La manía de las vocerías de ocultar la verdad

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Los gobiernos federal y estatales deben estar preparados ante cualquier enfermedad de la persona titular del Poder Ejecutivo correspondiente. De entrada, contar con la estrategia de comunicación para informar de manera oportuna y veraz, en vez de desinformar o de hacer mutis.

Como si callar o mentir fuese la cura o la clave para ocultar la realidad. Como dice la vox pópuli: “No se puede tapar el sol con un dedo”; intentándolo lo único que se genera es el rumor, como ha ocurrido con la salud del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, cuando ha enfermado.

El más reciente caso, su desvanecimiento del fin de semana al encontrarse de gira por Yucatán supervisando las obras del Tren Maya. La ciudadanía, el ‘pueblo’, tiene derecho a saber cuál es la enfermedad o enfermedades que padece, no por morbo, sino porque su salud importa a todos dada su investidura.

Lo mismo en el caso de las gobernadoras y los gobernadores de las entidades federativas, así como de la persona titular de la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

Posturas como la de Jesús Ramírez Cuevas de negar el repentino desmayo (o lo que haya sido) de López Obrador durante su gira por Yucatán, hacen suponer que el vocero de la Presidencia de la República no se entera oportunamente de la situación de la salud del mandatario o que la vocería carece de una estrategia de manejo de crisis.

Incluso, que ante no saber qué decir, se recurrió a la cuenta de Twitter del mismo Presidente para informar lo siguiente:

“Ni modo, amigas y amigos: salí positivo a COVID-19. No es grave. Mi corazón está al 100 y como tuve que suspender la gira, estoy en la Ciudad de México y de lejitos festejo los 16 años de Jesús Ernesto. Me guardaré unos días. Adán Augusto López Hernández encabezará las mañaneras. Nos vemos pronto.”

¿El mandatario personalmente maneja su cuenta de Twitter? ¿En medio de la atención médica tuvo ánimo o tiempo de tuitear?

En fin, este lunes el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, al cubrir la conferencia de prensa matutina confirmó que el presidente AMLO dio positivo a Covid-19 por tercera ocasión e informó que se encuentra aislado, recuperándose en sus habitaciones en Palacio Nacional, y confió en que se incorpore a sus actividades en dos o tres días.

Habrá que creerle. Y ojalá el presidente AMLO se recupere pronto.

Ah,  Adán Augusto negó rotundamente que el mandatario nacional se haya desmayado, la versión de un infarto y el traslado de emergencia a la capital del país. Lo que ocurrió, dijo, es que por sugerencia médica se inició con un proceso de aislamiento ante la probabilidad de contagio del virus.

“Las especulaciones son producto de la malquerencia de algunos…Eso quisieran, pero (el Presidente de la República) goza de cabal salud”, refirió el Secretario de Gobernación.

¡Qué bárbaro! Nadie en su sano juicio desearía la enfermedad de otra persona, incluido el presidente López Obrador. Sería como no querer al país. Francamente no creemos que en los medios de comunicación o que en la oposición existan mentes aviesas que anhelen su mal.

Así que las especulaciones no son producto de la ‘malquerencia’, sino de la falta de información oportuna y veraz.

COVID-19 SIGUE PRESENTE EN MÉXICO

Apenas el día 11 del mes en curso, en la ‘mañanera’, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, informó que la transmisión del COVID-19 en México sumaba 14 semanas en proceso de reducción desde el inicio de este 2023.

Y que en las últimas nueve semanas se apreciaba una disminución a una velocidad menor en comparación con la registrada en las primeras cinco semanas del año.

Pero, pues, el virus sigue presente en nuestro país. Y si el presidente AMLO se contagió aun con todos los cuidados que tiene, entonces ni los gobiernos (federal y estatales), ni la población mexicana, deben bajar la guardia en cuanto a las medidas sanitarias.

Por cierto, ¿también se aislaron quienes mantuvieron contacto con el mandatario nacional?

En cuanto a las medidas de prevención, es un alivio saber (según informó López-Gatell en aquella ‘mañanera’) que la campaña de vacunación contra COVID-19 a niñas y niños de 5 a 11 años continuaba con un progreso de 61%, la inmunización en personas a partir de los 18 años alcanza el 91% y de adolescentes de 12 a 17 años, el 64%. En resumen, la cobertura a personas de todas las edades era de 84%.

LA MANÍA DE OCULTAR LA VERDAD

Del partido político que sean, la vocería tanto en el gobierno federal como en los gobiernos estatales tienen la manía de ocultar la verdad en vez de contar con una estrategia eficaz de manejo de crisis ya sea por enfermedad de la persona titular del Poder Ejecutivo, conflictos o contingencias.

Es mejor salir a informar oportunamente, que callar o mentir, lo cual solamente genera desinformación.