Hay que reconocerlo: impresionante el movimiento cívico en defensa del INE de este domingo principalmente en el zócalo/Centro Histórico de la CDMX. Tres momentos fueron clave: el depósito de flores a las puertas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los discursos de Beatriz Pagés y del ex ministro José Ramo Cosió y la entonación del himno nacional.
La convocatoria histórica, el orden y limpieza ejemplar. No fue un acto de afrenta sino de respuesta. Ni fue una reacción sino de acción. Los oradores prudentes, concretos no emplearon la tribuna en insultos ni la desgastaron en palabrerías baratas y sin sustancia. Se habló de legalidad, de derechos constitucionales, de legitimidad y nacionalismo. Nunca se usó a la palabra para descalificar.
El propósito esencial es fortalecer a la democracia y defender a las instituciones y se formuló un llamado en especial a los jóvenes. La multitud de masiva se convirtió en colectiva, había una misión, se articularon propósitos, se estableció una defensa argumentara. No fue un griterío sin sentido. Las personas sabían a qué iban, a nadie se engañó y lo hicieron frente al edificio de poder político, hoy convertido en casa familiar, del país: Palacio Nacional.
Un edificio cerrado, tapiado, desconectado de la Plaza de la Constitución porque sus moradores se ocultan cuando la historia no les favorece. Decidieron entonces convertirse en opositores de un pueblo demandante que también se debe escuchar, no solo a sus asambleísmos callejeros a modo.
La organización del evento fue estupenda y el comportamiento social sin necesidad de custodios, policías o guardias nacionales. Esto debe conducir a un cambio positivo y es obligación de los concurrentes sumar a quienes por falta de oportunidades y sumidos en la ignorancia son manipulables.
El zócalo se llenó y en serio y no fue de “conservadores rancios y corruptos” como acusó el “jefe de la nación”. Fue el que quiso, quién pretende defender su decisión al momento de elegir a sus gobernantes.
Fue el que junto con su familia no fue a escuchar promesas ruines y trampas políticas para llegar y permanecer en el poder. Los gobernantes que deberían estar para participar y escuchar se escondieron. Llegaron por el voto y ahora no escuchan a los que defienden el voto. Toman a un INE ciudadanizado como terreno de batalla política ni de pulcritud social.
Lo desgastan, dicen, por su presupuesto oneroso como acusan, pero no acaban de explicar por qué la danza de millones en efectivo entre los más cercanos al presidente. Quieren romper la democracia con falacias majaderas. Y los que se atreven a levantar la voz son acorralados, perseguidos, ofendidos y menospreciados.
Se escuchó y fuerte el grito en defensa del INE, pero también de la UNAM y del Politécnico. Ni fue una fiesta porque no hubo celebración, se trató de una suma de voces en pluralidad para hablar del país y de su consistencia y futuro. La solidaridad se registró cuando un pequeñito se extravió entre medio millón de personas y todos se hincaron para tener mayor perspectiva y poderlo encontrar.
La buena noticia es que apareció Tadeo y fue entregado a su abuelita. Ante el arribo de helicópteros los animadores insistían “levanten la mano para que nos cuenten bien” al tiempo de solicitar apretar el espacio físico para que entraran más y más al zócalo.
Lo cierto es que es quehacer de todos fortalecer los procesos democráticos, exigir mejores candidatos, preparados, informados con proyectos de nación no ocurrencias coyunturales. Queremos gente íntegra, honesta no asociados a delincuentes, tramposos y estafadores. Buen ejercicio este domingo, eso sin duda.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.
@cramospadilla
