoloDatos
Nomás falta que le sigan echando la culpa a la pandemia.
@Chucho_Sanchez