El presidente Obrador es un lastre para las campañas de los candidatos de Morena. Más allá de las encuestas que apuntan una caída en las preferencias de los aspirantes obradoristas, el mal humor social sigue latente. El descontento no se manifiesta en apariencia pero en las campañas ha comenzado a exteriorizarse un rechazo a las dádivas que los candidatos de Morena ofrecen a cambio del voto.
Lorena Cuéllar, candidata de Morena al gobierno de Tlaxcala en 15 días ya gastó los más de ocho millones de pesos que el INE le autorizó para su campaña. En una maniobra burda de propaganda pagó a TV Azteca más de 3 millones de pesos por una larga entrevista en el canal 40 para “limpiar” su imagen. De nada sirvió porque de inmediato otros programas de la televisora hicieron “memes” con los exabruptos de Cuéllar durante el debate de los candidatos al gobierno de Tlaxcala.
Lorena Cuéllar es la típica candidata gorgojo. El ejército de los “servidores de la nación” que la auxilian en su campaña, regalan despensas (bueno, es un decir) con productos caducados y arroz con gorgojo.
Morena y sus candidatos lucran con los programas sociales. El reparto de “alimentos” es parte del círculo vicioso del voto del hambre.
Por desgracia, en México millones de personas piensan con el estómago.
Obrador ha formado a su imagen y semejanza a un número indeterminado de políticos como Lorena Cuéllar que no tienen escrúpulos para manipular a la gente.
Y así como el amor entra por el estómago, los candidatos de Morena le entran a la gente por la panza con “ayuda alimentaria” –una forma elegante de disfrazar la compra de los votos– a sabiendas que la muchedumbre puede ser fácilmente engañada.
Lo peor es que al “voto del hambre”, Morena con Lorena Cuéllar ha sumado la “compra de conciencias”. La candidata morenista ofrece cochupos y cargos, que reparte como si fueran dulces. A un exjefe de la policía le propuso negocios sucios a cambio de su “apoyo”. “Si yo gano las elecciones, te vas a hinchar de dinero”, prometió Cuéllar a Max Hernández Pulido, ex jefe de la policía municipal, quien así pasó a formar parte de la cadena alimenticia de la corrupción en Morena.
Los críticos de Cuéllar la ven como una candidata muy pequeña para los grandes problemas de Tlaxcala. La personalidad de la Cuéllar contrasta con la de su oponente de la coalición Unidos por Tlxacala, Anabell Ávalos quien antes de pasar a contender como la abanderada de una alianza multipartidista, recibió el reconocimiento como la mejor presidente municipal por dos organizaciones plurales: la Federación Nacional de Municipios de México y la Conferencia Nacional de Municipios.
Alcaldes de morenistas, panistas, perredistas y priistas la reconocieron por su capacidad de trabajo y honestidad. En cambio, sobre Lorena Cuéllar pesan denuncias por corrupción debido a malos manejos en el presupuesto federal en los programas de bienestar.
Mientras en Tlaxcala la candidata de Morena “espera resolver” con despensas con gorgojos la pobreza de sus paisanos, Anabell Ávalos es partidaria de instrumentar un plan social y económico de combate a la pobreza.
Las cifras del rezago social en Tlaxcala como en el resto del país son alarmantes. Con la pandemia la situación se ha agravado. Millones de personas presentan carencias sociales por el desempleo y la falta de apoyos, simplemente la gente no tiene el ingreso suficiente para comprar los alimentos de una canasta básica.
En Tlaxcala, por ejemplo, en diez largos años (20008-2018), de acuerdo al último reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 42 mil personas pudieron superar su nivel de pobreza en ese lapso. Sin embargo, con la llegada de la pandemia sus expectativas de progreso se desplomaron.
VER estadísticas del Coneval en este enlace.
En cuanto al país de acuerdo con la última medición de pobreza del Coneval en sólo tres años la pobreza aumentó en más de 18 millones de personas. En 2018 se tenían registrados 52.4 millones de personas pobres, de ellas 9.3 millones de ellas vivían en pobreza extrema.
Muchos de ellos habían confiado en obrador y le dieron su voto. Pero tres años después, la situación empeoró:
De acuerdo al Coneval en 2020 se registraron 70.9 millones de pobres por ingreso, es decir, el 56.7% de la población.
En Morena, los candidatos siguen con más de lo mismo. Como siempre reparten arroz y frijol con gorgojo.
Lástima que esa muchedumbre piense con el estómago.
Los políticos que reparten alimentos caducados y arroz y frijol con gorgojos no tienen madre.