Esvásticas nazis como discurso. Repudiables, ¡siempre! 

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Hasta aquí podíamos llegar en el discurso opositor de odio a Morena. Que la revista Siempre publique una vergonzante caricatura dirigida a Claudia Sheinbaum, retacándola se esvásticas, dibujadas en la dirección y la intención usadas por la Alemania nazi en fondo rojo a tono con la bandera nazi, es el colmo de la irresponsabilidad más absoluta.  Eso no es periodismo ni libertad de expresión, es un delito. La Suprema Corte condena el uso de esvásticas y las equipara a discurso de odio.

Es extralimitarse y revolver fobias personales como producto de un priismo trasnochado, de una mezquina actitud, asaz irresponsable con las intenciones políticas. Y balbucear una justificación tan pobre sobre tal publicación, resulta peripatético y condenable en grado superlativo. En el nombre de la libertad de expresión auténtica, la constitucional resguarda en los artículos 6 y 7, no se puede guardar silencio ante semejante canallada. Esa portada miserable es una bellaquería en toda regla contra la morenista y contra las libertades de este país y contra la memoria del mundo entero. Es un insulto abierto e inadmisible a la comunidad judía, toda. A quien no le suene el Holocausto, que se ponga a estudiar ¡qué mucha falta le hace!

Y partido político opositor a Morena que se calle ante esa portada y no la condene, será cómplice y arrastrará en su felonía y su silencio a miembros y simpatizantes por igual, si no se desmarcan de tal portada.

Es vomitiva esa portada. Revulsiva.

Y todos merecen alzar la voz desde toda la sociedad mexicana contra esa portada, pero en esta ocasión muy particularmente desde los comentaristas que profesen el judaísmo, incluso que dan cobijo a la titular en sus mesas de “análisis”, porque podrán ser anti-López Obrador todo lo que quieran, pero tendrán que escoger entre dejar pasar un discurso de odio antisemita en el nombre de sus preferencias políticas y avalar un insulto a la memoria del Holocausto, o posicionarse abiertamente contra tal publicación, así sea apuntar hacia quien no es simpatizante de la 4T, de la candidata Sheinbaum, de Morena o de sus seguidores. O la beben o la derraman. No hay más, ¡basta de tibiezas! ¡basta de su silencio! porque frente a la esvástica nazi no caben medias tintas ni tibiezas o timorateces en el nombre de simpatías políticas o fobias abiertas o declaradas contra nadie.

No, no es campaña sucia. Es un delito el cometido por la revista Siempre.

Es muy deplorable que la revista Siempre publique esvásticas nazis usadas como piedra arrojadiza. Pagés Llergo se volvería a morir. Tan amigo, tan reconocido por importantes representantes del periodismo mexicano como su amigo Jacobo Zabludovsky, quien por extensión tenía una opinión favorable de su actual directora y Jacobo jamás dejó pasar referencia alguna abierta o encubierta con tintes nazis.

Qué deplorable usar esvásticas aludiendo al origen judío de la candidata de Morena, dirigiendo una caricatura de vergüenza contra su persona, mostrando así, nula inteligencia en el ejercicio de la libertad de expresión. No solo es una ilustración infame, como bien ha respondido Sheinbaum, sino totalmente miserable y prostituye el periodismo más auténtico en su género caricatura política. La portada rebasa por mucho, los límites que la Constitución impone a la libertad de expresión, es discriminatoria y violenta las reglas mínimas del discurso político y al respeto al discurso de género que involucra a la candidata en su perjuicio. Y ¡ojo! Violencia de género de mujer a mujer. Violenta tratados internacionales que persiguen la exaltación de símbolos de odio como la cruz gamada y atenta también contra la Ley Federal para prevenir y eliminar la discriminación, en cuyo artículo 1 señala como acto atentatorio el discurso antisemita que enarbola la revista Siempre en esta muy desafortunada y abominable portada contra Sheinbaum, donde va plagándola de cruces gamadas.

Dice el artículo 1 de la referida ley:

“III. Discriminación: Para los efectos de esta ley se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades, cuando se base en uno o más de los siguientes motivos: el origen étnico o nacional, el color de piel, la cultura, el sexo, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, económica, de salud física o mental, jurídica, la religión, la apariencia física, las características genéticas, la situación migratoria, el embarazo, la lengua, las opiniones, las preferencias sexuales, la identidad o filiación política, el estado civil, la situación familiar, las responsabilidades familiares, el idioma, los antecedentes penales o cualquier otro motivo

También se entenderá como discriminación la homofobia, misoginia, cualquier manifestación de xenofobia, segregación racial, antisemitismo, así como la discriminación racial y otras formas conexas de intolerancia;”

La revista Siempre comete el delito de contra la dignidad de las personas, previsto como discriminación en el título décimo del Código penal capitalino que en su numeral 206, que reza:

“ARTÍCULO 206. Se impondrán de uno a tres años de prisión o de veinticinco a cien días de trabajo en favor de la comunidad y multa de cincuenta a doscientos días al que, por razón de edad, sexo, estado civil, embarazo, raza, procedencia étnica, idioma, religión, ideología, orientación sexual, color de piel, nacionalidad, origen o posición social, trabajo o profesión, posición económica, características físicas, discapacidad o estado de salud o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas:

Fracción III.- Veje o excluya a alguna persona o grupo de personas;”

La portada de Siempre es vejatoria. Y es una vergüenza del periodismo nacional. Contra ella Fernández de Lizardi, Manuel Payno, Ignacio M. Altamirano, Lola Jiménez y Muro, Filomeno Mata y tantos próceres del periodismo repudiarían esa expresión reaccionando frente a semejante portada de villanía y violencia vicaria.

Vergonzoso, inaceptable. No puede callarse. ¿El odio hacia Morena debe permitirse semejante exceso, semejante delito? Desde luego que no y tampoco el silencio ante tal. Que no olvide la revista Siempre que viola la ley no solo al ensalzar un discurso de odio con una bajeza periodística de la peor ralea, ruin, rufianesca, infeliz. También chamuscó su prestigio. El periodista Suárez del Real ha devuelto el premio Pagés Llergo a raíz de esta portada. Ha hecho bien el periodista. Felicidades. Un acto de dignidad absoluta frente a la mezquindad y la más miserable condición humana envuelta en carencia total de ética periodística envuelta en caricatura –parece pleonasmo– permitiendo publicarla, siendo una portada descastada, inicua y vil. La respuesta de la directora a la condena de tal, es asaz vergonzosa. De una banalidad supina. Condenable de manera absoluta. Es absurda la justificación esgrimida.

Si los opositores a Morena ya se saben perdedores en 2024 desde 2023 o, de plano, no tienen mejores argumentos que los muestren estupendos más que lanzar esvásticas como discurso de odio, entonces merecen ni un voto en 2024. Demostremos que como sociedad y como Humanidad sí aprendimos de la Historia. Se podrá no estar con Morena o dizque ya no pertenecer al PRI, pero no cabe duda que la mísera condición que entraña tal, pervive. Qué bajeza, qué lamentable resulta el proceder. Y la reacción a la condena pública termina siendo inatendible por carecer de la más elemental inteligencia y pretender verle la cara a la ciudadanía. Sí es una portada que exalta el odio y sí va dirigida a quien se ilustra por su calidad de judía.

Respuesta corta a Siempre: en 2024 no permitamos que gane el discurso de odio, antisemita, que enarbola la revista tal y quienes ufanos y orondos lo apoyan abierta o encubiertamente.