El caso Yasmín Esquivel Mossa no quedó en el olvido tras la elección de la persona titular de la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que de manera sensata recayó en un cuadro de carrera judicial como lo es la ministra Norma Lucía Piña Hernández.
En otras palabras, el ruido sobre el caso Yasmín no terminó con la desición del Pleno de la Corte de no hacerla su presidenta (aunque en apretada votación). El punto final no llegó como ha llegado en otros casos cuando está en juego una posición clave en alguno de los tres Poderes del Estado mexicano, órganos de gobierno y órganos autónomos.
Porque el plagio de la tesis que Esquivel Mossa hizo de la presentada un año antes por Édgar Ulises Báez, ya confirmado por la UNAM, es una acción que a pesar del transcurso del tiempo afecta el prestigio de la máxima casa de estudios y de la misma Corte.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha gozado de indiscutible prestigio, egresando de la misma generaciones completas de profesionistas de calidad; es Alma Mater de personajes que han participado en la vida pública del país. Incluso, formadora no solo de profesionistas, sino de personas con valores.
Y en cuestión de días ha puesto en alto riesgo su prestigio, no solamente porque el área competente dijo que de la “de la interpretación solicitada a la Oficina de la Abogacía General se desprende que la normatividad universitaria carece de los mecanismos para invalidar un título…”, sino también porque deja de lado la autonomía de la UNAM.
Situaciones que reprocha el grupo de 33 investigadores, académicos, exalumnos y trabajadores de la máxima casa de estudios en la carta donde piden a la Comisión de Honor y Justicia del Consejo Universitario retire el título de Yasmín Esquivel.
“No hacerlo pone en riesgo la credibilidad de todos los títulos emitidos por nuestra Alma Mater, que podrán ser objeto duda y especulación”, citan en la carta, en la cual refieren:
“La exalumna en cuestión NO elaboró la tesis, la plagió, como ya han determinados nuestras autoridades, por tanto, no sólo incumplió con los requisitos esenciales para su titulación, sino que cometió un delito que había quedado oculto hasta ahora por la conjunción de diversas voluntades que habría que investigar también.”
Además observan que la rectoría confirmó el plagio, pero “de manera inexplicable” el Abogado General, Dr. Alfredo Sánchez Castañeda, “aseguró que la UNAM no cuenta con los mecanismos necesarios para anular un título obtenido de manera fraudulenta; es falso, de tal suerte que no es necesario que se renuncie a la autonomía de nuestra Alma Mater y que se derive la solución de este problema a una instancia de la administración pública federal”.
Sería lamentable que la UNAM renuncie a su autonomía.
El despido de Martha Rodríguez Ortiz, asesora de ambas tesis, no soluciona el dilema.
Y entre más transcurre el tiempo, más se enreda el caso. Ahora resulta que hay un video donde aparece el notario con Báez, que se supone se trata del momento en que este firmó la confesión de ser él quien plagió la tesis de Yasmín Mossa, la cual presentó un año posterior a la de Báez, quien negó haber firmado echándose la culpa.
En las cámaras de Diputados ya existe una petición de juicio político en contra de Yasmín Esquivel, mientras en la Cámara de Senadores el Grupo Plural en voz de Germán Martínez advirtió en iniciarlo si ella no renuncia al cargo de ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En tanto, Esquivel dijo que no renuncia y sostiene no tener nada de qué avergonzarse, pues su tesis es la original.
Ya ni para concederle el beneficio de la duda porque el Comité de Integridad Académica y Científica “concluyó que la entonces alumna de la FES Aragón, Yasmín Esquivel Mossa, copió parte sustancial del contenido de la tesis presentada un año atrás por el alumno de la Facultad de Derecho, Édgar Ulises Báez.”
Conclusión a la que llegó tras un “análisis comparado de contenidos, cronología y estilos de escritura.”
La ministra ha perdido lo más valioso del juzgador: La calidad moral, salvo que demuestre lo contrario sin dejar lugar a dudas. ¿Y cómo ante una valoración científica?
La falta de calidad moral afectará las resoluciones de la Corte.
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