La mediocridad opositora se lució de nuevo. Y de qué manera. Pues sí, la oposición, entregada a desinformar cual su costumbre, a construir candidaturas de humo como la de Xóchitl Gálvez y, sobre todo, encubriendo muchas veces su priismo majadero y desinformador, se ha dedicado en la semana posterior a Fiestas Patrias a lazar una narrativa burda, tramposa, cargada de mentira y manipulación que, inundando los medios, no resulta indiferente por amañada; precisamente, porque busca generar animadversión a Morena, desinformar y llevar agua a su molino.
Sin embargo, que los opositores, y más aquellos que transitan entre su priismo abierto y el encubierto, no vayan tan rápido, que su manipulación merece puntualizaciones, cuya consecuencia es desmontarla, pues su narrativa insulta la inteligencia de los ciudadanos.
Por principio de cuentas, va su narrativa chapucera con las Fiestas Patrias, recordándoles tres cositas que se olvidan con sobrada desvergüenza. Siendo, posiblemente, el último Grito de López Obrador en el Zócalo –desconocemos si acuda a Dolores-Hidalgo en 2024, y el pseudopatriota vendepatrias priista Peña jamás acudió–, así igual, desconocemos si la gente acudió en tropel dispuesta a algo más que a celebrar la Independencia y, sí, de paso fue mostrando su apego a la tradición y muchos ovacionando al presidente. Qué manera de desbordar el Zócalo. Para envidia del putrefacto priismo que solo con acarreo apropiándoselo, consiguió vivas a Peña echando mano el PRI de mexiquenses que portaban todo el triste y corrupto sexenio priista, hasta la basura electoral priista sobrante de campañas políticas estatales anteriores. ¿Así o más acarreados? Una desvergüenza priista en toda regla. Eso si les gustaba ¿verdad? Si no se ofenden de sus actos, suena soso hacerlo de los actos morenistas que quedan en simples y burdos supuestos. Se entiende su enojo actual. Es su problema.
Dos. Se comprende perfectamente bien que los priistas critiquen El Grito cuando no lo da un priista. Como siempre, lo suyo vale, lo de los demás, no. Qué excluyentes. Ese priista que desde 2018 amagó con el “yo no regresaré al Zócalo porque esto estará deslucido y no me sabrá más a Patria”. Por favor. Habló y ni siquiera habían sucedido los Gritos futuros. No fueron deslucidos. Será que antes supieron a patria priista que no mexicana. No son lo mismo. Sean más sensatitos. Simplemente, como ya no gobierna un priista, uno que prostituyó El Grito con su grosero acarreo priista entre 2012 y 18, cuál si fuera maleta mitin priista, se acabó el putrefacto priismo de siempre, haciendo de las suyas todo el sexenio Peña. Los priistas siempre usurpando símbolos como la bandera en su logotipo de una manera ilegal. Eso es lo repudiable en Peña y no el no haber llevado a todos sus hijos al balcón, a todos. Este sexenio la gente arrebató el Zócalo al PRI.
Sí, priistas, que condolerse de que El Grito les parece ahora un acto político, es por menos, contar medias verdades desde el priismo, abierto o encubierto, y comportarse con cierta desvergüenza que no cabe, ya no viene a cuento y solo los exhibe.
Tres. En el inter, la prensa opositora se ha pasado todo el sexenio exhibiendo solo a alcaldes morenistas en errores cometidos en la ceremonia del 15. Así sea el más recóndito municipio, es expuesto. Solo si es morenista. Qué casualidad. Errores que se cometen el 15 de septiembre les sirven. Que si uno tiró la bandera, que si la arenga cuestionable del otro, que otro morenista hizo tal. Qué casualidad que de 2475 municipios y demarcaciones capitalinas sean solo cubiertos los morenistas por muchos medios abiertamente opositores a Morena, destacándolos en los días subsecuentes. En serio ¿los alcaldes priistas o los panistas no cometieron excesos? Los cometían hasta 2018 cuando éramos Suiza. Por cierto, y no solo alcaldes. A los priistas, recordarles el burdo comportamiento del priista Fausto Alzati, Falzati como Xóchitl Gálvez, en la modalidad de ostentarse como el doctor que no era, en el delito de usurpación de funciones. ¿Ya se olvidaron los priistas de lo que callaron, cuando Alzati, ebrio, se puso a dar vítores a Peña Nieto en un acto institucional? No sean tan desmemoriados. O sea que, a la prensa opositora solo importa lo morenista entre 4475 municipios. Qué curiosos resultan.
Por otra parte, dice la embajadora de Ucrania en México que las tropas rusas están manchadas de sangre. Amén de no cargarse México hacia unos y otros, invitándose y asistiendo el comandante del Comando Norte de EE.UU., presente en el desfile sin marchar, la conspicua embajadora tendrá sus razones, pero México las propias para saber cómo maneja su política exterior. Es correcta la afirmación presidencial de haberse invitado a todos los países a desfilar. Recordemos que solo 17 delegaciones vinieron al Bicentenario de 2010 con el panismo. Pues esta vez respondieron igual, los que sí quisieron. ¿Qué resulta que China y Rusia? Entonces ¿qué? ¿se les desinvita o no se les convida, cuando esta clase de convocatorias se saben en el medio? Sería un incidente diplomático innecesario que la oposición canalizaría, igual. Y México es soberano para invitar a quien guste, no como ordene la embajadora, que no lo olvide la nada diplomática representante ucraniana, que no se cansa de decirnos que nos enfrentemos a Putin. Es irresponsable. Vacunas Sputnik de por medio, que millones de mexicanos recibieron beneficiándose, o el simple hecho de que a nosotros no nos respalda la UE para ir de deslenguados, nos aconsejan ser cuidadosos. Es fácil de entenderlo para quien quiera y a estas alturas, para quien pueda, acompañado de nuestra conmiseración si no lo consigue. Por cierto, recordemos a los panistas que vociferan qué si a manos vamos, las manos yanquis están manchadas de sangre mexicana y ahí tienes a los panistas invitándolas en 2010. ¿Entonces? Facetos.
Y el plagio de tesis de Xóchitl Gálvez como postre. Vaya lío inocultable para sus apoyadores. A confesión de parte, relevo de pruebas. Y que se lo aprendan.
Es una vergüenza que la candidata, que eso es, del Frente amplio por México acepte que sí plagió. Pero ante semejante admisión, que no la ennoblece como tontamente pretenden solaparla sus seguidores que se hacen llamar Xochitllovers, solo la denigra y mancha su candidatura y al factótum que la impuso, el Señor X, pues la Gálvez queda como mentirosa y como plagiaria. Nada más y no como otra cosa. ¿Así va ser su presidencia? Entonces, desde ya ni un voto al Frente amplio por México. Punto.
No es y lo hemos sostenido en esta columna, la persona idónea, ya que si en los detalles falla de manera tan descomunal y reprobable ¿qué se puede esperar de una funcionaria con semejantes comportamientos? La respuesta es clara: desvergüenza y desgobierno.
La señora Gálvez no se inmuta. Decíamos semanas atrás que sus alcahuetes no podrán contra sus vergonzantes locuacidades y esos insultos que la visten, porque ese es su mendaz y deplorable proceder. Genio y figura. Ordinaria, solo atina a decir por respuesta a su plagio, una gracejada más: “Al rato van a decir que no soy mujer, porque tengo muchos huevos”. Caray. Y no le queda victimizarse. Qué manera de no asumir su responsabilidad, después de todo. Vaya pues, con la insulsa candidata que solo consigue ese triste nivel de declaraciones. Resulta inadmisible en toda regla.
Y no, no es tema de autenticidades. Es carecer de la más elemental educación. Responde ufana que si la UNAM le quita el título, buscará otro. Veamos, señora, no, no son gelatinas, qué manera de frivolizar tan importante documento y es significativo que lo haga como un título que miles buscan haciendo tesis originales. Qué forma de degradar su esfuerzo. Pero se entiende. ¿Plagiar es parte de su peculiar autodefinición de chingona? Pues, qué vergüenza. Sí, plagiando, así cualquiera lo es. Y se victimiza diciendo que hasta eso quieren quitarle. No su mala educación, sino su tesis mal habida, confesado por ella misma. Aquí entonces, no hay víctima alguna
Los medios opositores tardaron en admitir tibiamente que fue plagiaria. El día en que reconocía su plagio. Su narrativa exculpatoria y tardía contrastaba con su actitud ante la ministra Esquivel. Ruin su actual tartamudeo falaz. Medios alcahuetes de Gálvez que apenas aludían al plagio, destacaban mejor su inexistente “victimización” y parecían ya ansiosos de dejar el tema tan elocuente que abolló la imagen de Gálvez.
La UNAM en pleno relevo de la rectoría, es evidente que no necesita que le entable un escándalo la desconsiderada candidata, como implicaría buscar un nuevo título. Dicen los defensores de Gálvez que Esquivel estaba igual. No, de Esquivel la UNAM terminó por eludir, que no podía definir lo sucedido con contundencia y terminó por dejarlo en nada. Esta señora no entiende que pretende algo más que ser ministra.
Así, pues, el Frente amplio por México tiene una plagiaria por candidata. Bien le queda la mofa recibida de “Mi tesis es tu tesis”. Vaya pájaro de cuenta que los representa.