Si de alguna alta oficina salió la orden para echar a pelear a Layda Sansores con Ricardo Monreal para enlodar al zacatecano y dañar su abierta campaña por la candidatura de Morena a la Presidencia de la República en el 2024, sufrió ayer un chapuzón de agua fría porque el propio Andrés Manuel López Obrador no sólo paró la guerra intestina en Morena sino que dictó empate entre ambos.
Vale la pena ver cómo el mandatario puso fin al intento de Layda por denostar a Monreal, y de paso le permitió al zacatecano recibir uno de los más amplios reconocimientos hechos por AMLO a un político.
Luego de esto no habrá nadie dentro de Morena que vuelva a lanzarse contra él.
Narra Andrés Manuel López Obrador:
“Yo estimo muchísimo, muchísimo, muchísimo, la quiero mucho, mucho, la admiro por ser luchona, a Layda Sansores, que ha enfrentado todo, me consta: represión, fraudes. Es una mujer de lucha, con convicciones.
“Y también respeto a Ricardo Monreal, lo conozco desde hace mucho tiempo, desde que tomó la decisión de abandonar el PRI porque precisamente el señor Zedillo no quería que fuera candidato del PRI en Zacatecas”.
Recordó que entonces habían publicado un libro injurioso sobre la esposa del presidente Ernesto Zedillo y corrió que el autor era Ricardo Monreal.
El presidente instruyó a los suyos a excluir al zacatecano de la contienda por la gubernatura de su estado y ante la posibilidad de que fuera lanzado por el PRD, del cual AMLO era líder nacional, de presidencia le enviaron al tabasqueño un grueso expediente en contra de Ricardo.
López Obrador pasó una noche leyéndolo y no encontró nada que pudiera detener el lanzamiento de Ricardo Monreal como candidato a gobernador en Zacatecas.
Así llegó el día de la elección, AMLO estaba con Ricardo en Zacatecas:
“Y pues íbamos ganando, yo estaba allá porque era yo presidente de ese partido, y era una elección importante. Y además le metían y le metían y le metían dinero, dinero y dinero y dinero. Y llega la elección y con Ricardo doy un recorrido por la ciudad, estaban las casillas llenas, la gente votando y todo. Y no, pues ya ganamos, ¿no?, vamos a ganar”.
En ese momento alguien les avisa que se ha dado la orden desde Gobernación de arrollar a Monreal, de cometer el fraude.
“Ahí le hablé por teléfono al secretario particular del señor Zedillo, a Liébano Sáenz. Ahí está Liébano, que lo cuente, que diga si es cierto o no. Le dije: Le pido que le digas al presidente de que hay información, tengo información, tengo unas grabaciones en donde están preparando el fraude en Zacatecas.
“A las 6:00 de la tarde unas televisoras, que no voy a mencionar, ya estaban diciendo: ‘Empate técnico en Zacatecas, muy reñida la elección de Zacatecas, empate técnico’.
“Le hablé y le dije: Dile que si no van a respetar el voto yo no me voy a ir de aquí, me quedo en Zacatecas, pero además voy a bajar ahora —estaba yo en un hotel— y voy a convocar a rueda de prensa y voy a dar a conocer las grabaciones. Y muy amablemente me dijo:
—¿Me permites que yo le trate esto al presidente?
—Sí. ¿Y te puedo hablar o tú me hablas?
—Sí.
— ¿En cuánto?
—Pues 20 minutos.
Y ya le hablé en 20 minutos.
—Me dice el presidente de que tengas confianza.
—Sí, sí, sí le tengo confianza, pero lo que quiero saber es si van a respetar el triunfo.
—Que le tengas confianza.
—Sí, sí, sí le tengo confianza, lo que quiero saber es si van a respetar el triunfo.
“Entonces, ya no se aguantó y me dijo: ‘Qué veas la televisión, el próximo reporte, para que vean’. Esto es para los jóvenes, para los jóvenes. Casi-casi: ‘Que veas la televisión, ¡carajo!’
“Bueno, ahí nos vemos, ya. Pongo la televisión, ponemos la televisión de ahí del cuarto del hotel y salen los alcances de la televisión, en más de una: ‘En Zacatecas aventaja Ricardo Monreal, siete, 10 puntos. Es irreversible su triunfo’. Y ahí se fueron a celebrar, yo ya me quedé ya en el cuarto a dormirme.
“Entonces, conozco a Ricardo desde hace tiempo.
“Entonces, ya dije de Layda, ¿no?, es para abrazarla siempre, la quiero mucho. Entonces, no hay que pelearnos.
“Y esto que les cuento es para que nos ubiquemos de la importancia que tiene la transformación, lo que nos ha costado, porque se puede platicar y se dice fácil, pero imagínense lo que implicaba entonces, esto fue en 1997, creo, hace más de 20 años, 25 años, esto que les estoy contando”.
O sea, contraorden y todo acabó. Pero Monreal sale fortalecido y con reconocimiento presidencial inesperado. .
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