Racismo en EU

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A diferencia de Iberoamérica dónde el mestizaje y la cristianización se dieron recién llegaron los primeros exploradores, EU ha tenido una historia conflictiva de exterminio y discriminación, primero de los indios autóctonos y luego de los esclavos negros esenciales para su sistema económico. La Declaración de Independencia que afirma “que todos los hombres son creados iguales y dotados por su Creador de derechos inalienables como la Vida, la Libertad y la Busca de la Felicidad (sic),” no pretendía que ello fuera cierto sino que era un buen deseo de sus autores.

La razón para que tales derechos no pasaran de ser “aspiracionales” es que la unión de las 13 colonias inglesas de América no habría ocurrido de haberse condicionado a abolir la esclavitud, pues la economía de los territorios sureños dependía de plantaciones, inviables sin esclavos.

Habrían de pasar casi 100 años para que los estados del norte tuvieran el poderío para ir a una guerra civil que al fin permitió abolir la esclavitud, pero que tuvo un costo en vidas y destrucción terrible y dejó a los estados del sur en ruinas por mucho tiempo.

Obviamente, allí no termina la historia pues en la llamada Reconstrucción prevaleció en todo el país una marcada discriminación hacia los negros, en convivencia segregada mucho más marcada en los estados sureños que, de paso, reescribieron una historia gloriosa de su fallida secesión.

Tuvo que pasar casi otro siglo para que las leyes, las cortes y el gobierno federal forzaran el fin de los elementos más ofensivos de la discriminación racial en todos los órdenes: educación, salud, fuentes de trabajo, libertad de movimiento y residencia, y acceso igual a los servicios públicos y privados.

EU ha hecho un esfuerzo notable, aunque muchos opinen que fue tardío y exiguo, para eliminar la discriminación racial, que con el tiempo también se ha extendido a la exclusión por razones de género, edad, preferencia sexual y una larga lista de estilos “heterodoxos” de vida.

A pesar de ello, se viene fraguando hace tiempo la Teoría Critica de la Raza (CRT) en la que académicos marxistas remplazan la dialéctica de capitalistas y trabajadores con la de raza y clase social para crear una coalición revolucionaria de los desposeídos.

Hay una serie de eufemismos desplegados por los proponentes de CRT, como “equidad,” “justicia social,” “diversidad e inclusión,” y “enseñanza culturalmente sensible” que soslayan el neo-Marxismo detrás de sus tesis y propuestas de acción, y que parecen por demás inocentes.

“Equidad,” por ejemplo, puede ser fácilmente confundido con “igualdad,” como se definió en los documentos fundacionales de EU y fue codificado en la ley, las enmiendas constitucionales 14 y 15 y otros ordenamientos tendientes a evitar la discriminación. Pero “igualdad” es rechazado por los académicos de CRT por ofrecer “camuflaje a la supremacía blanca, patriarcal y opresiva.”

“Equidad” para la CRT es la reformulación del marxismo que propone “suspender el derecho a la propiedad privada, expropiar la tierra y la riqueza acumulada para redistribuirla siguiendo criterios raciales,” según la profesora de UCLA Cheryl Harris.

La semana próxima seguiremos con este interesante y aterrador tema.