Elefantiasis

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Cuando los neoliberales encontraban una falla sistémica creaban una institución en lugar de corregir la falla, de esa manera la falla seguía pero se generaba un discurso político que mostraba a un gobierno que hacía sin hacer y dispuesto a atender los grandes problemas.
El discurso iba mucho más allá, se le colgaba el apelativo de autónomo a la institución para decir que no dependía del gobierno y la nueva institución gozaba de vida propia, aunque negociaba presupuesto y prebendas con el gobierno.
Las nuevas instituciones empezaban a crecer de manera acelerada, reclamaban instalaciones hasta incluir la construcción de magnos edificios. La burocracia tenía que ser dorada para recompensar adecuadamente a los ciudadanos que se sacrificaban para salvar las fallas estructurales, lo que por supuesto iba acompañado con los beneficios apropiados: asesores que los ayudaran a pensar y en algunos casos que les escribieran sus libros, vehículos, chóferes, gasolina, gastos de comida en muchos casos sin límite, lo que fue una bonanza para ciertos restaurantes de lujo, servicio de tintorería, primas de riesgo y de otro tipo, mega aguinaldos, seguro médico especial, porque sus señorías como empleados del Estado no podían rebajarse a hacer cola en un hospital como cualquier trabajador del Estado, viajes porque tenían que llevar su sabiduría al mundo y hasta niñeras como sucede con la Suprema Corte, esta instancia no la crearon los neoliberales pero aprovecharon el viaje para vivir igual o mejor que la nobleza de las otras instituciones.
Por supuesto que mientras más crecían se abrían muchas oportunidades de negocios de los que nunca se informaban porque nadie debía invadir su autonomía.
Pienso por ejemplo en la concesión para hacer las credenciales de elector, si más de cien millones pueden votar, alguien fue el agraciado para hacerlas, y como les pusieron vigencia, entonces hay negocio para reemplazarlas.
Para las elecciones de 2024 renovaron 981 vehículos, alguien resultó afortunado.
Luego piense en el papel, lápices, material de oficina y por supuesto las computadoras. Ya se que mucho se concursa pero también se que muchos concursos se amañan.
La anécdota dice que cuando se compraron los equipos de Enciclomedia, un proveedor que no salió afortunado empezó a escandalizar, para taparle la boca le compraron unos cuantos miles de computadoras.
Había varios problemas creados con la creación de los elefantes.
El INE por ejemplo, sus consejeros se repartían entre los partidos políticos, de tal manera que pudieran negociar sus intereses de manera apropiada. La presidencia del Zar Córdova se negoció en Los Pinos con el presidente, seguramente ahí le aseguraron que seguiría siendo autónomo. Creció tanto el INE que al Zar le dio ganas de construir otro edificio, ¿quién se iba a llevar una tajadota con ese proyecto?, porque ahí nada era modesto, todo era elefantiásico.
El INE pasó de ser una institución que organizara elecciones y contara votos, a sentirse el ministerio de la democracia. Empezaron a financiar estudios (usualmente a sus cuates), imprimieron libros, organizaron grandes coloquios y llevaron la verdad de la democracia mexicana al orbe. Nunca dijeron que los caciques seguían controlando elecciones. dijeron que no era problemático el dinero ilegal en las campañas electorales, y voltearon la mirada para no ver el gran negocio que son las elecciones, ya que se compran y venden candidaturas, ropa, alimento, artículos electrodomésticos y hasta tinacos y se rentan sillas, lonas, vehículos para “movilizar” votantes. El INE era una suerte de wash and wear ante el tremendo lavado de dinero que son las elecciones.
Pero el ministerio de la democracia no creo cultura democrática, al contrario, los jefes se involucraron en la lucha contra el jefe de Estado. Si se hubiera creado esa cultura hoy los políticos aceptarían ganar o perder, pero no es así.
Un caso es la delegación Cuauhtémoc en la CDMX donde hay una batalla para recontar votos, método democrático cuando hay duda.
Otro caso es la demanda trivial de la derecha que reclama que hay sobre representación en el poder legislativo cuando no la hay. Ya les explicaron en que consiste esta según la constitución, porque cualquier cosa hay que incluirla en la constitución, pero la derecha derrotada electoralmente, necesita oxígeno para seguir sobreviviendo y que a sus “intelectuales” les sigan pagando para que trivialicen los temas políticos.
Ya hablaremos del INAI, de la COFECE, la CRE, y de otras siglas que han sido botín político, y no obstante las fortunas que se ha gastado en ellas han cambiado muy poco las cosas que se supone debían reparar.
Mientras tanto, los temas sensibles se desatienden, por ejemplo que un ministro de la Suprema Corte esconda un expediente para que un oligarca no pague impuestos, que la sociedad carezca de medios de queja para que los protejan y tenga que recurrir a cerrar calles y carreteras cuando los esquilman con sus terrenos para obra pública, o porque atropellan a una persona. Pero esos temas son muy chiquitos como para que los atiendan los elefantes.