La campaña gubernamental para ocultar la verdad de lo que pasó en la Línea 12 del metro es tan intensa que es imposible no mirar con atención que es lo que está pasando ahí.
El trágico accidente innegablemente ha tenido, por las muy lamentables muertes de 26 personas inocentes, un impacto social enorme pues millones de personas se transportan a diario por las muchas líneas del Metro, son testigos del deterioro que las instalaciones y mobiliario del Sistema de Transporte Colectivo Metro presenta en tiempos recientes.
Los incendios en los vagones, inundaciones en las estaciones, escaleras eléctricas estropeadas continuamente, incendios en los centros de control del sistema y el constante deterioro de las instalaciones son pruebas innegables de que algo no se está haciendo bien y también es innegable que el ciudadano no necesita que le describan o imaginar nada porque es parte de su vida cotidiana ver el deterioro de las instalaciones.
Pero algo que llama la atención y mucho es la campaña mediática que el gobierno federal y el de la Ciudad de México han desatado en defensa de sus dos delfines para la elección del 2024.
Ya lo dijimos líneas arriba, pero voy a ser reiterativo, el deterioro de las instalaciones del metro (y otras obras) es evidente para el pueblo y el juicio general de la ciudadanía es que no hay mantenimiento y se presume por lógica que o se escamotearon el dinero o bien en un afán de ahorro lo eliminaron del presupuesto asignado al Metro, lo que ahora el pueblo llama el austericidio gubernamental.
La percepción del párrafo anterior es demoledora para el gobierno actual porque retrata su falta de capacidad para gobernar y una muy plausible sospecha de corrupción dentro del mismo gobierno que presume que no la hay.
Ahora el gobierno se encuentra entrampado ¿Cómo quitarse esa imagen de corruptos? ¿de mal hechos? ¿de austeros criminales?
Tienen que encontrar una justificación al trágico accidente en donde ellos no salgan tan embarrados, algo que justifique que no fue la falta de mantenimiento, algo que, aunque se revisara no se pueda inspeccionar.
El autor no sabe a quién demonios se le ocurrió la idea, pero no hace falta saber quién fue…
Los Pernos Nelson.
“Ahí está la solución”, pensaron, “es una pieza que se ahoga en concreto y que no se puede inspeccionar”, y dijeron “le echamos la culpa a los pernos del accidente y nadie de nosotros, los corruptos, sale manchado”.
Pero.
Siempre los malditos peros…
El discurso que hasta hoy se repite hasta el cansancio es que; la causa fue que de esos tornillos no fueron puestos suficientes, que no se les quitó la camisa de cerámica y que eso disminuyó el agarre del tornillo con el concreto, que fueron mal soldados y que no fue personal calificado el que los puso.
¿Pero que es y que hace un perno Nelson?
Se llaman pernos Nelson por la empresa que desarrolló esta tecnología, pero también tienen otro nombre “pernos autosoldables”.
Sí, la fotografía 1 muestra un perno autosoldable Nelson con la “camisa de cerámica” que en realidad se llama ferrul.
Estos pernos los hay de diferentes tamaños y se usan para fijar a una base metálica diferentes objetos, que en el caso que nos ocupa fue fijar el concreto sobre las dos trabes de acero que sostenían las losas de concreto que van de trabe a trabe (figura 2).
La instalación es bastante simple se usa una pistola en donde se inserta el perno con el ferrul en su lugar y la pistola produce un arco eléctrico que funde literalmente la base del tornillo, el metal fundido es contenido por el anillo de cerámica o ferrul y así el perno queda ahogado en el metal fundido y la base de metal en la que se colocó y así queda soldado a la base.
El fabricante especifica que no se necesita ninguna experiencia para la colocación, y aquí dejamos una liga a las especificaciones del fabricante.
El fabricante también habla que el uso de los pernos aumenta la resistencia de los esfuerzos cortantes. Un esfuerzo cortante de una manera muy simple es aquel que puede romper un perno de forma perpendicular a su eje más largo (vean la figura 3).
¿Para qué se pusieron estos pernos sobre las trabes?
La respuesta es muy simple para aumentar el agarre del concreto a las trabes sobre las cuales descansa y evitar movimientos horizontales entre las placas de concreto y las trabes de acero que las cargan y darle más rigidez a la estructura. En términos muy simples para que las losas de concreto que descansan sobre las trabes no se muevan.
Imagine el lector que construirá una mesa y comienza con la estructura que puede ver en la figura 4.
Después coloca la cubierta de la mesa y la fija con clavos para que no se mueva (figura 5).
Ahora usted puede colocar sobre esa mesa una carga considerable (figura 6)
Y la mesa hará su trabajo correctamente, pero si usted estimado lector por alguna extraña razón voltea la mesa y la suspende en el aire y después coloca la misma carga sobre ella (figura 7) al final los clavos cederán y la tabla o cubierta se desprenderá.
Recuerde usted puso los clavos para que no se moviera la cubierta de la mesa.
Regresando al tema que nos ocupa hay algo muy importante que señalar.
El colocar los pernos Nelson NO AUMENTAN LA CAPACIDAD DE CARGA DE LAS TRABES en las cuales descansa toda la obra, NI AUMENTA LA CAPACIDAD DE CARGA DEL CONCRETO.
Recuerde. Las losas de concreto son cargadas por LAS TRABES DE ACERO y los pernos Nelson solo sirven para que las losas se mantengan en su lugar. Exactamente igual que los clavos de la cubierta de una mesa.
Ahora el lector se preguntará ¿por qué demonios el que escribe esta columna, o sea yo, se avienta semejante rollo como este?
Porqué el gobierno federal y el de la Ciudad de México pretenden hacer creer a los ciudadanos, aprovechando el desconocimiento que las personas tienen sobre estos tecnicismos, que los pernos y su mala colocación fueron los causantes de la caída del tramo elevado, que como ya vimos es falso, y lo más importante para ellos es hacer creer a la gente que no fue por falta de mantenimiento pues era imposible revisar dichos pernos dado que están literalmente ahogados en el concreto (figura 2) y verificar su estado por medio de alguna inspección era imposible.
Así con este pretexto todos los políticos que han tenido, y hoy en día tienen, la obligación de dirigir, construir y mantener en óptimas condiciones las instalaciones que dan el servicio de transporte a la CDMX, salen bien librados de la culpa ante la opinión pública.
Para finalizar y demostrar que los multicitados pernos no fueron los culpables de la caída y que al contrario de lo que la autoridad dice los pernos si hicieron su trabajo.
Dicen por ahí que una imagen dice más que mil palabras.
En la fotografía 1 podemos ver uno de los dos segmentos en los que se partió el tramo colapsado y se aprecia claramente que las losas de concreto siguen bien sujetas a las dos trabes y que a pesar del tremendo golpe que recibió la estructura al caer las losas siguen bien adheridas a las vigas de acero que las sostenían.
En las fotografías 2 y 3 que corresponden al otro tramo del caído que quedó completamente horizontal, se puede observar que las losas siguen sobre las dos vigas.
En la fotografía 4 vemos que los inspectores o peritos tuvieron que, literalmente, romper la loza que sigue adherida a las trabes, lo que demuestra que los famosos tornillos hicieron su trabajo.
¿Entonces qué fue lo que provocó la caída?
En artículos posteriores veremos primero lo que a nuestro juicio que fue lo que falló, después por qué fallo y finalmente quienes son los responsables según la ley.
@EnriqueDavilaV