Por más emoción que se ponga, las opciones mediocres carecen de sustancia debajo de la ilusión o la víscera. Eso es más grave cuando las dos facciones principales solo movilizan sentimientos, de manera similar a la forma que ganó, digamos, Morena en 2018, o Fox en 2000.
Si ya sabemos cómo acaban este tipo de historias, la única opción para que cambien las cosas es pensar desde nuestra responsabilidad individual, atendiendo nuestros intereses particulares. ¿La gente es ignorante? Desde luego que así ha sido, son y serán las masas, pero no existe país alguno formado por ciudadanos informados, sea lo que signifique. Cada quién debe hacer su chamba si queremos tener algo mejor.
Ya sé: hay gente que desea que tener toda la información desglosada para solo tomar una decisión, pero eso es imposible. Al no haber buenos y malos en esta historia, el pensamiento estratégico deberá partir de la parcela de cada quién: los distritos federal y local, pasando por el municipio o alcaldía y culminando, donde aplique, con los candidatos a las gubernaturas. Además, habrá que poner atención a las listas de partido que presenta cada instituto político en una coalición. El engaño solo se asoma cuando se desatienden los detalles.
Para ilustrar la complejidad de votar no solo de manera informada, sino también estratégica, les comentaré sobre mi experiencia a elegir entre mis candidatos para alcaldía y diputaciones federal y local. Obviaré decir nombres de personas o dónde vivo, porque no busco llamar al voto por alguien, sino mostrar los problemas que tengo para decidir, sabiendo que quienes lean esto estarán en circunstancias similares.
No tengo mucho problema para mi voto por alcalde: apoyaré la reelección del actual, por su desempeño. Es irrelevante que sea de Va por México. Además, ni loco votaría por el candidato de Morena: viene de ser diputado federal de mi distrito y tuvo una gestión gris. A partir de esto, revisaré las listas de concejales de los partidos que le postulan.
Mis problemas inician al elegir al diputado federal. Suena mal que el candidato de Juntos Hacemos Historia haya sido funcionario de la CDMX durante los años de Mancera por el grupo que hoy no está apestado, su propaganda sea fundamentalmente a través de uno de los socios menores de la coalición, y no haya información alguna sobre su trayectoria en las redes sociales de su campaña. Suena a que intentan lavarle la cara. Gracias, pero no gracias.
Si fuera por la víscera, votaría sin dudar por el candidato de Va por México: fue dos veces diputado federal y es por segunda vez diputado local. Además, ha sido funcionario en delegaciones y a nivel federal. Pero antes de ver estrellas, descubro que no se le reconoce por tema alguno, aparte de hablar desde la perspectiva de una corriente de pensamiento político-económico, que además está repudiado por el humor social. Siendo honestos, lo apoyaría, pero es imposible relanzar este ideario sin algo de autocrítica previa. Por si fuera poco, no he visto en estos años una razón para apoyarle, aparte que es un ávido tuitero contra el gobierno y nos amenaza un día sí y otro también en redes sociales sobre la desgracia que nos caería si Morena refrenda su mayoría.
En lo personal, estoy convencido que urgen personas que puedan convertirse en líderes opositores, en vez de simplemente apoyar a tuitstars que se dediquen a medrar de los errores del gobierno con recursos públicos. Tampoco tiene buen desempeño en su segunda ocasión como diputado local: dirá que no lo dejaron hacer gran cosa, pero no tengo elementos para suponer que no saldrá con esa excusa en 2024. Falará, además, el problema de ver las listas de partido. Si no muestra de aquí a junio razones para apoyarle aparte del miedo a López Obrador, buscaré otra opción.
¿Cuál? No se ve mal mi candidato por MC. Digo, es de esos ciudadanos que el partido embarcó para candidatearse, al parecer tiene una sólida trayectoria en el sector privado, pero expertise profesional no es sinónimo de competitividad electoral, y mucho menos de operatividad política si llega a ganar. ¿Serviría de algo mi voto? No para él, pero sí para ayudar a que el instituto político rebase el 3% de representación. ¿Son esquiroles? Quién quita y sí, pero ¿qué garantía tendremos que el PRI, PAN o PRD no lleguen a serlo, juntos o separados?
La decisión es más compleja para mi distrito local. El actual propietario no se presentó para la reelección, aunque tampoco hubiera votado por él, y por más que busco información, la única virtud que tiene la candidata de Morena es la de ser pariente de una política prominente de ese partido. Sabiendo que mi voto no será guinda, ¿a quién apoyar?
El candidato del PAN fue diputado local de 2015 a 2018. Tiene trayectoria partidista, y dice en sus redes que también empresarial. El de MC fue panista, y su CV parece ser más competitivo: abogado, funcionario público, y ha tenido presencia local. De los demás candidatos no he encontrado ni sus fotos, por más que pongo sus nombres en motores de búsqueda. Seguiré investigando, aunque la decisión parece que se decantará por alguno de los dos, según la información que encuentre, sea a favor o en contra de cada uno.
Ustedes, ¿cómo van? No saldremos de ésta sin mucho espíritu crítico.
@FernandoDworak
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