Como pocos años en la historia de México, el de 2020 habrá marcado un punto de referencia inolvidable. No se trata sólo de una epidemia que nos cayó y de varias crisis derivadas. Como país desorganizado, con desigualdad social, con una democracia caótica y con una sociedad dispersa, el COVID-19 está dejando peores secuelas que los huracanes o los terremotos.
Las cinco crisis del 2020 se han extendido a 2021: los infectados y muertos por el virus, un deterioro económico que durará cuando menos diez años, la destrucción de la precaria planta productiva, el aumento de la violencia por la inseguridad y, quizá como elemento aglutinador, una clase política-gobernante sin sentido social.
El 2021 estará dominado por las elecciones de gobernadores, alcaldes, ayuntamientos, diputados federales y diputados locales. La primera mitad revelará una disputa por el poder y la segundad mostrará el reacomodo de los grupos de poder. Pero por los datos que se tienen a la vista, la política estará ajena a las necesidades de la realidad.
Si hubiera un dato central, se debería escoger el PIB como indicador de las crisis. El de 2020 será de alrededor de -9%, pero con evidencias de que el ritmo de crecimiento en los próximos diez años, de 2021 a 2031, será en promedio de 2% o menos, menor al de los treinta y cinco años de neoliberalismo.
Las otras crisis tienen su propia dinámica: la pandemia podría atenuarse con la vacuna, la inseguridad disminuirá por la presión sobre el Estrado para combatir delincuentes y la redistribución del poder en las elecciones va a beneficiar al grupo gobernante de Morena.
Pero sin crecimiento no habrá riqueza que distribuir. Y si antes de la pandemia se tenían los datos de que era necesario un nuevo modelo de desarrollo, una nueva planta productiva y nuevos patrones de distribución de la riqueza, la catástrofe del PIB en 2020 obliga a centralizar el crecimiento como el motor de la economía y el bienestar.
El desafío del 2021 será más grande que el del 2020. Pero parece que nadie está pensando en ello.
@carlosramirezh