La ética del crimen

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Cuán dificultoso resulta creerla y admitirla al presentarse. Cuán extraño resulta verla aflorar, pero existe. De cuando en cuando ante grotescos, repugnantes y miserables actos de grupos criminales contra la sociedad y la Humanidad misma, sucede que alguno de esos supuestos perpetradores de tales acciones criminales sale en su propia defensa y emite comunicados en los que, palabras más, palabras menos, desmienten señalamientos y acusaciones contra su presunto proceder, ya que espetan por respuesta a tales acusaciones un sonoro ”yo no fui” o «yo no me atrevería eso» o simplemente comunican un «No soy o no fui yo (nosotros)».
Sí, son rara avis, son comunicados que significan tanto como decir que sí, esa aberrante conducta, ese atroz proceder pudo hasta ser genial, insuperable, salieron las cosas que ni pintadas, pero no, no es de nuestra (su) autoría. Es para estudiarse más a profundidad esa muestra de valores.
En ellos va cierta modestia y hasta una formidable honradez intelectual. Mire que no colgarse medallas ajenas…no admiten que se les adjudique lo que ellos no perpetraron. Honor a quien honor merece, también dígase.
Reconózcase que se necesita tenerlos bien puestos para reconocer que no se actuó de tal o cual manera, no  de aquellos a quienes se atribuye, porque en ello va de por medio comprometer cierto prestigio, así sea del malo y la otra sería adjudicarse las trapacerías ajenas y los peores crímenes, abonando a su mala fama de sanguinarios y que tanto les paga. Hay ejemplos de grupos criminales que se deslindan, así como cuando en sentido contrario se apresuran a adjudicarse los hechos. Es una conducta peculiar es ade deslindarse, pero sí existe.
Hay ejemplos. España nos deja dos. Una vez, en Valencia, hubo a mediados de los ochenta una explosión aparatosa. La gente pensó: fueron los del Grapo (un grupo terrorista). Y no, fue una explosión de gas causada por equis situación normal. Y Grapo desmintió que fuera de su autoría. Se deslindó. Tuvieron el valor civil de admitirlo y ya le digo, hacerlo no abonaba a su causa, pues pudieron aprovecharse del incidente y lo dejaron pasar.
Cuando se produjeron los atentados de Atocha en 2004, la prensa vespertina española se fue por la fácil en algún caso y encabezó su edición con un «Fue ETA». El gobierno Aznar se apresuró a culparla, también. Le convenía electoralmente tres días antes de los comicios nacionales. Era tan abominable lo ocurrido y facilón el señalamiento, que ETA salió a desmentir los hechos, negando su participación. Una putada de tal envergadura (volar un tren de pasajeros) no se atreverían a fraguarla. No era de ellos y así lo señalaron, por mucho que quisieran ver tintes de su proceder en lo sucedido o la mano de su accionar. Y en efecto, algo no cuadraba y no cuadró para ser de ETA. No era su estilo, que hasta eso existe.
Resultaron ser los extremistas islámicos los verdaderos autores de semejante atentado. No fue ETA y ETA tenía la razón para sorpresa de tantos. No habría sido la autora en esa ocasión. ETA reconocía que por esa vez, no era una fechoría de su autoría. Una de cal…
Bueno, hasta Bin Laden expresó en una llamada el mismo 11 de septiembre que no había pensado en el resultado final obtenido de su actuar, dando a entender que salió mejor de lo planeado, como queriendo decir que nunca estuvo en su plan derribar las Torres Gemelas, pero sí dar un mazazo a los EE.UU. como se los dio. Lo demás ya era un extra inesperado y que celebró.
Termino contando una anécdota oída hace más de un cuarto de siglo: Londres. Todo mundo sabía que los bobies carecen de pistola y uno fue apuñalado por un maleante tras de perseguirlo aquel, causando tanto su muerte, como la indignación de la sociedad y hasta del hampa al matar tan arteramente a un oficial de policía. No era un actuar de caballeros atentar contra un inerme no poseedor de más arma que su macana.
Fue total la indignación al grado de que el jefe de la mafia de Londres dijo a Scotland Yard que le entregaría en sus puertas y en 72 horas, al autor de semejante crimen. Y lo hizo, tras remover las espesas agua del bajo mundo londinense. Es que hay reglas, hay maneras, hay principios hasta en esos ambientes, aunque parezca que no. Hay barreras infranqueables.
Hay códigos de Honor que deben de respetarse y se pagan con la vida y lo sabemos. Hay rudeza y disciplina en la materia.
Y ahora el CJNG lanza un video–cosa nada habitual– donde explica lo que sí es y lo que no el mentado rancho Izaguirre. Para que un grupo criminal tome el micrófono y no se limite a ¿una narcomanta? y exponga su verdad, que ahí no hay campo de exterminio, quiere decir que además de informado, pulsa el sentir popular y deja claro los puntos. Que nadie se equivoque parece puntualizar, y cuestiona a las propias autoridades y medios. El tono es inaudito y reclaman los miembros del CJNG que se mueven por códigos, porque, acaso, desmienten ardides, tal parece que lo afirman. Y toman la palabra.
El video que hicieron circular a raíz de todo este asunto de los supuestos hornos crematorios, nos recuerda lo que se dice: que el CJNG actúa convenciendo, no engañando. Actúa certero, no con paños calientes o dobleces y sin simulaciones. Y por lo dicho desde sí mismo, no opera tales campos de exterminio. Por eso crecen las dudas sobre este asunto y a quién beneficia difundir ciertas versiones.
Hay más preguntas que respuestas. Respuestas que el PRI o el PAN no están capacitados para entregarnos. Lo suyo es el circo, el revoltijo, la reboruja de ideas inconexas y las tonterías que repiten a diario sin cansarse y que replican sus seguidores embebidos de odio e ignorancia, pues tales partidos no son mejores, con discursos de soberbia y calamitosas maneras de expresarse recurriendo al insulto facilón antes que a informarse y a ser sensatos. Parece mentira que tengan más ética los grupos criminales ya enlistados, que ese par de partidos políticos. Lo sospechábamos y lo hemos comprobado.
Los opositores citados andan tan «preocupados» de que se mencione a López o que de la Sheinbaum haga cera y pabilo de tal, deslindándose de paso, que no ponen atención a lo importante. A mensajes tan inusitados como el del CJNG que no es cosa menor y mueve a pensar cuáles intereses directos  hay también en juego.
Desde quienes difundieron el video lo cuestionan diciendo que cómo se atreve el crimen organizado a cuestionar a las madres buscadoras. Pregunta: ¿les acomoda mejor que si las avale el EXZLN como acaba de hacerlo? vaya, la voz de unos guerrilleros. Vale. Convendría ponderar quién legitima y quién no.