Desamparo en la cultura

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Actualmente es notoria la precarización que están viviendo los creadores, escritores, artistas y artesanos, unos más que otros en estos tiempos de encierro. Es histórico que el sistema vea al artista como un ente sin necesidades. Estamos como en tiempos antiguos, sirviendo al rey, comenta la reconocida promotora cultural, poeta y escritora hidalguense Martha Miranda, fundadora del premio “Cuento satírico Gonzalo Martré”.

El creador debería tener beneficios sociales establecidos en la Constitución, tales como una casa, seguro social, es urgente ser visibles.

El trabajo que hacemos los creadores y artistas no puede ser gratis, como lo quiere el gobierno con su convocatoria de ilustrar libros, lo están haciendo al vapor, de por sí las faltas de ortografía, hay malas prácticas, a los maestros les exigen calidad, pero los libros no son de calidad, qué ocurre entonces, un retroceso en la educación. Y si los ilustradores no aceptaron hacerlo gratuito van a convocar a otros para que lo hagan, tal pareciera que van a reformar libros con desconocimiento.

Con treinta años de trayectoria en el ámbito cultural y su participación en encuentros literarios nacionales e internacionales, Martha está indignada por la situación que atraviesan sus compañeros, así es que se ha unido para formar parte de la red nacional llamada “No vivimos del aplauso”. Se formó en parte porque existen impagos en todos los estados del país, personas que han trabajado en proyectos para el gobierno y no han recibido sus honorarios.

En Ciudad de México nació el movimiento con los creadores y artistas de teatro que se quedaron sin un medio para subsistir, pedían ser escuchados.

A través de la Secretaría del Bienestar abrieron créditos para impulsar a los artistas, un ofrecimiento insuficiente porque en algunos casos no tienen ni para lo más básico.

Hay grupos que apoya el sistema, en Hidalgo, por ejemplo, se lanzó una convocatoria para un festival virtual de narradores, el cual estuvo desierto y luego resultó que aparecieron treinta nombres en una lista como participantes, algunos maestros jubilados y otros en activo, y mientras que algunos se enteraron haber aparecido en esa lista cuando no se inscribieron para participar, una persona se acercó para decir que se deslindaba de esa convocatoria, ya que nunca envió currículum, tampoco la grabación que tanto ella como los que aparecieron en la lista no hicieron, el apoyo del gobierno a través de la Secretaría de Cultura de Hidalgo era de cinco mil pesos, así como esto, existen otros casos en distintas entidades federativas, donde abren convocatorias y benefician a amigos y conocidos.

En el caso del festival virtual de narradores, como se lleva a cabo cada año, el organizador no quiso perder los recursos, y esta vez lo promovió de forma virtual.

Hay personas talentosas y con estudios que no fueron convocados, se trató de un dedazo. Todo esto me provoca indignación, se debió tomar en cuenta a los que están viviendo en precarización y que tienen talento y formación literaria, afirma la poeta y escritora Martha Miranda, presidente de la Fundación Tomatian y quien ha participado en diversas antologías en nuestro país y en el extranjero, además de contar con la publicación de ocho libros.

No creo que deba haber intermediarios para recibir beneficios. Hay preferencias a cerca de las personas a las que se les da los recursos.

Martha Miranda, quien ha sido jurado de literatura a nivel estatal y nacional, piensa que lo delicado es que el gobierno dio millones de pesos por cada estado para abatir la precarización. Los recursos deben ser transparentes y evitar las malas prácticas.

El movimiento “No vivimos del aplauso” es apartidista, gana terreno para difundir lo que ocurre entre creadores y artistas, a través de UTA Radio, donde se cuenta con un programa llamado “Al derecho y al revés” en el que se expone y se comenta lo que ocurre en el ámbito cultural.

El sistema se había acostumbrado a que daban un reconocimiento por hacer una lectura, impartir un taller, ahora ante tanta precariedad, no se puede vivir así.

El sistema debería estar apoyando el resguardo de la cultura.

Luego de aquella desafortunada reunión en la que quisieron desactivar colectivos culturales, la reacción que se produjo es que surgieron más en el país.

Hay desamparo en la cultura, somos la voz de libertad, no se puede ignorar lo que sucede en el gremio cultural.

Hay una decadencia en la literatura, lo hemos visto en los festivales, presentan lo que dicen que es poesía y no lo es, ocurre en las artes, como en la pintura, existen los plagios. El trabajo literario requiere mucha preparación. En estos tiempos tal pareciera que levantas una piedra y hay un poeta.

En el caso José Olaf Hernández, Secretario de Cultura anterior al actual en el estado de Hidalgo, fue sorprendido en una fiesta –según se difundió en redes sociales-, y en lugar de explicar lo que pasó, pidió un permiso sin goce de sueldo, él no tenía ningún nexo con la cultura o las artes, como ha ocurrido con la mayoría de quienes han ocupado ese cargo como funcionarios públicos, salvo uno que sí era escritor, nos relata Martha Miranda.

Estas situaciones se han presentado en todos los estados de nuestro país, ha sido una problemática constante y generalizada, que debe cambiar, ser del conocimiento público, los artistas están unidos y son un movimiento fuerte a través de colectivos que no lograron segregar.