Suena una vez más la alerta en la Organización de las Naciones Unidas por el drástico cambio climático. En sus señalamientos anticipa que el planeta se está acercando rápidamente a niveles catastróficos de calentamiento y los objetivos internacionales para frenarlo están lejos de lograrse a menos que se tomen medidas inmediatas.
La humanidad está caminando sobre una capa de hielo muy delgada y ese hielo se está derritiendo aceleradamente, es decir que nos precipitamos hacia consecuencias cada vez más peligrosas e irreversibles.
Los registros determinan que las emisiones de tóxicos aumentaron en casi el 1% el año pasado. Las concentraciones de carbono en la atmósfera están en un nivel nunca antes visto en más de dos millones de años. La tasa de aumento de la temperatura durante el último medio siglo es la más alta en 2.000 años.
Esto está modificando notablemente la producción agrícola y los flujos naturales de agua. Los impactos inmediatos ya se manifiestan en sequías, calor intenso, tormentas y desaparición irremediable de glaciares. Aún con estos indicadores hay países que continúan con la incineración de combustibles fósiles, que representan más del 80% de la energía mundial y el 75% de la contaminación provocada por el hombre.
Países como Estados Unidos, China, Inglaterra e incluso Rusia persisten en proyectos de uso de petróleo, gas y carbón, contraviniendo las aportaciones de la Agencia Internacional de Energía. Las refinerías deben en breve de desaparecer para ser sustituidas por plantas generadoras de energía limpia.
El riesgo permanente de la extinción de flora y fauna crece. Los gases de efecto invernadero tienen un impacto cada vez mayor en el día a día del mundo entero.
El 2020 fue el año más caluroso en España (47.4 grados centígrados), en Europa (48,8 grados centígrados) y a nivel mundial desde que existen registros. Los glaciares se derriten a un ritmo acelerado y el nivel del mar aumenta por efecto del deshielo. Las selvas se secan y la fauna y la flora luchan para sobrevivir en un escenario de cambios vertiginosos y complejos que a menudo impactan gravemente en la biodiversidad.
Hay quienes aseguran que la pandemia auxilio, oxígeno un poco al mundo. La migración animal permitió que muchas especies recuperaran espacios. Animales se han visto recorrer libremente zonas urbanas modificando los criterios de su cuidado y protección. Pero no es suficiente.
El grado de erosión es preocupante y el crecimiento anárquico de ciudades como la CDMX causan daños severos por el abuso de los recursos y la contaminación ambiental. Si las nuevas generaciones las que están obligadas a presionar a empresas, casas de bolsa y gobiernos a transformar tendencias e invertir en proyectos alejados a la quema de combustibles fósiles.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio.
@cramospadilla
