Elecciones 2024: Gálvez dando palos de ciego sin levantar en encuestas

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Todo mal. Votar Xóchitl Gálvez sería un gran error ya que es dar un salto al vacío. Eso es consecuencia de responder ella más a la inquina de quienes la impusieron de espaldas a los ciudadanos, alejándose así de los intereses de México. A su extravío discursivo sume que la persigue su inoperancia como candidata. Votar por Gálvez es un error, pues significa dar un salto al vacío sin ninguna, absolutamente ninguna garantía de éxito. Y la única culpable de eso es ella misma y su obtusa plataforma tripartita de apoyo.

 

La campaña de Gálvez va mal, muy mal y encima, posee tintes populistas ofreciendo becas y pensiones a partir de los 60 años, acude a un tono de infundir miedo si no le das el voto y suma un cúmulo permanente de torpezas y expresiones desafortunadas de la candidata, que invitan a negarle el voto el 2 de junio. Y ella sería la culpable. Así que no conduele ni deja a nadie boquiabierto ese burdo posteo que circula diciendo que Claudia es lo que no se quiere, pues no atiende a que Gálvez no es opción y es la única culpable de no serlo.

 

Hace todo lo que criticó en López. Y encima, oculta el logo del PRI. Más la empanizan para que parezca que está libre de corrupción –valiente ayuda acudiendo al PAN como parapeto referencial– que antes admitir que el PRI sí la candidatea y que votarla es ayudar a que regrese el PRI, el PRI que dejó el peor sexenio (2012-18) que fue el más desfalcador de toda la historia de México. Hacerle una botarga o que cruce sus deditos no son suficientes para darle el voto a Gálvez, cuando está manejada por un factótum que la impuso y mientras ella evade los grandes problemas de México. Así de fácil.

 

Hacer de su eje de campaña temas como vivir en Los Pinos o denunciar a los hijos de  López, es apartarse de los temas que sí interesan a la mayoría de los mexicanos y evidencian su carencia de propuesta de futuro, de largo plazo, el no tener un proyecto de país y no ser mejor que Morena. Y encima, mimada por el Señor X, invita a negarle el voto.

 

Pues sí, aunque sus corifeos y propagandistas mienten y se empeñan en decir que Gálvez está solida y sube en encuestas que no reflejan su avance y solo contrastando una y para poner un ejemplo, Mitofsky, nos revela que subió dos puntos entre las preferencias manifiestas entre la de febrero y la de marzo. La mala noticia es que las elecciones son el 2 de junio (no el 2 de julio, como equivocadamente convocó ¡Gálvez!) y de seguir así, no alcanzará a su contrincante Sheinbaum sino hasta mediados de 2025 y el Reforma recién –considerado un vocero de los antimorenistas– ya revela una vez más en otra encuesta que Sheinbaum ganaría las elecciones presidenciales derrotando a Gálvez. Sigue habiendo una diferencia de 20 puntos, promedio. Y si fueran muchos menos, da igual, Gálvez no pinta ganadora en marzo de 2024, aunque las elecciones serán en junio.

 

Sí, todo puede pasar, pero de momento las encuestas ponen a Gálvez como perdedora y tendría que pasar muchos amarres complicados para que ganara. Y no sé ve por dónde.

Es una pésima candidata en una pésima opción, opción que oculta el logo PRI porque saben que es rechazado por la gente, ella lo asume propio, va con él y a tal se debe, pues Xóchitl Gálvez sí es la candidata del PRI y si se vota por ella, ganará el PRI. Así de cierto.  Se entiende que oculten el logo PRI tan quemado, tan rechazado, tan vergonzante. Aunque repetirlo fuerte y claro enfade a los priistas abiertos o encubiertos, que pululan. Pero ese es su problema.

 

Gálvez no atina a prometer nada sensato, sigue peleándose con López –que no está en la boleta electoral y ya se va y odiarlo no le da puntos a Gálvez– y saca de la chistera distractores, medidas populistas y trompabulario vergonzante. Se vuelve un remedo de Morena. Se entiende cuando se admira a Fox y al oponerse a los programas sociales. Aunque lo niegue y Rabadán grite cual posesa que sí los defenderán.

 

Su campaña descarada de infundir miedo no le dio sino dos puntos de preferencia extras, entre febrero y marzo y miedo da que gane, trayendo consigo puro priista quemado. Por si fuera poco, se sacó de la manga que vivirá en Los Pinos. Había dudado con López-Dóriga, meses atrás. O sea, que ahora sí propone que desmantelaría tan importante centro cultural que se ha ganado el aprecio del público. No, Gálvez no atina a decirnos dónde viviría y el Estado mexicano carece de otro sitio dónde meter a la nueva presidenta. Por lo demás, es un tema nimio por el momento, pero lo saca en la Semana Mayor, cuando la gente se desconecta y ella no tiene nada mejor qué proponernos. Mas se equivocó si supuso que nadie lo atendería ese tema por ser vacaciones. Gálvez va errática y la campaña no levanta ni con viagra. La apoyan los de siempre, sin más.

 

Gálvez va dando palos de ciego. Y si los opositores mal creen que dejarla caer será a cambio de ganar el Congreso, como se rumora, les será imposible y van muy equivocados ya que dependerá mucho que lo ganen y su supuesta victoria, según la clase de candidatos que postulen. Si ponen a BELTRONES, francamente pinta para derrota segura, y ganarla sería un pésimo mensaje de carencia de cambio al interior del priismo, lo cual tampoco sería una sorpresa. Y no hay como ganar la presidencia de México.

 

Así que la tienen complicada los opositores y es la consecuencia de 6 años de oponerse a todo, de infundir odio a Morena, buscar solo retener o recuperar privilegios y, conste, de no haber construido candidatura ni propuesta con tiempo. Ahora van a la desesperada y en la ilegalidad como que ha difundido mensajes de Gálvez con el logotipo del INE –es que la coalición opositora es de una ilegalidad tras otra– como para mejor sí negarle el voto el 2 de junio. No se puede consentir una candidata como Xóchitl Gálvez, que lo mismo insulta a Tijuana, que igual comete esta clase de atrocidades y tropelías electorales.

 

Es preciso denunciar la campaña de odio que estructura Max Cortázar, que, además, apunta a infundir miedo entre la población para reafirmar el voto a Gálvez que, según las encuestas, no va a llegar. Por si faltara, resulta grave que la extraviada candidata Gálvez pida que sus partidos la difundan más. Cuánta carencia la rodea. Si no la conocen ¿también es culpa de López? Si no la conocen menos votos tendrá. Entonces, asuma la trampa opositora por buscar judicializar la elección, acaso anularla si no les favorece y acusar elección de Estado, es decir, sostener una retahíla de mentiras cuando desde tantos meses antes está quedando claro que las encuestas arrojan la derrota de Gálvez.  Lo normal, es una pésima candidata en una pésima opción.

 

Y ¿qué saque López las manos de la elección, dice? Que lo haga igual su padrino Claudio X. González, quien al picarle la cresta a Sheinbaum, bien lo ha llamado ella como frustrado. Y tiene toda la razón al decirle que defiende causas perdidas. Por él, un factótum que México no necesita, ni un voto a Gálvez.