Morena se alista para su derrota; Obrador, mal humor, un carnaval

0
994

Antes de Obrador ningún presidente había sido tan odiado como el tabasqueño. Las redes sociales y la gran mayoría de los medios de comunicación son auténticos barómetros que han venido midiendo la “popularidad” del prócer de la cuarta transformación. Para su desgracia, impera un malestar social que se ha extendido a lo largo y ancho del país.

Las campañas de Morena son todo un desastre. Las candidaturas para diputados, gobernadores, alcaldes y regidores se convirtieron en una auténtica rapiña. En muchos estados del país se ha registrado una desbandada de militantes de Morena por la imposición de candidatos. El veredicto de las urnas puede resultar fatal para las aspiraciones de Obrador. Aun con las alianzas con los partidos de La Maestra, el Niño Verde y Pedro Haces, Morena podría perder el control de la Cámara de Diputados y entonces la cuarta transformación tendría que sucumbir.

Quizás los comicios del 6 de junio terminen por convertirse en un carnaval donde los ciudadanos salgan a votar para enterrar el mal humor. Los resultados podrían verse coronados con un festejo popular, donde a manera de replica el paseo fúnebre que simbolizaría el entierro de Morena tendría como corolario un muñeco con la figura del tabasqueño, igualito a Juan Carnaval, el cual se metería en un ataúd para prenderle fuego en la explanada del Zócalo.

Está emergiendo un movimiento social que rebasa por ahora a los partidos políticos que no se han podido reponer del golpe demoledor 1 de julio de 2018, muchos (obradoristas y antipriistas) festejaron esa fecha como un acontecimiento insólito. Tres años después esa data pasó a convertirse en una tragedia para el país.

El mal humor social derivado de la corrupción y la impunidad en el gobierno de Peña Nieto, lo mismo de Calderón y antes de Vicente Fox y por ende la corrupción del salinismo que venía arrastrando el país, de algún modo influyeron en los pasados comicios presidenciales. Obrador asumió su triunfo como una catarsis, como una purificación de nuestro sistema político.

La irrupción de Morena en el poder derivó en un circo y el gobierno de la cuarta transformación en una farsa.

La soberbia y la impericia de Obrador dividieron al país y provocaron que la imagen de México se deteriorada como nunca antes.

Mucha gente está preocupada por el movimiento acaudillado por Obrador pues temen una venezolanización. Esos grupos consideran de alguna manera las próximas elecciones como una “oportunidad” de cambiar el rumbo político del país.

El presidente Obrador quien se quiere asumir como el “guardián” de las elecciones por encima del INE, mantiene divido al país y su gobierno tiene injerencia en el proceso electoral, él haciendo proselitismo pese a las restricciones legales y rompiendo la disciplina de su gobierno. Muchos se preguntan cuánto más puede durar cocinándose a fuego lento el discurso de odio del presidente Obrador que amenaza la estabilidad social al convertir al país en una auténtica olla de presión y que en algún momento puede estallar si él mismo se sigue encargando de atizar el fuego.

Es evidente y no por ello menos escandaloso el repudio a los candidatos de Morena y también de sus aliados de los partidos Verde y del Trabajo y los de reciente creación Fuerza Social, del líder sindical Pedro Haces y las Redes Sociales Progresistas, de la maestra Elba Esther Gordillo.

Los candidatos impresentables de Morena y sus aliados como payasos, luchadores y boxeadores, youtubers, actrices, cantantes y comediantes son una expresión del deterioro político de ese partido representante de la muchedumbre donde el reparto de cuotas de poder se hace como en la mafia y a los candidatos a cargos de elección popular se les asignan por dedazo y mediante tómbolas y falsas encuestas.

De los 15 estados donde se elegirán a los gobernadores, las encuestas apuntan a un retroceso en las aspiraciones de Morena. Tlaxcala, es el mejor ejemplo, del deterioro que está experimentando ese partido.

Tlaxcala es un auténtico laboratorio social y político de lo que ocurre en el país.

La candidata de la coalición Unidos por Tlaxcala Anabell Ávalos está arrasando con sus adversarios. En ocho días de campaña la coalición integrada por cinco partidos (PRI-PAN, PRD, PS y PAC) se ha ido consolidando con una fuerza inusitada. Candidatos de Morena a gobiernos municipales y a diputaciones locales se han ido sumando al proyecto de gobierno de Anabell, mientras que la abanderada de Morena, Lorena Cuéllar todos los días ha ido  cosechando muestras de repudio.

En Nuevo León, San Luis Potosí, Guerrero y otros estados en disputa las mismas escenas se repiten.

Como decía el clásico, “la gente se cansa de tanta pinche tranza”.

Obrador debe prepararse para el carnaval.

El mal humor también vota.