En 2024 si usted le da un voto a Xóchitl Gálvez, estará usted votando por el regreso del PRI, pues tache como tache ese nombre, usted estará votando por su aliado, el PRI. ¿Qué eso no se lo explicó el PAN cuando le pide su voto por Gálvez? Con ese silencio no le extrañe que el PAN le quiera ver la cara. Continúe leyendo para explicárselo con mucho gusto.
Acción Nacional se extravió hace mucho tiempo. En las elecciones de 2024 se sometió, se entregó, claudicó a los caprichos y disparates de Claudio X. González y carece entonces ya de independencia para actuar en pro de la ciudadanía; no supo apoyar proyectos por la gente en el sexenio que termina –en los pasados demostró su pésima forma de gobernar y favoreció la continuidad priista– y endureció su disparatado discurso panista a base de insultos. Ahí tenemos el resultado: entregarnos a una candidata tan incompetente como Gálvez. Y si lo duda, ahí nos entrega a López Rabadán, la panista que un día sí y otro también solo se expresa a base de gritos e insultos, obnubilada, trastocada ya por su odio a Morena y ella es cara visible de un panismo putrefacto por juntarse con el PRI.
Rabadán como el PAN y como vocera de Gálvez que es, ya solo va construyendo un miserable y reprobable discurso de odio que se refleja en la agresividad descerebrada de sus seguidores, tanto de los panistas como de sus simpatizantes, que no han sabido sino proferir insultos. Cuando prima el insulto, no hay manera ni necesidad ni obligación de sostener diálogo alguno ante esas actitudes. Si el panismo mantiene ese tono y todo apunta a que sí e, incluso, empeorará, el panismo está cancelando su legitimidad democrática. Y que le quede claro a todo el mundo. Votar PAN es votar PRI.
No, el PAN no es ni el dueño de la idea de democracia ni mucho menos está situado en el lado correcto de la Historia, como tan erráticamente se ha pensado y muy equivocadamente es democracia a su interior, revestido de cacicazgos. Por oponerse a todo lo que Morena propuso este sexenio, sin mejorar la oferta en vez de solo oponerse por oponerse como lo hizo, el PAN perdió la oportunidad de ser opción, de proponer algo mejor y, desde luego, se colocó en el lado equivocado de la Historia, de manera permanente. El PAN no es mejor que Morena y ha demostrado que no es mejor que Morena. Está imposibilitado ya para serlo de seguir como va. Así, el PAN va errático y se mostró simplemente irresponsable y abandonando las causas populares, ni supo estar a la altura de un opositor serio ni canalizó las causas mayoritarias ciudadanas. Con ello, no extraña que sea aliado del PRI, su adversario histórico. Y no aprende. En Edomex en 2023, los panistas decentes no le dieron el voto porque no les interesa secundar al PRI como aliado. Son inteligentes. El PAN es aliado del PRI, pues ya perdió la vergüenza. Se es aliado del PRI cuando se carece de ética política, de ideario y se pierde la idea clara de democracia, una más incluyente y propositiva que el PAN ya no puede aportar; y se extravía cuando se tiene por presidente a Marko Cortés. Eso es el PAN y votar PAN sí es votar PRI. Y ahí donde están en coalición como en Estado de México, donde prima la inseguridad y prevalece el mal gobierno de gobiernos municipales de coalición. El ejemplo es Naucalpan, corrupta hasta las cachas y de las más inseguras del país. Y eso es lo que proponen traer con Gálvez.
Esto último merece un apuntamiento especial. Recuerde que si usted tacha el nombre de Xóchitl Gálvez tacha una candidata que va en coalición. No hay manera de venderla de otra forma. Recuerde que PRI, PAN y PRD se coaligaron entregando su voluntad y su libertad a Claudio X. González y así, los 3 ponen la voluntad y la libertad de usted, en peligro. En esa coalición aparece en la boleta electoral distintas veces el nombre de Gálvez. Tache lo que tache, suma votos a su nombre. Si ganara Gálvez, la coalición que incluye al PRI, tiene que repartir puestos en el nuevo gobierno. Es lo natural en toda alianza política con esta naturaleza. Entonces, el PRI, al que se echó con gran esfuerzo en 2018 luego del tremendo error de haberle permitido regresar en 2012 –significando el peor gobierno de la historia de México y es de sello PRI el de Peña Nieto y sí, el PRI sí robó más, priistas– entonces lo tendremos al PRI de regreso bajo las enaguas del huipil vengador. Así de sencillo. ¿Sí se lo explico el PAN? Debió. De manera tal que es cierto decir que votes lo que votes, el PRI ganará si eliges el nombre Xóchitl Gálvez. De ese tamaño es el riesgo y el error de hacerlo.
Por supuesto, que el PAN en su extraviado y mañoso discurso que invita a no darle ni un voto, ha hecho todo para vender a Gálvez solo como panista, lo cual es mentira que solo eso sea, cuando las contradicciones propias y ajenas han impedido a ella misma vislumbrarla como independiente. Aunque crucen los deditos no es mejor candidata que Sheinbaum y está lejísimos de serlo frente a Máynez. Sus ocurrencias y sus torpezas denotan la incapacidad de Gálvez para ser presidente de México. Si va con el PRI, es imposible que lo sea. Gálvez no solo es panista, va de priista, es candidata también del PRI y un voto a Gálvez siempre será un voto a favor del PRI. Un ciudadano responsable no votaría Gálvez. Presidentes tontos panistas y priistas, ya tuvimos. No hace falta alguien más llegando con el PAN.
El discurso panista suena incendiario, es irresponsable, nada propone y es equiparable a un discurso de odio que no cabe en la democracia mexicana auténtica. En su extravío innegable encontramos expresiones francamente ridículas, son disparatadas, tremendistas y mentirosas. Eso de ir diciendo que hay que defender a México o la democracia que no están en riesgo sino solo de no ser panistas, únicamente, o dibujando peligros inexistentes salvo en su cabecita tropical, o eso de llamar en tono lastimero de desesperación y de angustia falsa e hipócrita usando mañosamente el verbo “resistir”, es patético. O eso de “salvemos” a México, salvemos sí del PRI aliado del PAN, en dado caso. O eso de defendamos tal cargo, defendamos tal o cual cosa, sitio o circunstancia, como si pasaran tres cosas que no pasan en realidad y que únicamente explota el panismo repitiéndolas como mantras para contarse su mentira y quieren obligar al resto de la ciudadanía a que los secunde, pues solo así tendría una supuesta (e inexistente) legitimidad. En efecto, el panismo sostiene una tontería mayúscula: la democracia está en riesgo. Ya nos engañó conque seríamos Cuba y no lo fuimos. Y que somos una dictadura y no lo somos. Ni hay por dónde serlo. No, eso de seremos es mentira. Lo que sí está en riesgo es que su carencia de proyecto de país, seguir mamando de la ubre nada más, su idea anquilosada de progreso unida al PRI, intolerante y carente de lógica, corre el alto riesgo posible de no triunfar y para bien de México en esas condiciones. Lo que está en riesgo es su credibilidad como un partido demócrata. Lo que está en riesgo es que siga perdiendo adeptos y votos como le viene sucediendo por traicionar la democracia mexicana. Y lo que está en riesgo es su continuidad, pues como va, cada vez recibe menos votos. Y eso es culpa del PAN, únicamente. Por no saberse conectar con la gente. Por seguir empantanado situándose en el lado equivocado de la Historia y aliándose al PRI en vez de dar propuesta sensata.
El discurso violento del PAN incitando al odio como lo hace a diario, moviendo al miedo, generando mentiras para mantenerse vigente y de una rabiosa, rijosa actitud insultante contra quienes no piensan como sus obnubilados y alienados seguidores, es inaceptable, es abominable en la democracia plena que requiere ser incluyente y, por lo tanto, no puede admitir tonos agresivos, no puede solapar el discurso de odio panista, no debe permitir el insulto como expresión y moneda de cambio proveniente del PAN, como viene sucediendo y todos somos testigos. No. Pueden pensar lo que quieran y podrán sostener lo que se les de su real gana, pero nunca tendrán el derecho a insultar nadie para manifestar lo que piensan. Hacerlo los coloca en el lado equivocado de la Historia y carentes de los más elementales valores cívicos. Y para más tirria a su morro, sosténgase: los pone en el camino directo del merecido repudio en las urnas y en la opinión pública.
El panismo, como el priismo, no son los más autorizados para hablar de democracia o de un gobierno ni criticar al prójimo. No son ejemplo de transparencia y buen gobierno. Quien necee, ahí esta la corrupta Baja California panista de Kiko, Guanajuato incendiado, no haber votado a favor de los programas sociales, sí por las reformas de Peña Nieto, haber entregado México y su futuro a García Luna, encarcelado ya en EE.UU., y haberse aliado al PRI, lo que solo aportan algunas de las traiciones del PAN a la democracia mexicana.
Votar PAN o Xóchitl Gálvez sí es votar PRI, robusteciendo al PRI y eso es algo de poderse evitar el 2 de junio.