Claudia Ruiz Massieu y Miguel Ángel Osorio Chong fueron más allá de su catarsis en redes sociales en contra de la posibilidad de la prórroga del periodo de la dirigencia nacional del PRI encabezada por el polémico Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”): Impugnaron la reforma estatutaria respectiva.
Y en per saltum. O sea, se saltaron la instancia intra-partidaria, lo cual puede significar que ambos políticos temen que el órgano interno de justicia se encuentre a las atentas órdenes del impugnado. ¿O será que solamente tienen prisa en darle revés a la reforma estatutaria?
Como sea, no se quedaron cruzados de brazos. Aunque su postura, que algunos ven como valiente, otros la miran como una traición al partido político al cual deben todo. Pero objetivamente debiera verse como el normal ejercicio de derechos político electorales de militantes.
Además, en el otrora ‘partidazo’ el ‘horno no está para bollos’. En otras palabras, para seguir con la praxis del auto-engaño, de la disciplina ciega, y sobre todo de mala imagen hacia la ciudadanía, a la cual ya se le cayó la venda de los ojos. La cúpula priista no lo entiende.
Ahora falta que proceda el Juicio para la Protección de los Derechos Político Electorales del Ciudadano promovido por los priistas; juicio, que, por cierto, desaparecería con la reforma electoral del “Plan B” en lo que sería una nueva Ley General de Medios de Impugnación.
Otro por cierto: Las reformas a las leyes secundarias electorales planteaban acotar a los tribunales electorales para conocer asuntos internos de los partidos políticos.
Para fortuna de Claudia Ruiz y de Osorio Chong, las reformas no han entrado en vigor. Parece que forman parte del paquete devuelto por la Cámara de Diputados a la Cámara de Senadores, que incluye el ‘tijerazo’ a la cláusula de vida eterna pretendida por los partidos aliados de Morena.
En fin, sería cuestión de conocer íntegramente el medio de impugnación promovido por los priistas. Ya se sabrá cuando resuelva la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Pero si procediera y le dieran revés a la reforma estatutaria del PRI, se le caería a “Alito” la posibilidad de permanecer como presidente del Comité Ejecutivo Nacional hasta el 2024 y, en consecuencia, el control en la designación de las candidaturas a los cargos de elección popular a disputarse en las elecciones concurrentes previstas para ese año.
Caso contrario, “Alito” y compañía continuarán al frente del Revolucionario Institucional con la posibilidad de apoderarse de las candidaturas, empezando por la presidencial y siguiendo con las senadurías, diputaciones federales, diputaciones locales, presidencias municipales, gubernaturas para ocho entidades federativas, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y alcaldías.
Aunque sean mínimas las posibilidades de triunfo del PRI con todo y alianza con el PAN y el PRD, salvo que postulen candidaturas competitivas o que llegado el momento de la jornada electoral la ciudadanía se encuentre harta de Morena.
Seguramente la cúpula priista apostará a las candidaturas plurinominales, que cada partido político debe presentar por separado; esta figura no entra en la alianza.
Retomando el tema: La impugnación de Claudia Ruiz y de Osorio Chongo, pone en suspenso la reforma estatutaria del PRI, en concreto la permanencia de “Alito” y la suerte de las candidaturas 2024, mientras no resuelva el Tribunal (no se suspende, sino queda la expectativa de saber el desenlace).
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