Si China es el líder en producción y exportación, la economía norteamericana es un importante importador de tierras raras; por ende, está resintiendo toda la inestabilidad global en los mercados provocada primero, por la pandemia y segundo, por la invasión de Rusia a Ucrania.
El ejemplo más claro está en la producción de los smartphones. De forma insólita en noviembre pasado, la compañía estadounidense Apple advirtió a sus clientes que habría retrasos, tanto en la producción, como en la venta del iPhone 14.
La Corporación Internacional de Datos (IDC, por sus siglas en inglés) señala que Apple vendió 50.4 millones de unidades entre julio y septiembre de 2021 ubicándose en la segunda empresa con mayores ventas detrás de Samsung con 69 millones de unidades y en tercer lugar la china, Xiaomi, con 44.3 millones de móviles.
Sin embargo, en los últimos meses del año pasado, Apple se ha encontrado con dificultades en la línea de montaje de sus aparatos por falta de suministro de chips y de pantallas.
La revista Canadian Geographic publicada por la Royal Canadian Geographical Society destripa por dentro un smartphone para que la gente comprenda el potencial poder de las tierras raras.
Sus componentes fundamentales están fabricados a partir de los siguientes elementos: 1) El estaño, se utiliza en un óxido que permite que la pantalla funcione como una pantalla táctil; 2) el neodimio, el disposio y el praseodimio, sirven para fabricar imanes que hacen que el teléfono vibre; 3) el aluminio da forma al vidrio de muchos teléfonos inteligentes y también se usa en la carcasa de la batería; 4) el praseodimio, el gadolinio y el neodimio, sirven para los imanes de los altavoces; 5) el terbio, europio, disprosio, praseodimio, lantano e itrio, para crear los colores brillantes en la pantalla; y, 6) los metales preciosos como el cobre, el oro y la plata se utilizan para los componentes microeléctricos del teléfono.
A COLACIÓN
Si bien China ostenta la supremacía en los minerales raros, hay otros actores que terminarán sumados a la competencia; al respecto, un análisis de The Brookings Institution avizora el futuro en el renglón de la producción de estos preciados minerales y África brilla de forma importante.
La economista Gracelin Baskaran puntualiza que estos diecisiete metales “son críticos para la seguridad humana y nacional” y desatarán una feroz competencia por obtenerlos.
“De manera preocupante, la producción de estos minerales de tierras raras se ha mantenido concentrada. China tiene una posición dominante en el mercado, de hecho, ante las crecientes tensiones geopolíticas en torno a China y Taiwán, vemos cómo Estados Unidos, Australia, Canadá y otros países buscan reducir su dependencia de China como fuente de producción y procesamiento de tierras raras”, indica la especialista.
Y en esa geopolítica y geoeconomía, los países africanos tendrán un papel relevante, como explica Baskaran: “Con su rica dotación de productos básicos clave, los países africanos pueden aprovechar esta búsqueda de nuevas fuentes de elementos de tierras raras para generar ingresos muy necesarios para financiar objetivos socioeconómicos básicos y reducir la pobreza, utilizar el Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA) para mejorar la generación de riqueza y fortalecer las alianzas comerciales globales”.
La investigadora señala que el potencial completo de África en tierras raras está en gran parte desaprovechado debido a los bajos niveles de exploración. Le hace falta dinero y programas dirigidos concretamente a dichos fines.
De acuerdo con el estudio de Brookings, el presupuesto de exploración minera en África subsahariana –en 2021– fue el segundo más bajo del mundo: aproximadamente la mitad del de América Latina, Australia y Canadá, a pesar de tener el triple de la superficie de Canadá y Australia.
Ese año sobre una base anual, el presupuesto de exploración de Canadá aumentó un 62%, seguido por un 39% en Australia, un 37% en Estados Unidos y un 29% en América Latina. El presupuesto para África creció solo un 12 por ciento.
Para la especialista, África debe usar los recursos de manera estratégica para construir asociaciones comerciales sólidas y fortalecer su presencia en las cadenas de valor globales, particularmente con Estados Unidos, la UE y Australia. Aunque ni Rusia, ni muchos menos China, ni la creciente presencia del extremismo radical yihadista que controla diversas regiones –junto con sus cadenas de valor– querrán quedarse de lado en el futuro despegue africano. Y eso traerá muchas nuevas tensiones globales.
@claudialunapale