El virus no perdona a los poderosos, ni con amuletos como el “detente”. La tarde de domingo el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó vía redes sociales haber dado positivo a COVID-19.
Y, por supuesto, como toda mexicana y mexicano bien nacido, esta escribiente desea su pronta recuperación porque de su salud depende en mucho la estabilidad de nuestro país.
Imagínense el infortunio de que llegara a faltar en estos momentos cuando ha entrado a su tercer año de gobierno, los cuales cumplirá hasta diciembre; tendría que convocarse a elecciones extraordinarias para elegir un presidente interino por el resto del sexenio.
Es fuerte el escenario. Sin embargo, es necesario preverlo ante la letalidad del virus. Incluso, tan pronto se supo del contagio del mandatario usuarios de redes sociales empezaron a especular, y también a elevar oraciones por su salud.
Y el diario Reforma publicó una declaración del líder del Senado, Ricardo Monreal Ávila, en la cual informa que el presidente López Obrador no ha pedido licencia porque “no está imposibilitado para seguir con sus actividades esenciales”.
Bueno, el mismo AMLO en su cuenta de Twitter indicó que seguirá “pendiente de los asuntos públicos desde Palacio Nacional”, sitio donde eligió para vivir como presidente.
Por cierto, en dicha red social Monreal dijo una frase que llama la atención: “Su trabajo incansable y su decisión de respetar sin privilegios el plan de vacunación lo situó en la vulnerabilidad de cualquier persona. Admirable…”
Y cuando los mortales ven frases como esas revive la filosofía popular: “Piensa mal y acertarás”. Entonces cabe la pregunta: ¿A qué viene la frase de Monreal? ¿Acaso el círculo de poder sospecha que la gente empezaba a sospechar que López Obrador se vacunó desde cuando Marcelo Ebrard consiguió las vacunas para México?
Por lo tanto, ya vacunado no se le vio ni un catarro.
Al rato se desencadenará la sospecha de que el contagio de Covid-19 de AMLO se trata de una estrategia para evitar malos pensamientos, pues el mandatario debe predicar con el ejemplo en cuanto a la vacunación sin privilegios.
Sin embargo, un presidente puede tener el legítimo derecho de vacunarse primero por todo lo que representa para el país, empezando por la paz y la estabilidad nacional.
Vaya, unas elecciones extraordinarias en estos momentos representarían el declive de Morena, cuya fuerza se la da AMLO; sin éste, nada es el partido. La oposición lucharía por ganar la presidencia con las posibilidades que le ha dado el mismo desgaste morenista en el ejercicio del poder.
Incluso, la misma pandemia a desfavorecido a Morena, aun cuando finque su salvación en programas sociales, en la misma vacunación sectorizada y en los errores del pasado.
Sin ir a escenarios extremos y catastróficos, la oposición precisamente anda en la búsqueda de regresar al poder en las elecciones intermedias 2021 recuperando la mayoría de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
Y tiene posibilidades de cuando menos reducir a Morena su margen de maniobra parlamentaria; es cuestión de que los partidos de oposición postulen buenas candidaturas, liderazgos regionales, estrategias y, entre otros aspectos, conformen una completa estructura electoral a prueba de “cañonazos”.
A propósito de estrategias, ni en la enfermedad del presidente perdonan el proselitismo electoral. O por lo menos algo de eso parece el hashtag #FuerzaPresidente a manera de aliento y buena vibra a AMLO a partir del anuncio de su contagio de Covid-19.
Eso de la tecnología tiene inusitada rapidez y genialidad. Las imágenes de apoyo de dicho hashtag cuentan con diseños extraordinarios: Presidencia los maquiló en colores verdes y sepias, y los morenistas en color del partido.
Cualquiera diría que parece slogan de campaña.
OXÍGENO Y PROTECCIÓN
Habrían de tomar con más seriedad el contagio del virus del Presidente de México, quien, por cierto, gracias a su investidura, su familia no padecerá la angustia de peregrinar consiguiendo oxígeno, una cama de hospital, medicamentos y hasta vitamina c.
Toda atención la tiene garantizada.
Casi cuando inició la pandemia en nuestro país, AMLO dijo: “El escudo protector es la honestidad, eso es lo que protege, no permitir la corrupción…”
Pues entonces ¿se debilitó la protección?
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