Es increíble e inconcebible que dos mexicanos terminen por pedir disculpas a Ecuador o celebren el proceder del país sudamericano en su abierta violación a la representación de México en el país sudamericano. Y todo por leer con su misma ceguera y odio lo exterior y lo interior y cuando el entendimiento no les da para separar sus fobias políticas y severos complejos de la seguridad y dignidad de México. Qué patéticos y vergonzantes nos resultan. No cabe duda de que el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano y lo demuestran.
Hay que ser un descastado para comportarse como lo han hecho. Simplemente, no te puedes poner de lado del agresor de México. No hay manera de repartir las lealtades. Aunque valoraran la situación con la cabeza fría, con la sensatez de la que carecen. Lilly Téllez o Eduardo Verástegui muestran una calaña abominable. A Téllez y Verástegui por lo que este país les ha dado y engrosado sus bolsillos y darles de comer –quizá quepa mejor decir de tragar– merecen el más absoluto repudio ciudadano por ponerse del lado del agresor. Se puede decir más alto, pero no más claro.
La Téllez de plano dio disculpas a Ecuador porque el encañonado y sometido jefe de misión Roberto Canseco traspasó la barda de la embajada y acabó en el piso en suelo ecuatoriano. Eso le preocupa a la impresentable y muy lerda “legisladora”. Sí, señora, el sujeto fracasó en detener a los gorilas que ingresaron al territorio de tu país como invasores y de manera ilegal, intentando detener a vehículos que atropellaron la inviolabilidad de la embajada de México, tu país por si no te has enterado o te cuesta entenderlo por no darte a más las entendederas. Esta vez has llegado muy lejos en tu estupidez. Sí mereces el juicio político que se te ha anunciado.
Verástegui posteando que le place que esa agresión le pase a un gobierno de izquierda, demuestra su bajeza y su incultura. En su condición una idiotez aplaudir al mandatario ecuatoriano. Qué manera tan palmaria de recordarnos que si no triunfó en los escenarios tampoco lo hizo en la política. Ya vemos las razones. Qué manera de recordarnos la sensatez del pueblo mexicano de negarle una candidatura presidencial a alguien que está incapacitado con pruebas, para defender a México. ¡Ya no digamos una agresión! México no merecería semejante personaje en la silla presidencial.
Hay que tener muy poca abuela para asumir posicionamientos como los referidos. Ese par solo puede recibir el repudio de esta columna. La senadora ha ido demasiado lejos en sus desvaríos. Son de vergüenza mancillando con su proceder el nombre de México. Me recuerdan a un tipo que viviendo en Estados Unidos y casado con una estadounidense y tal, se molestó cuando dije alguna vez que tras de la matanza de Connecticut, México también debería de lanzar una alerta roja de no visitar tan peligroso lugar, exactamente y por elemental reciprocidad a como las que lanzan al atacar a México emitiendo sus alertas de no visitarlo y a lo cual a su enfurruñamiento infantil le respondí “define tus lealtades”. Pues eso.
Y tenemos esta otra joya, verdaderamente de vergüenza: la mexicana que se filtró a Ecuador, desde donde se nacionalizó ecuatoriana de manera, acusan, fraudulenta y hoy es parte del gabinete del impresentable de Noboa: Mónica Palencia. Y no es cosa menor. Como ministra del interior coordinó la toma de la embajada mexicana. Habrase visto.
Ya la andan linchado en el congreso ecuatoriano por poner en jaque a Ecuador. México debería sancionarla severamente suspendiéndole la ciudadanía, a falta de no poderle cancelar la nacionalidad. Es una traidora a la Patria: todo mexicano que alce la mano contra México, lo es. No la pierda de vista, que ella se dice linchada y perseguida ahora haciéndose la víctima. Ya sabe ella cómo pensamos al respecto de gentuza como ella. Vaya mamarracho que es. Qué manera de mearse en su cuna.