La Línea 12 y el mejor ingeniero de México; Morena y el costo político del derrumbe

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El 3 de mayo –Día del Albañil– es una fecha significativa para los trabajadores de la construcción. Es un ritual que se celebra desde hace muchos siglos. Su origen data del Imperio Romano y tiene que ver con la Santa Cruz en la que Cristo murió. Pero en México, los albañiles conmemoran esa fecha colocando una cruz en las construcciones con el propósito de pedir a la Santa Cruz que no sufran accidentes o caídas durante su faena.

Por desgracia ese día, como una maldición, tuvo lugar la tragedia de la Línea 12 del Metro. Esa noche cuando cientos de personas se dirigían a descansar a sus hogares después de sus largas jornadas de trabajo, se derrumbaron las trabes que sostenían el puente y algunos vagones cayeron al vacío provocando una treintena de muertos y un centenar de heridos.

Carlos Slim, el dueño de Cicsa, la empresa constructora, no sufrió ni un rasguño. Ni siquiera se llenó de polvo.

El mayor contratista del gobierno. El empresario que se ha hecho de una fortuna inconmensurable haciendo negocios con los políticos de todos los partidos. El constructor de más de 1,100 kilómetros de carreteras (autopistas de altas especificaciones), gasoductos, de presas hidroeléctricas, plantas de tratamiento de aguas residuales, encargado de la perforación de más de 500 pozos petroleros, de Marinas de más de 30 mil toneladas y de la Línea 12 del Metro, fue puesto bajo la lupa de los expertos como el responsable directo de la tragedia por las irregularidades en el tramo desplomado de la Línea Dorada.

El accidente provocó el derrumbe electoral de Morena cuando la gente acudió a las urnas a votar. La tragedia provocó el encono de los ciudadanos y el partido de Obrador sufrió una derrota aplastante poniendo por los suelos las aspiraciones políticas de Claudia Sheinbaum. En medio del fuego amigo se puso bajo el paredón de los radicales de Morena a Marcelo Ebrard para tratar de descarrilar sus aspiraciones presidenciales y desacreditarlo y en busca de un chivo expiatorio se puso a Miguel Ángel Mancera, ex jefe de gobierno, como el malo de la película.

La tragedia se politizó y entró en los escenarios de la sucesión presidencial. El gobierno de Obrador pagó un alto costo político por la tragedia del Metro, mientras Slim solo pagará daños materiales.

Dos años atrás, en noviembre de 2019, el presidente López Obrador había condecorado a Slim como “el mejor ingeniero de México”.

Ante la crema y nata de los ingenieros y arquitectos, el presidente Obrador llenó de halagos a Slim. Daba la sensación de que el evento era el club de los elogios mutuos.

“Slim es un hombre sobrio, austero, muy activo y trabajador”, dijo Obrador en un elocuente discurso como cuando un escultor esculpe sobre una piedra un epitafio.

El momento emotivo del solemne acto se dio cuando Obrador le colocó en el cuello a Slim la medalla como “el mejor ingeniero de México”. Slim se sintió como cuando un general recibe de su patria el mejor de los reconocimientos después de una guerra.

“Es un honor recibirla en nombre de los miles de ingenieros”, dijo Slim y el auditorio se llenó de aplausos y vítores como cuando los toreros reciben el máximo premio: el indulto.

Y en efecto, el ganador del Premio Nacional de Ingeniería 2018, recibió el indulto del presidente Obrador después de los peritajes que determinaron que la constructora de Slim fue la responsable de la tragedia de la Línea 12 del Metro.

Los expertos de la empresa noruega Det Norske Veritas (DNV) que llevaron a cabo el peritaje concluyeron que la constructora de Slim incumplió con el plano del diseño original. A las vigas del puente derrumbado le faltaban pernos, había soldaduras incompletas y diferentes tipos de cemento.

El informe señala deficiencias estructurales. Fueron halladas fallas en la soldadura de los pernos, un problema en la porosidad y falta de fusión en la unión entre los pernos y las trabes, falta de pernos en las trabes que sostenían el puente y de equidistancia entre pernos, el uso de diferentes concretos, soldaduras mal realizadas o no concluidas y una falla con las soldaduras en filete, las realizadas en las esquinas que forman la unión de dos materiales. Así como “materiales ajenos” al diseño inicial de la obra y “fallas en los recubrimientos”.

El orador estrella del evento Fernando Echeagaray Moreno, director general de la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico, señaló que el Premio Nacional de Ingeniería 2018 “se entregó a Carlos Slim como ingeniero cabal y no como empresario”.

Y para despejar dudas Echegaray Moreno mientras recitaba su poema, un discurso convertido en una oda al magnate más poderoso de México, señaló: “Existe la creencia de que (Slim) sólo interviene desde su posición directiva; sin embargo, existen evidencias que, en las decisiones técnicas, organización y coordinación, el ingeniero pone su toque personal”.

Echegaray puso como ejemplo, entre otros, la construcción de la Línea 12 del Metro.

Ahora, de acuerdo a una nota de Milenio, el abogado de la constructora de Slim, Fernando Gómez Mont en descargo de las responsabilidades de su poderosísimo cliente aduce que Sicsa no es la responsable del accidente. En sus alegatos ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México aduce que “… en el desastre influyó una mezcla de falta de mantenimiento, sobrecarga durante los trabajos de rehabilitación en el año 2015, los hundimientos de la ciudad y los sismos”.

Gómez Mont que fue secretario de Gobernación en el gabinete de Felipe Calderón, dice que Cicsa tiene la disposición de colaborar en la rehabilitación de la Línea Dorada.

“Debo ser enfático, dicha disposición a colaborar no debe ser tenida o interpretada como una admisión de responsabilidad en la causación de este lamentable evento, porque no lo es. “Se acudió, de buena fe, y en forma solidaria, al llamado de las máximas autoridades políticas del país y de esta ciudad, a colaborar para superar los daños materiales consecuencia de esta tragedia. Mi representada niega categóricamente ser responsable del lamentable colapso”.

En junio tras una visita de Slim a Palacio Nacional, el presidente Obrador en su conferencia mañanera informó que presidente vitalicio del Grupo Carso se comprometió a pagar la rehabilitación del tramo colapsado.

“Él va a pagar todo, se comprometió a eso, y asegurando o externando de que para ellos la obra está concluida y que han transcurrido muchos años, y que ya estaba en uso, y que no pueden ellos cargar con toda la responsabilidad”.

Como siempre suele ocurrir, a las víctimas se les regateó el apoyo. A los familiares de cada una de los 26 fallecidos se les “compensó” con 920 mil pesos por parte del Metro y un millón de pesos del Fondo de Víctimas y al centenar de heridos los apoyos fueron menores.

Para lavarse las manos la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum pidió la renuncia a la directora del Metro, Florencia Serranía Soto. De ahí para arriba, todos los involucrados, incluida la propia Sheinbaum fueron exonerados de cualquier responsabilidad.

Simplemente, aquí no ha pasado nada.