Durante horas de la noche, entre el último día de septiembre y el primer día de octubre (023), al pie del edificio de gobierno del Colegio Militar cito ese en la Delegación Tlalpan, efectuaronse dos ceremonias propias solo de los “usos y costumbres” de la vida militar en México.
El General de División Diplomado de Estado Mayor Luis Cresencio Sandoval González entregaba el mando del Ejército y del órgano político de ese (SEDENA) al también General de División Diplomado de Estado Mayor Ricardo Trevilla Trejo.
Testigos de esa actividad fueron los funcionarios entrantes y salientes así como Comandantes Regionales de tropas quienes ocupaban los lugares designados por el Estado Mayor de SEDENA.
Dos enormes águilas de granito flanqueaban y a su vez observaban la(s) ceremonia(s) descritas párrafos arriba.
Abajo y justo frente al evento, sobre la explanada de 71,400 metros2 un orgánico Cuerpo de Ejército (léase “miles de soldados”) en posición de “firmes” veían ese “cambio de mando”.
Las químicamente puras instalaciones del Colegio Militar fueron, para efectos, espacio perfecto para todo ese conjunto de eventos.
Dicho Cuerpo de Ejército en su perfil de “testigo” representó a los 265. 778 militares en las “filas” del glorioso y heroico Ejército Mexicano.
Sin duda; el marco de la ceremonia estaba vuelto una poderosa pila de energía. Luis Cresencio Sandoval González, General Secretario entregaba el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional y por ende del Ejército Fuerza Aérea y Guardia Nacional a quien, hasta ese momento fuera su Cuartel Maestre, y cuando estuvieron uno frente al otro no pasó desapercibido el significativo contacto visual entre los “Dragones”.
Decir que el Cuerpo de Ejército testigo en ese relevo, durante los minutos que duró el traspaso del mando, respiró al mismo tiempo y sus corazones vibraban en el mismo tono, e incluso asegurar que, el bajar y subir de párpados estaba sincronizado es una exageración más, créanlo 11 lectores, el TEMPO sobre la plancha de concreto si dejaba sentir algo muy parecido.
Decir también que fue el General Secretario entrante quien le solicitó a quien fuera su inmediato superior que la ceremonia fuese en el Colegio Militar en lugar de la explanada del edificio de la Secretaría de la Defensa Nacional da más de dos lecturas, esas se las dejo a ustedes lectores amigos (…11).
Ciertamente la carrera militar de Cresencio Sandoval inicia en el Colegio Militar de Popotla (Tacuba) para cuatro años después alcanzar la “barra” en el neo/nato Colegio Militar de Tlalpan.
Ricardo Trevilla Trejo es totalmente producto axiológico del “Colegio de Tlalpan”; por ello es fácil entender porqué Ricardo quiso consagrar su nueva comisión en la casa madre de su espíritu militar… los Generales firmaron, el personal militar atestiguó y la Patria Mexicana observó, aunque.
El párrafo anterior pudo bien haber sido el último de este artículo de opinión; el cambio de mando, el uso de un escenario diferente y el testimonio de la existencia de una fuerza armada institucional, constitucional y republicana quedarían bien explicado en aquella decena de renglones más, no terminó ahí el evento.
Segundos después de haber firmado con lo que los señores Generales daban certeza al protocolo, se colocaban en la misma mesa las señoras esposas de los Generales, con ellas presidiendo se llevaría a cabo la otra “” ceremonia esa de la que hicimos referencia en el título de este patrullamiento.
María Yolanda Medina Piña, esposa del General Cresencio Sandoval y Verónica Valenzuela Herrera esposa del c. General Ricardo Trevilla, Secretario de Defensa plantaban sus rúbricas y entregaban y recibían el Instituto al que yo identifico como “Patronato de Asistencia Social Pro/hijos del soldado”. Es decir.
En la misma atmósfera en la que se entregaba el mando del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional las señoras esposas de los Generales se turnaban la estafeta de la dirección y administración del órgano que vigila cuida y acompaña “la Gran Familia Militar Mexicana” y lo dibujo así.
Mientras los efectivos militares suman 265,778 mil la Gran Familia Militar se calcula en 1,328.89 (considerando 5 dependiendo familiares por “militar”).
La formalidad de la señora María Yolanda Medina Piña y la esperanza de la señora Verónica Valenzuela Herrera daba otro ritmo a la cadena de sucesos…lo explico; por una vía la horizontalidad eléctrica de la recién vivida ceremonia militar para que, minutos después la atmósfera se tornase en una acción dulce, horizontal y magnética. Y doy otro giro a la tuerca.
Para los soldados profesionales el mercurio de vida está en “la seguridad y paz de su familia” es decir “la patria empieza en la familia” por ello qué el Alto Mando exprese importancia e interés a la “Gran Familia Militar” y que lo haga bajo el capelo de la misma “entrega recepción” siembra en “el personal” -Seguridad y Cobijo-. Sea entonces.
Ultimo patrullaje.- ya en la honrosa situación de retiro el General de Brigada Rubén Dario Castillo Ferrera comentó en la sobremesa – de manera ininterrumpida serví en el activo (“”) 45 años. Grupo de Asalto de Guardias Presidenciales, ayudante del c. Presidente de la República, miembro del estado mayor de mi General Marcelino Garcia Barragán…Jefe de Operaciones de un Batallón en Apatzingán (Mich)- mientras Rubén Dario hablaba en la mesa nadie leía a donde iba su comentario; y dijo más.
-tuve el mando del 53 y 56 Batallones, Comandante de las Guarniciones de Salina Cruz y Tijuana…- Martha, su esposa, había detenido su ir y venir a la cocina, quería conocer el final del comentario. Él siguió.
-y si, la Comisión que alimentó mi amor al Ejército Mexicano y agrandó mi reconocimiento al Alto Mando fue la de Director de Seguridad Social de la SEDENA; atender a mis hermanos de armas, a viudas, huérfanos y signar miles de credenciales de retirados y activos me hizo conocer más el alma de mi carrera militar- luego de escuchar la conclusión Martha, la esposa de Rubén Dario y madre de sus 7 hijos, (entre eso “yo”) tatuó su rostro con una media sonrisa continuando su ir y venir.
Balazo al aire. Espir de corp ¿ques quesé?
Greguería.- la O es la i después de comer.
Oximoron.- soldado al viento.
Haiku.- Ven, cisne elegante.
Eres mi novia
pues yo soy el viento.