Acapulco: entre la complejidad de la ayuda y una oposición, rebasada

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Han bastado 2 horas golpeando al entrañable puerto de Acapulco un huracán de intensidad 5, la mayor y por primera vez en México sin reducir su fuerza al impactar tierra,  para echar por la borda 80 años de política turística del sitio pionero en instrumentarla en este país, para que con el hundimiento de una importante infraestructura turística de 80 años de pujanza,  la oposición hiciera de las suyas y que la nación descubra los visos de lo que aún no calibra: el tamaño desastre, cataclismo, que significa golpear una de las dos marcas internacionales de México –la otra es Cancún– por el peor metéoro que ha afectado a Acapulco y su región. No se puede decir bonito. Ha destruido Acapulco de punta a punta y el costo de enmendarlo será descomunal, y de suceder, el tiempo en que se conseguirá es insondable, como el dinero necesario y a saber si logre reposicionarse y, mientras tanto, el vacío y un proceso regenerativo que no será sino más complicado. El aluvión de problemas que acarreará es para tomar aire, porque se vienen curvas.

En el camino, dígase 4 cosas de inicio. Que los acapulqueños no olviden que si se prima ciertas zonas en cobertura informativa y ayuda a lo turístico, es porque el puerto vive del turismo. Sean menos soberbios. Le busquen por donde le busquen, como que creció de manera desordenada gracias a la generación de empleos mal pagados que supuso y al espejismo de creer que era infinito como mina de oro –todavía atestiguamos en diciembre pasado que seguían poniendo puestos fijos en las playas como fueran infinitas y no lo son–   y también que quede claro que no hay gobierno capaz de cubrir todas las necesidades y que se requiere la aportación de todos, no solo de “papa gobierno”. Que la destrucción del puerto es total y que eso también quede claro. Y que sería una extraordinaria oportunidad de reordenar Acapulco, porque no puede negarse que gobierno tras gobierno contribuyó a su desbarajuste, al grado de volverse el 70 % de la economía de Guerrero, lo cual habla de la incapacidad de Guerrero para generar otras fuentes de riqueza, como no sea el narco.

Y comprendemos el enojo de los acapulqueños por la mala gestión del pasado. Y de solo cubrirse en informativos y ayuda, la zona hotelera. Al PRI se le olvidaron los demás cuando el Paulina. A Manuel ni lo previeron los priistas y así lo denunciamos aquí, en su momento. Esperaríamos que ahora sí les llegue la ayuda.

A partir de estas verdades, desmontar los mitos opositores es menester, obligado, necesario y urgente, porque son insultantes a la inteligencia de los ciudadanos. Han mostrado su peor cara como oponentes, así como Acapulco la peor con la vergonzante rapiña. Una que por primera vez es justificada desde las autoridades y los condolientes de siempre, dada la terrible situación causada por un huracán categoría 5, que el PAN parece no entenderlo como no lo hizo con estar en guerra en Gaza. Sí, el PAN tiene severos problemas de entendimiento. Esta columna no apoya la rapiña ni el saqueo. Si el puerto está bloqueado y sin infraestructura tecnológica, quebrada, es comprensible la lentitud del proceder. Está postrado. Es que le pegó un huracán categoría 5.  Es un percutor brutal. La ayuda no llega a más porque los accesos estaban bloqueados. Es duro, pero es real y no como los opositores pretenden, mintiendo, al decir que suceden rapiña y saqueo solo por incapacidad gubernamental. Hay que tener mucha cara para sostener que la ayuda no existe o la inmovilidad gubernamental y que no llega por voluntad del gobierno. Cuánta mezquindad opositora. Notable Aguilar Camín, el que perdió jugosos contratos, diciendo que no había ni autoridades actuando ni ayuda en camino. Que patético y mentiroso.

Así, seamos claros y puntuales:

1.- Una cosa es avisar, como sí se avisó a tiempo, de una tormenta tropical que podía pasar a huracán 1 y otra es que en 9 horas aquella se volviera un impredecible huracán categoría 5, que tiene impresionada a la ciencia, no perdiendo fuerza al acercarse a tierra y, encima, en una zona densamente poblada. Eso rebasa todo pronóstico. No hay que buscar culpables. No, y si los opositores se empeñan en ello, se les ceba la ocasión y si insisten en que los hay, mienten. Sí, a todo gobierno el coco son los huracanes, ninguno sale bien librado alguna vez y acaso, esta sea la de López Obrador. Tampoco es culpable, pero se le esperan resultados. Está actuando por va lenta la cosa.

2.- Buscando siempre culpar a López Obrador, insistieron en dos idioteces: a) en preguntar molestos por qué no iba en avión. Cuando había ya degradado el huracán, la tormenta seguía, el aeropuerto acapulqueño destruido y el puerto a oscuras, no recomendaba ir volando. Si, irse en auto fue una torpeza, sí. Innecesaria y refleja incapacidad de mando y de coordinación. De reacción inadecuada. Pero se fue. De no haber ido, habrían reclamado que no fuera. Falta organización, coordinación de todos los involucrados y una autoridad municipal ausente, rebasada, tolerante con el saqueo y sin apoyo federal para detenerlo, no ayuda a la mejor imagen del Estado mexicano. Que Morena tome su parte, sí, y que los opositores se callen la boca, siempre ajenos a los problemas nacionales.  Y b): no es posible que en medio de la tragedia, la panista Rabadán diga zarandajas en el Congreso o Marko Cortés escupa en un congreso internacional que somos una dictadura. El PAN de espaldas a los problemas reales de México, cual su costumbre y para variar y no perder la costumbre. A la oposición dígase sin ambages ni titubeos: no cabe duda de que si tenemos una transformación de cuarta como chillan, adolecemos de una oposición de quinta, como es innegable. Rebasada. Los que sí son sensatos comparan las imágenes con Gaza y Ucrania. Aciertan.

3,.- Los opositores muy cariacontecidos y “preocupados” con que “no ha salido el senador?”. ¿Se refieren a dar la cara?  Será que se refieran al impresentable priista Manuel Añorve, el de triste memoria en Acapulco, mal gestor de Paulina y rebosante de corrupción, de triste memoria para el puerto y llevado a su alcaldía una y otra vez como garante de poderosos de que la corrupción prevalecería. Ha de ser ese senador al que esperan, que si es a Salgado Macedonio, tan senador como Añorve, entonces refiéranse ambos a que apoyen. No pretendan manipular a la opinión pública.

4.- No puede entenderse la falta de una cultura de cobertura de seguros en la hotelería y demás negocios en una ciudad sísmica y expuesta a huracanes. Eso no es culpa ni del gobierno ni “del anlo”. No. La reconstrucción tampoco es responsabilidad única ni de lejos, del gobierno. La iniciativa privada deberá de asumir gran parte del coste y, de momento, se celebra que todo mundo se esté moviendo por sí o convocado por el gobierno federal, del que es mentira como berrean los opositores que tal no se esté moviendo. Lo que sí es verdad es que el problema de Acapulco no se resolverá como los 18 mil millones de pesos ofrecidos por Hacienda. Eso que lo tenga claro todo el mundo.

5.- El desastre del puerto es la consecuencia, primero que nada, de los gobiernos priistas corruptos hasta la médula –desde los que décadas atrás autorizaron hoteles tapando la vista de la bahía y apropiándose sus playas a la mala y con matanza de campesinos copreros, hasta los que la saturaron de ellos, vendieron terrenos en zonas no recomendadas [de colonias lumpen a cambio de votos a Punta Diamante, con el PAN de por medio con Fernández de Cevallos]– y donde no se debió construir a cambio de negocios jugosos. Todos embarrados. El PRI es el principal responsable si buscamos culpables.

6.- Los medios opositores a Morena lloriquean hoy lo que en 1985 se callaron vergonzosamente. Así, atrabancados y leperos no le hablaban al priismo. Los habría puesto quietos el putrefacto PRI tan amante de la censura hasta hoy. Entonces, no protestaron por la, esa sí, inacción priista de Miguel de la Madrid. Que Enrique no la olvide cuando se adorne tanto, como inexplicablemente lo hace y más de un tonto le compra el cuento.

Qué coberturas tan dispares las de Televisa o Radio Fórmula y Canal 11. La primera como Fórmula, solo contando desastres y poniendo el acento en que la gente sufre por culpa del gobierno, pues no apoya. Canal 11 informándonos esfuerzos del gobierno federal –sí, estatal y municipal, ausentes– para ayudar. Ingentes, atinados, necesarios, son meritorios. De la avanzadilla militar que se quedó ya en el puerto a recibir el metéoro, para desde adentro ayudar en cuanto pasó –comprensible, luego del desastre de la tormenta tropical Max, 15 días antes– a la avanzada posterior que si no acabó de llegar fue por tener que despejar la Autopista del Sol y lo hizo en tiempo récord. Reparar el aeropuerto destruido –priistas ¿las laminas del nuevo de Peña Nieto estaba mal colocadas ?– y hacerlo en 48 horas y poder reestablecer algún servicio en zonas limitadas, no es cosa menor y se plausible. ¿Esfuerzos insuficientes? Sí, es una ciudad de más de un millón de habitantes, destruida, escenario que el PAN parece que no acaba de entender berreando acciones de imposible consecución dada la magnitud de la catástrofe. Una ciudad que venía de pandemia, cerrada. Y perderá su mejor época de ingresos. Del puente de Día de Muertos al fin de año.

Al mismo tiempo contradiciéndose los medios opositores, reconocían el Plan DN-IIIE que no se opera solo, se impulsa con personas e instrucciones y protocolos; y por la otra decían ausencia total de autoridades. ¡Por fin! pónganse de acuerdo al golpear al gobierno.

7.- Que sí, que el Fonden no está. Que sí lo está se ha diversificado en otros instrumentos. La propia Secretaría de Hacienda suena embrollada al explicarlo. Pero no olvidemos tres cositas: no es ni era el hada madrina, si hay otros fondos y sí, siempre se lo robaron, en la clásica priista de uno para ti, tres para mí. Punto. Y es injusto lo ocurrido. Acapulco invirtió mucho estos años, en túneles, transporte como Acabús, ampliar su aeropuerto, ciudad deportiva para el abierto de Tenis, nuevos accesos y circunvalaciones. Devastados, los más. Dantescas imágenes, escenarios resultantes verdaderamente apocalípticos.

Esta columna solo puede hacer dos llamados: a la sensatez del análisis político y brindar ayuda a los acapulqueños y guerrerenses en general. Y secundo esta idea: ¿usted ha tenido momentos estupendos, maravillosos en Acapulco? Por memoria de ellos, ayude, done. La situación es lastimera.