El Ártico, la nueva atalaya

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Hoy es Ucrania, pasado mañana el Báltico y el Ártico. Y Finlandia, Suecia y Noruega tienen mucho que ver y Rusia no esconde sus ambiciones por militarizar el Ártico convertido en la nueva atalaya del siglo XXI.

La disputa por el control del Ártico, del petróleo que se estima podría explotarse; de las futuras rutas marítimas; del papel que podría jugar en materia militar. Para la OTAN, su nuevo aliado tendrá un rol crucial.

Por lo pronto, otro hito: Finlandia, Noruega y Suecia anunciaron una defensa aérea unificada. Habrá un comando nórdico para vigilar el espacio aéreo que comparten e incluso harán ejercicios militares conjuntos; entre los tres suman 237 aviones de combate.  Al final, Putin lo ha hecho posible; el miedo lo ha hecho posible.

Desde la perspectiva de Janne Kuusela, con solo mirar el mapa, es evidente por qué la región ártica es tan importante: “Aunque Finlandia no es un país ártico litoral, una parte considerable del territorio finlandés se  ubica por encima del Círculo Polar Ártico. Finlandia se encuentra en las regiones del Ártico y el mar Báltico, que son percibidas cada vez más por los planificadores de defensa como un único teatro operativo del norte de Europa”.

En la opinión de la directora de política de defensa, del Ministerio de Defensa de Finlandia,  el amplio interés geopolítico hacia la región ártica no es un fenómeno nuevo por su importancia estratégica militar que en este siglo proyecta además como una ruta clave de navegación.

“El Ártico no está aislado de dinámicas y desafíos de seguridad global más amplios, ya sea la gran competencia de poder o los impactos del cambio climático. Rusia es un actor clave en el Ártico, sobre todo militarmente, dado que controla una parte significativa de la línea costera del Ártico y tiene fuertes intereses económicos y de seguridad en la región. Y, luego China, se ha declarado como un estado cercano al Ártico e incluyó las líneas marítimas del Ártico en su iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda”, de acuerdo con la experta militar.

¿Qué está haciendo Finlandia al respecto? Kuusela explica que el gobierno finlandés está elaborando una nueva estrategia en el renglón de la política ártica que establecerá una serie de objetivos a largo plazo y los recursos necesarios para alcanzarlos. En un futuro podría darse una confrontación bélica por el control del Ártico.

“La cooperación en defensa con nuestros socios es un elemento esencial de la política de defensa finlandesa. La cooperación en el norte es muy estrecha con Noruega y Suecia. También nos beneficiamos de una cooperación regional más amplia en el marco de la Cooperación Nórdica en materia de Defensa en la que participan Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. Otro grupo importante es la Fuerza Expedicionaria Conjunta liderada por los británicos, que incluye nueve países del norte de Europa. Este grupo ha elegido las regiones del Alto Norte, Atlántico Norte y Báltico”, señala.

Kuusela refiere que los ejercicios desempeñan un papel clave en el desarrollo de la interoperabilidad y el entendimiento común. Las Fuerzas de Defensa finlandesas realizan ejercicios nacionales regulares en condiciones árticas  y participan en ejercicios árticos en el extranjero, por ejemplo, el Arctic Challenge.

Con el ingreso de Finlandia, la OTAN tiene la intención de buscar un reequilibrio de fuerzas en Europa del Norte y reforzar las posiciones de los países nórdicos.  Putin que quería menos OTAN está consiguiendo justamente todo lo contrario.

 

A COLACIÓN

En los últimos treinta años, la asociación de Finlandia con la OTAN se basó históricamente en su política de no alineación militar, que cambió tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.

La cooperación comenzó cuando Finlandia se unió a un foro multilateral para el diálogo que reúne a todos los aliados y países socios en el área euroatlántica en 1997.

Durante muchos años antes de su adhesión, Finlandia había sido uno de los socios más activos de la Alianza y un valioso contribuyente a las operaciones y misiones dirigidas por la OTAN en los Balcanes, Afganistán e Irak.

Finlandia participó por primera vez en una operación dirigida por la OTAN en 1996 cuando contribuyó con un batallón a la fuerza de mantenimiento de la paz en Bosnia y Herzegovina.

En julio de 2001, la OTAN reconoció formalmente el Centro Internacional de las Fuerzas de Defensa Finlandesas (FINCENT, por sus siglas en inglés) como centro de entrenamiento  y gestión de crisis militares. Ahora, Finlandia ya como miembro oficial, tendrá un rol clave en el Ártico y su reequilibrio de fuerzas para disgusto de Rusia y de China.